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Contradicciones en la Casa Blanca o Bolton debe poner su mostacho en remojo

El presidente norteamericano Donald Trump ha cuestionado la estrategia de sus subordinados para instalar a Guidó en la presidencia de Venezuela

Autor:

Juana Carrasco Martín

Los chavistas tienen un dicho: quien se meta con Venezuela se seca. ¿Será cierta esta maldición? Veamos lo que está sucediendo en la Casa Blanca: el presidente Trump se ha quejado porque su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, y otros subestimaron al presidente Nicolás Maduro.

Le dijeron que Maduro podría caer con las acciones del autoproclamado Juan Guaidó, y considera que sus funcionarios lo engañaron. Al menos esta es la noticia que trajo el diario The Washington Post y fue compartida por muchos otros medios.

«En lugar de eso, Maduro rechazó una oferta para dejar el país y dos figuras clave de su Gobierno rechazaron lo que Bolton dijo sobre un plan para desertar», y por demás «se burló públicamente de Trump y dijo que no se iría a ninguna parte».

El plan para el cambio de régimen en Venezuela que está siguiendo Estados Unidos ha tenido más de una parada desde que en enero el Guaidó se autoproclamó, pero el 1ro. de mayo Trump estaba casi a punto de abrir su refresco dietético para celebrar cuando el farsante, acompañado del prófugo Leopoldo López —ambos de la terrorista organización Voluntad Popular— afirmaban que ya estaban en la base aérea de La Carlota y prácticamente tenía a toda la FANB a su lado.

Bolton había contribuido en grande a la ilusión pues dijo a su Presidente y al mundo que había forjado una alianza con el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, y otros dos altos cargos en el Gobierno bolivariano, además de varios generales, para derrocar a Maduro, pero… nada resultó así.

Maduro sigue en Miraflores, es el presidente reconocido y apoyado por el pueblo que votó por él, Padrino sigue al frente del Ministerio de Defensa y los cuerpos armados venezolanos le han mostrado lealtad absoluta, como corresponde a los soldados que responden a la guía constitucional y a Bolívar y Chávez.

The Washington Post precisó en su información que Trump no está cómodo con «la escalada retórica» con Venezuela y además «cualquier intervención allí lleva el riesgo de una pelea de poderes con Rusia, que respalda a Maduro y le ha vendido armas».

Dice también el diario de la capital estadounidense que el trabajo de Bolton «está seguro» porque Trump le dijo que «se siguiera concentrando en Venezuela», según le revelaron dos altos funcionarios que, por supuesto, exigieron el anonimato.

Hummm. Pero la verdad es que está oscuro y huele a queso si tomamos en cuenta que al magnate transformado en Presidente por arte de birlibirloque no le tiembla la mano cuando pone de patitas en la calle a sus subordinados.

La lista de las «renuncias» y despidos es bien larga. Probablemente si la organización fundada por Sir Hugh Beaver, el Guinness World Records, hace el recuento, encontrará que ningún gobernante en todo el orbe ha cesanteado o degradado a tal cantidad de quienes un día presentó con bombos y platillos como los funcionarios más fieles y eficientes.

Por cierto, dicen que Trump no contrató desde un inicio de su Gobierno a Bolton porque le tenía animadversión al gran bigote del halcón que —por demás— también auspició que rompiera el acuerdo nuclear con Irán y hasta quisiera llevarlo a una guerra con el país persa que —al igual de Venezuela y otros— se le ha parado bonito al Darth Vader o invasor oscuro de la saga galáctica, al que se asemeja Trump.

Mi abuela diría, pues por si acaso, el Bolton bien puede poner su mostacho en remojo.

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