Acuse de recibo
Al consumidor cubano hay que ponerle una medalla por ciertos avatares y molestias que sufre al adquirir un producto, en muchos casos nada barato, para en ocasiones comprobar luego que ha sido embaucado por esta u otra razón. Pero es su bolsillo quien se resiente, y después debe andar en reclamaciones desgastantes para lograr lo que debía ser expedito y al detalle. Lo que debían prever quienes comercializan la mercancía.
El pasado 1ro. de noviembre, desde calle 13 No. 136, reparto Cabacu, en Baracoa, provincia de Guantánamo, denunciaba aquí María de la Fe Gil que se sintió engañada cuando, tras comprar un fregadero con mueble al respetable precio de 204,45 CUC, en la tienda La Primada de esa ciudad, comprobó que el mismo venía sin la correspondiente válvula de salida.
Tanto María de la Fe como otra compradora en la misma situación retornaron a la tienda a plantear el asunto. Luego de que las visitara el comercial y se analizara con los trabajadores de la unidad, la conclusión fue que los devolvieran, pues no era posible reponerles las válvulas, ya que esos fregaderos-muebles habían entrado a la unidad sin los importantes dispositivos.
Y María de la Fe, que vio en otros municipios vender el mismo artefacto sellado con todas sus piezas, no se daba por vencida. Se preguntaba por qué entraron así a la tienda; y quién era el responsable de adquirir y vender un producto incompleto, el cual tantas complicaciones le había traído.
Al respecto, responde Ladimir Velásquez, gerente general de la Sucursal Guantánamo de CIMEX, y afirma que la comisión creada al efecto, luego de investigar, concluyó que, ciertamente, «el producto llegó hasta la unidad sellado y se vendió a la cliente en su embalaje original, y la venta se realizó sin el aditamento (válvula de salida), lo que motivó que la prestación del servicio no fuera la adecuada, y surgiera una afectación al cliente».
Precisa el gerente general que de inmediato la sucursal localizó en la provincia otros muebles similares, los cuales fueron trasladados hacia Baracoa. El 7 de noviembre, la unidad solucionó la afectación y la clienta quedó satisfecha.
También se conoció, de conjunto con la Dirección Nacional de Comercio de CIMEX, que han existido casos similares en otros establecimientos del sistema empresarial de esa corporación. Y quedó demostrado que es un faltante de origen, responsabilidad del proveedor.
Por ello, explica, decidieron establecer reclamación al proveedor por el faltante de origen de varias válvulas de salida en los productos que vendió a CIMEX. Y se indicó por la Dirección Nacional de Comercio a todos los establecimientos que comercializan ese fregadero-mueble, que abran la empaquetadura del mismo al momento de realizar la venta, para evitar que se repitan situaciones similares.
Señala Ladimir que, dada la importancia que tienen para CIMEX sus clientes, lo publicado en esta columna «ha contribuido a que profundicemos en nuestra labor diaria, y en el conocimiento que debemos tener de los artículos que vendemos, por lo que estamos obligados a buscar nuevas fórmulas que mejoren la calidad y eficiencia de nuestro servicio».
Agradezco la respuesta y la solución del caso. Solo agrego que, de vender con toda la profesionalidad y servir verdaderamente al cliente, no harían falta quejas tales en un periódico, para entonces crear comisiones y buscar la solución que debió aparecer antes. Deben crearse mecanismos expeditos para satisfacer al comprador, en casos como este.
Es muy viejo y sabido, quizá desde los fenicios en la antigüedad, que el comerciante debe conocer y mostrar la mercancía en todas sus dimensiones y cualidades, para que el cliente salga complacido, satisfecho y seguro después de haber desembolsado su dinero. Vender es mucho más que recaudar y salir de la mercancía. Es convencer.