Acuse de recibo
El Banco Central de Cuba (BCC) ha autorizado a los bancos a aplicar medidas a las entidades que incurran en indisciplinas financieras, en cuanto a las liquidaciones que deben hacer estas de los descuentos de nóminas a los trabajadores, por concepto de créditos recibidos. Y en casos de extrema gravedad en tal sentido, pudieran suspenderse los servicios bancarios a esos centros incumplidores.
Lo anterior se precisa en una carta de Nelson Martínez Díaz, director del BCC, a propósito de la queja de Maricela Estupiñán, trabajadora de Educación en el municipio capitalino de Plaza, reflejada aquí el pasado 11 de mayo.
En otras palabras, no podrá quedar impune el hecho de que a un trabajador le estén descontando en su centro laboral la cuantía mensual por el crédito otorgado por el Banco para la adquisición de un artículo, y ese dinero no se esté depositando regularmente en la institución acreedora.
Martínez destaca que tal medida, amparada en la Resolución 26 del 18 de abril de 2007, persigue velar por el orden y evitar las indisciplinas financieras y posibles fraudes, relacionados con las liquidaciones que realizan al Banco los centros laborales, por descuentos de nómina a sus trabajadores, relacionados con créditos bancarios.
La historia se inició con la denuncia aquí de Maricela, en cuanto a que en septiembre de 2006 ya había completado su deuda con el Banco, por un crédito que le otorgó en septiembre de 2001, para la adquisición de un televisor Panda. Y, sin embargo, en la nómina de su centro le siguieron descontando, aun cuando ya había desembolsado la cuantía total.
Entonces, respondió a JR Marta Hernández Romero, directora provincial de Educación en Ciudad de La Habana, quien reconoció que «la trabajadora debió cumplir su plazo de pago en septiembre de 2006, y se le continuó descontando». La funcionaria alegaba como causa de esta violación «la falta de personal en el frente de Contabilidad que en ese momento afrontaba ese departamento en la Dirección Municipal de Educación de Plaza de la Revolución, y el cambio del sistema operativo de la sucursal bancaria 2742, «que no admite liquidar debidamente los atrasos, por cuanto limita a una cifra pequeña la cantidad de créditos a liquidar».
La directora de Educación aseguraba que ya Plaza había reforzado su área de Contabilidad y reorganizado el trabajo en ese sentido. Se había hecho un análisis crítico con los que laboran en ese frente y un análisis ético con el cuadro principal del mismo. Y al propio tiempo, se habían reunido con la trabajadora, a quien ofrecieron disculpas. A la misma se le reintegrarían los 400 pesos con 22 centavos descontados de más.
Por su parte, el director del BCC confirmó, con las investigaciones realizadas por esa institución, que la Dirección Municipal de Educación de Plaza presentaba atrasos e irregularidades en esas liquidaciones, y había descontado incorrectamente siete meses de más a Maricela.
Enfatiza Martín que el Banco, en reiteradas ocasiones, había llamado la atención a esa entidad incumplidora sobre dichos atrasos.
En el seguimiento dado a la reunión que sostuvieron con las direcciones de Educación provincial y municipal de Plaza, comprobaron que desde junio se le liquidó a la afectada la deuda que se tenía con ella.
Adicionalmente, le han orientado a la sucursal del Banco Metropolitano vinculada al caso, que mantenga una vigilancia o atención sistemática a los centros laborales que presentan atrasos en las liquidaciones de retenciones salariales por distintos conceptos.
Ya la historia de Maricela quedó bien sellada hace rato, pero sirve de alerta a cualquier entidad que cometa tales indisciplinas financieras, las cuales al final van a la cuenta de los bolsillos de sus propios trabajadores. Aunque luego se devuelva ante una reclamación, el dinero descontado de más es una burla a las tensas finanzas del ciudadano.