Acuse de recibo
Las personas merecen toda la información posible de las entidades que existen para brindarles servicio. La explicación transparente y sincera, y la atención consecuente, son respeto al ciudadano. Ernesto Acosta Valdés (Estrada Palma 260, entre Juan Bruno Zayas y Concejal Veiga, en Santos Suárez, municipio capitalino de 10 de Octubre) cuenta que desde hace varias semanas, se producen en su zona constantes cortes del servicio eléctrico, al punto de llegar a irse la corriente cada 10 minutos, en ocasiones unas 15 veces seguidas. No solo por lo que sufren los equipos electrodomésticos, sino también por lo que padecen sus propietarios, Ernesto considera que lo menos que se puede hacer es, si hay un problema técnico en ese circuito, brindarles información a los clientes de lo que sucede y de qué está haciendo la Empresa Eléctrica para solucionarlo.
Alto voltaje, baja explicación: Desde el mismo Santos Suárez, en José Antonio Saco 216, apartamento 19, denuncia Enrique Fernández que en múltiples ocasiones dicho barrio registra alto voltaje, que ha llegado hasta los 140 voltios. Los vecinos viven con los equipos desconectados entre tanto calor veraniego, y con el sobresalto. Enrique refiere que muchas veces lo ha reportado a la Empresa Eléctrica en el territorio, y hasta el momento no he recibido respuesta de las causas del problema y si puede tener solución. Incluso escribió a la Unión Eléctrica, y tampoco ha recibido respuesta...
Cuando se vaya la luz, mi negra...: No voy a reproducir la conocida canción de Frank Delgado, sino a reseñar la queja de Dariel González, vecino de calle B número 530, apartamento 4, entre 21 y 23, en el Vedado capitalino. En su cuadra hay un «caballito» que hace tiempo tiene problemas: «No pasan tres días seguidos sin que se vaya la electricidad. Se ha hablado en reuniones, y nada. Cuando llamas al 881 4713 nunca responden. He llamado cerca de 50 veces y jamás he logrado comunicar. Es una lástima, porque realmente se sabe que se hacen grandes esfuerzos para que no sucedan los famosos apagones», concluye.
Escueto alerta desde Cueto: Balbina Lugones vive en Mártires del Granma 150, en esa localidad holguinera, y cuenta que en esa zona de su barrio el agua se recibía por el fondo de las viviendas, pero los vecinos de dicho fondo tapan las tuberías y a ellos no les llega el líquido. Acueducto va, destupe y la situación continúa. Pero dada la situación de indisciplina social con el agua, Acueducto optó por decirles que no iría más, pues tenían que apelar a los inspectores populares, y estos, a su vez, les dicen que tienen que coger a los tramposos con las manos en la masa para poder actuar. Mientras tanto, ya llevan meses sin recibir agua. ¿Será que todos se lavan las manos, como Poncio Pilatos, y esos vecinos ni agua tienen para asearse las suyas?
Como el cuento de la buena pipa: Así tienen a María Dolores Guzmán, vecina de avenida 52, entre 23 y 25, en la ciudad de Cienfuegos. Cuenta ella que tanto su vivienda, como un local que existía contiguo a la misma, son construcciones antiguas, con techo de tejas y unidas por cerramento de madera. María Dolores todos los años le daba mantenimiento a sus techos, pero la edificación contigua, un mercadito comunitario de la Empresa de Comercio, fue deteriorándose, al extremo de que el frente fue abriéndose. Se decidió transferir el mercadito para otro sitio, pero el local siguió allí, peligrando. La Empresa de Comercio se lo entregó a alguien para que lo habitara, pues se iba a reparar. Nada se hizo, el local siguió desvencijándose y comenzó a afectar la vivienda de la vecina. Quien habitaba allí lo abandonó. Comenzaron entonces los alertas de María Dolores, mediante cartas y en las asambleas de rendición de cuentas. El 5 de junio pasado visitaron el sitio el director de Comercio y el vicepresidente del Gobierno municipal que atiende Vivienda, entre otros funcionarios. Y a partir de ahí se colocaron apuntalamientos. Al siguiente día «comienza la demolición del local. No tienen en cuenta mi casa. Resultado: pierdo el redoblón, el muro que me dejan queda suelto. Mi casa está mal apuntalada. Dejan huecos en el techo y se convierte en un mar cuando llueve. Y empieza el peloteo: que si es Vivienda la que debe dar materiales, porque Comercio carece de esos recursos. Vivienda señala que Comercio cometió el daño. Y no sé adónde dirigirme», plantea la señora. ¿Será posible que nadie asuma?