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GINEBRA, mayo 11.— El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró este martes «profundamente preocupado» ante la ola de violencia que sacude los territorios palestinos ocupados por Israel.
«Condenamos cualquier acto de violencia y cualquier incitación a la violencia, así como las divisiones étnicas y provocaciones», dijo el portavoz del organismo, Rupert Colville.
El funcionario de la ONU afirmó que Israel ha utilizado la fuerza de forma innecesaria y desproporcionada contra manifestantes palestinos que protestan desde hace algunas semanas contra el desahucio de familias de un barrio de Jerusalén Este ocupada.
«Las fuerzas de seguridad israelí deben permitir y garantizar el ejercicio de las libertades de expresión, asociación y reunión. Ninguna fuerza debe ser utilizada contra aquellos que ejercen estos derechos pacíficamente», sostuvo Colville, según recoge el sitio web alemán dw.com.
No obstante, la obcecación del agresor no parece tener fin. Un despacho de la agencia de prensa italiana ANSA recoge declaraciones del jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Aviv Kochavi, quien afirmó que los ataques a Gaza continuarán y que «todos los comandos se deben preparar para un conflicto más extendido, sin límite de tiempo».
Kochavi confirmó la orden militar de atacar a miembros operativos de Hamas y de la Jihad Islámica. La tensión se recrudeció tras los ataques de la aviación israelí a Gaza, la noche del lunes, en los que murieron dos comandantes de la Jihad Islámica, además de 24 civiles, entre ellos nueve niños, según datos del Ministerio de Salud de Hamas citados por la agencia palestina Maan. Hay, además, 122 heridos.
El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, autorizó al Ejército a convocar a 5 000 reservistas «…para continuar la operación “Guardián de los Muros” y para reforzar el frente interno».
En tanto, Hamas intensificó sus ataques contra Israel disparando una gran descarga de cohetes hacia Ashdod, a unos 40 kilómetros al norte de Gaza, informaron medios locales. Al mismo tiempo, fue atacada la ciudad de Ashkelon.
Al menos seis israelíes fueron heridos cuando los cohetes dieron contra un edificio. Un padre de familia fue herido de gravedad, y su esposa y dos de sus hijos de modo más leve. En otro apartamento fueron heridas dos personas. Todos fueron hospitalizados.
El presidente israelí, Reuven Rivlin, afirmó que «estas cosas no deben repetirse», en una «tensa conversación» telefónica con Modar Younis, presidente de los municipios árabes de Israel, tras violentos enfrentamientos entre residentes árabes y la policía en Lod, Ramle y otras ciudades.
De otro lado, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul-Gheit, condenó el bombardeo israelí a la Franja en un comunicado difundido en El Cairo: «Una miserable demostración de fuerza en desmedro de la sangre de los niños», dijo.
