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Consejo Político del ALBA sesionará en Venezuela

La reunión de los cancilleres del bloque integracionista se realizará el jueves en Caracas y, según vaticinó el Ministro de Relaciones Exteriores, Elías Jaua, habrá pronunciamientos sobre la posición de la alianza respecto a los comicios del 21 de abril en Paraguay y a favor del pueblo venezolano y el presidente Hugo Chávez

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— Las reelecciones de los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y del General de Ejército Raúl Castro Ruz, de Cuba, serán dos de los motivos a celebrar durante el venidero Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), informó el Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela.

Elías Jaua, también vicepresidente político de este país, resaltó ambos hechos como de un alto significado: porque reafirmaron «la consolidación de los gobiernos populares» de la región, pero también porque se impone «una revisión de cómo nuestros Gobiernos siguen siendo amenazados».

Raúl y Correa se suman al proceso de revalidación y aprobación popular de la construcción nuestramericana de un modelo político, social, económico, ético, cultural del que son parte —en la segunda mitad de 2012— las reelecciones presidenciales de Daniel Ortega, en Nicaragua, y Hugo Chávez Frías, aquí.

Jaua señaló que la reunión de los cancilleres del bloque integracionista se realizará el jueves en esta capital.

El ALBA está integrado por ocho países de Centroamérica, el Caribe y América del Sur: Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, y San Vicente y las Granadinas.

Haití y Surinam tienen condición de invitados especiales.

La más reciente cumbre del bloque se celebró en febrero de 2012, en Caracas. Y la caribeña isla de Dominica será la sede del XII encuentro de los jefes de Estado, prevista hasta ahora para alrededor de agosto próximo.

En entrevista, Elías Jaua vaticinó que el Consejo Político del jueves se pronunciará sobre la posición de la alianza respecto a los comicios del 21 de abril en Paraguay, tras el golpe de Estado contra el presidente legítimo Fernando Lugo.

También se prevé el respaldo del ALBA al pueblo venezolano y a Chávez, y comunicados en contra de los intentos de la derecha mundial de atentar contra el curso lógico y democráticamente aceptado por la mayoría de la población venezolana.

El Caracazo: lecciones históricas

Con una marcha por el centro de la capital este miércoles, Venezuela conmemorará el aniversario 24 del Caracazo, la rebelión popular del 27 de febrero de 1989 contra el paquete neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) e implementado por el Gobierno burgués de turno.

Las protestas callejeras que conmovieron entonces al país dejaron —aunque las cifras aún no han podido confirmarse— un alto número de muertos y heridos.

Este miércoles también será constituida la Comisión de la Verdad. Se ocupará de investigar los crímenes cometidos durante la llamada IV República o del Pacto de Punto Fijo, un período de 40 años impuesto tras la rebelión popular de 1958, que derrocó a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y que finalizó el 6 de diciembre de 1998, tras la primera elección presidencial de Hugo Chávez Frías, quien ha repetido, comicios tras comicios, un dominio democrático de 14 años —y algunos meses más.

Aquel triunfo de las masas (1958) fue traicionado por la oligarquía local, que puso a disposición de las transnacionales, especialmente las estadounidenses, los suculentos —invaluables, extraordinarios— recursos naturales de este país, y que para garantizarlo estructuró un sistema de represión que dejó miles de torturados, asesinados y desaparecidos, y un país donde la mayoría de la población vivía en la miseria.

Como recordaba el pasado 23 de enero el político y periodista José Vicente Rangel, la estrategia de represión capitalista (de posguerra) contra los pueblos nuestroamericanos no nació con las dictaduras militares impuestas desde el Norte al Cono Sur en los años 60 y 70 del pasado siglo, sino aquí.

Revisando de nuevo sus palabras y denuncias —y a la luz de la historia—, podríamos elaborar una tesis: si bien la Guatemala de 1954 —la de Jacobo Árbenz— fue la prueba de laboratorio para las reiteradas intervenciones militares de Estados Unidos en América Latina y el Caribe durante la Guerra Fría, las cuales se extendieron hasta la agresión a Panamá en diciembre de 1989 («ola negra» que solo pudo parar en seco, con contundente energía y en breve tiempo —menos de 72 horas—, Cuba, con la derrota a la invasión mercenaria de 1961): Venezuela fue (según los testimonios verificables del ex vicepresidente bolivariano, avezado periodista y agudo observador de la realidad: el octogenario José Vicente Rangel), el balón de ensayo para lo que luego se convertiría en el Plan Cóndor: la siniestra estrategia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU., que durante la Guerra Fría —especialmente entre los años 60, los 70, parte de los 80— dejaron decenas de miles de torturados, muertos y desaparecidos en Nuestra América y el Caribe.

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