Acuse de recibo
Los dos choferes del Yutong 3355, que viajaba de Ciego de Ávila a Santiago de Cuba el pasado 6 de octubre, fueron sancionados a cambio de puesto de trabajo por un año en una plaza de menor remuneración y distintas condiciones de trabajo, con derecho a reincorporarse a sus puestos vencida la medida disciplinaria.
Lo anterior lo informa Juan A. Blanco, director general de ASTRO, en su carta de respuesta a la queja de Rosalina Tamayo, reflejada aquí el pasado 14 de octubre.
Entonces, Rosalina denunciaba que, al llegar a la terminal de Palma Soriano, donde ella y otros pasajeros aguardaban para viajar a Santiago de Cuba, los choferes del ómnibus, que traía asientos vacíos, no solicitaron pasajeros en la taquilla. Pero subieron personas que no estaban en la cola. Ella interpeló a los choferes, y fue cuando solicitaron cinco a la taquillera.
Rosalina fue una de los cinco que clasificaron. Para su asombro, aún había asientos vacíos, a pesar de que abajo quedaron viajeros. La guagua partió, y más adelante se detuvo y recogió personas, que pagaron a un precio inferior al oficial: «Por supuesto —aseguraba la remitente—, eso iría a sus bolsillos. Y todo esto sucedió sin la más mínima discreción por parte de los choferes, lo que demuestra que es una conducta habitual».
Rosalina preguntaba en la carta: «¿Son los choferes los dueños del transporte y son los que deciden si montan o no pasajeros en las terminales? ¿Dónde quedó el sentido común y el respeto al pueblo de esos choferes, que ante la cara de todos se embolsillan el dinero, aprovechándose de la necesidad de sus conciudadanos? ¿Qué hacen los inspectores?».
Ahora el director de ASTRO, además de comunicar las medidas tomadas por el Consejo de Dirección de Ciego de Ávila, previa investigación, informa que se realizó una reunión especial con los trabajadores de ese centro, para dar a conocer los pormenores del suceso.
Precisa el directivo que «los choferes no son los dueños del transporte y mucho menos los que deciden si montan o no pasajeros en las terminales. Lo que está reglamentado es que por la hoja de producción, ellos revisen el destino de cada pasajero, y así saben los asientos vacíos en cada terminal. Después deben informar a la Agencia para que venda los asientos. Esta debe revisar el ómnibus para, si está completo, darle salida. Como se puede observar, hubo violación del reglamento comercial».
Blanco precisa que la medida tomada no fue la separación definitiva «ya que la compañera Rosalina se contradice en cuanto a la veracidad de si realmente los choferes cobraron a los pasajeros», pues al entrevistarla en el proceso investigativo alegó «no estar segura de esto». El director de ASTRO agrega: «Sin embargo, en el periódico se dice categóricamente que ocurrió el hecho».
Aquí deseo detenerme. La propia dirección de ASTRO tuvo acceso a la carta que me enviara Rosalina, en la cual ella lo afirma. Nada ha inventado este redactor que se aparte de la denuncia. Incluso, ese aspecto está citado textualmente de la misiva de la lectora. No redundaré en algo evidente.
Adjunta a la carta de Blanco, está la respuesta de Lino A. Esquijarrosa, director de ASTRO en Ciego de Ávila, quien afirma: «Se pudo comprobar que los tripulantes del ómnibus cometieron las siguientes violaciones de carácter grave: tratar de salir de Palma Soriano sin pedir las capacidades disponibles y sin chequear el ómnibus; enviar a una pasajera —en este caso, Rosalina— a realizar su función: pedir cinco pasajeros; no revisar las capacidades disponibles reales del ómnibus y retirarse con 17 asientos vacíos».
En su carta de respuesta, Blanco también informa que ese Grupo Empresarial ha orientado operativos sorpresivos para el control de lo que está establecido. «Las violaciones detectadas —sostiene el directivo—, son severamente sancionadas acorde con el reglamento disciplinario. En el caso de que la Agencia pertenezca a la Dirección provincial de Transporte, se le transmite el reporte correspondiente».
Finalmente, asegura el director general de ASTRO, «nuestra empresa seguirá esforzándose para lograr que no solo los choferes, sino todo el personal de ASTRO en el país, tenga la ética y la profesionalidad que el pueblo merece».