Acuse de recibo
Es lamentable que la Empresa Nacional de Proyectos Agropecuarios (ENPA) no se haya dignado siquiera a responder la denuncia del lector José M. Albelo, revelada aquí el 28 de noviembre de 2010, acerca de inculpaciones que le atañen, según la carta aclaratoria de Luis Suárez Miranda, vicepresidente del Gobierno municipal de 10 de Octubre, en la capital.
Albelo contaba, en nombre de los vecinos de Juan Bruno Zayas, entre San Mariano y Vista Alegre, en la Víbora, acerca de un terreno que permanecía cercado y limpio en esa cuadra gracias al esfuerzo de la comunidad. A inicios de 2008, una entidad constructora, contratada por CIMEX, demolió el muro y la cerca para realizar trabajos de relleno y acondicionamiento, con vista a levantar un quiosco de ventas de dicha corporación. Había un sereno para cuidar la obra y los materiales.
Un día se informó que una entidad del Ministerio de la Agricultura construiría allí un edificio biplanta de viviendas. CIMEX retiró al sereno y el terreno quedó abandonado y desprotegido, al libre albedrío de intrusos que sustraían material de relleno y recebo, hasta hacer un hueco inmenso que en tiempo de lluvias se inundaba, precisaba Albelo.
Peligro para los niños del barrio, vertedero, zona de nadie, donde se reunían extraños y formaban escándalos. Eso y también el peligro de que las excavaciones comenzaran a afectar los muros divisorios de las viviendas colindantes, preocupaba a los vecinos.
Estos denunciaban a los transgresores con la PNR, que iba y se los llevaba; pero al día siguiente era lo mismo. Planteamientos en las rendiciones de cuenta… El rosario de disgustos los llevó a tramitar el caso. Supieron que el terreno pertenecía a la ENPA. En Atención a la Población del Ministerio de la Agricultura le respondieron al delegado del Poder Popular que el asunto era de jurisdicción municipal, pues ellos solo atienden tierras con más de 800 metros cuadrados (¿Y no pueden responder por las afectaciones de una entidad suya en la comunidad?).
Así, responde Luis Suárez, vicepresidente del Gobierno municipal de 10 de Octubre, y confirma en su carta que el terreno es propiedad de la ENPA, destinado a la construcción de dos viviendas. Reconoce la justa denuncia de Albelo, al tiempo que informa que ENPA procedió a limpiar, cercar y situar un custodio en dicho terreno; y les comunicó que iniciarían las obras este año.
Suárez destaca el compromiso y la responsabilidad del Gobierno municipal de darle seguimiento al asunto en lo adelante. Agradezco su respuesta, y el propósito de controlar la situación, precisamente para que no vuelva a suceder algo parecido sin que ellos lo sepan. Pero nos inquieta el silencio de la ENPA ante una denuncia revelada aquí hace casi tres meses: ¿No se sienten aludidos?
«La historia de nunca acabar», así califica el despilfarro de agua el lector Mario Rodríguez, vecino de calle 76 No. 29F09, entre 29 F y 31, municipio Playa, en la capital.
Mario insiste en que para educar a los ciudadanos en la importancia del ahorro de tan vital recurso, lo primero es que los responsables del servicio hidráulico al menos agilicen la solución de los salideros, esos manantiales de afrentas para quienes no tienen agua en la capital, que no son pocos.
Denuncia el lector que en la calle 76, entre 31 y 41, a un costado del Hospital Oftalmológico Pando Ferrer, diariamente, entre las dos de la madrugada y las ocho de la mañana, fluye un gran chorro de agua que termina en las alcantarillas.
Lo más inquietante es que el imperdonable manantial brotó hace más de un año, a raíz de la demolición de una edificación.
Mario lo planteó en la última asamblea de rendición de cuentas y hasta el momento nada se ha hecho al respecto. El agua continúa desperdiciándose, así como se derrocha indolencia a raudales cada día, ante los ojos y la sed de los ciudadanos.