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Tradición y Revolución o dos categorías que definen a las ciencias y la salud pública cubana (+Pódcast)

Sostiene Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encuentro con destacados trabajadores del sector de la Salud Pública y las ciencias

Autor:

René Tamayo León

De cómo seguir avanzando en estos tiempos difíciles sin renunciar a la idea fundacional de Fidel de que Cuba tenía que ser un país de hombres de ciencia y de pensamiento, versó el más reciente encuentro del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, con representantes del sector de la salud y las ciencias.

Apenas 40 minutos después de regresar de sus sistemáticos recorridos por los municipios del país, esta vez por tres de la provincia de Villa Clara, el mandatario intercambió durante dos horas, en uno de los salones del Palacio de la Revolución, con más de medio centenar de trabajadores del sector de la Salud Pública, la biotecnología y centros de investigacion del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

Fue un enjudioso diálogo que sirvió de preámbulo, en la propia jornada, al acto solemne donde se le entregó la Orden Carlos J. Finlay a 28 personalidades de estas áreas del conocimiento, todo en el contexto de las jornadas por la Ciencia Cubana. Y del que ahora queda como testigo el episodio 20 del pódcast Desde La Presidencia, conducido por el mandatario cubano.

Al caracterizar el encuentro, Díaz-Canel subrayaría que sirvió para que las mujeres y hombres de ciencia reunidos esta vez, abundaran sobre resultados y problemas, pero también para alertar sobre temas que menos se han tratado y a los cuales hay que seguir prestándoles atención desde la dirección del país.

CIENCIAS PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES DE SALUD

Asistieron al intercambio la integrante del Comité Central del Partido y jefa del departamento de Atención al Sector Social, Susely Morfa González, el viceprimer ministro Eduardo Martínez Díaz, la Dra.C Mayda Mauri Pérez, presidenta de BioCubaFarma, y el ministro de Salud Pública, Dr. José Ángel Portal Miranda, quien condujo la conversación.

La formación y desarrollo de las nuevas generaciones en medicina, enfermería, farmacéutica, biotecnología y otras ciencias, fue un punto coincidente en las más de una docena de intervenciones.

El Dr. en Ciencias Marlon Pino, neurocirujano del hospital Hermanos Ameijeiras y coordinador del Consejo de Jóvenes de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), grupo establecido por primera vez en los 164 años de fundación de la organización, abundó en los ejes de trabajo del consejo, que aúna a 64 muchachas y muchachos desde la interdisciplinariedad y la promoción del hacer científico.

tro ejemplo lo fue el propio doctor Pablo Quintero Álvarez, médico residente en el Instituto de Hematología e Inmunología que cursa el segundo año de la especialidad y que desde estudiante universatario se vinculó a la actividad científica y ahora avanza en un doctorado sobre las anemias hemolíticas hereditarias.

Jóvenes decididos y dedicados a hacer ciencia a favor de Cuba y el bienestar del pueblo, son también la mayoría de los autores del ventilador pulmonar de altas prestaciones genuinamente cubano.

Liderada su fabricación por la Empresa Combiomed, perteneciente al Grupo Empresarial Biocubafarma, fue fruto de la colaboración de instituciones de la biotecnología y la Salud, que enfrentaron las duras limitaciones impuestas por el bloqueo, que impidió, aún en medio de la pandemmia de COVID-19, adquirir piezas y partes para unos equipos que son sostenes vitales de la vida.

Hoy, sin embargo, el país cuenta con 16 de estos equipos hechos en Cuba, los que han ventilado a más de 900 pacientes en hospitales de La Habana y en este año tienen previsto fabricar más unidades y extenderlas al resto del país, muestra de cuánto conocimiento y capacidad hay en el país para alcanzar la soberanía tecnológica en muchos campos a partir de la sapiencia, la ciencia, y la cooperación interinstitucional.

El doctor Frank Daniel Martos Benítez, médico intensivista, es testigo protagónico de este resultado científico y recordó cómó colegas de su especialidad, en varias salas de terapias, realizaron numerosos ensayos alineados con los técnicos de Biocubafarma y otros centros, al mismo tiempo que reunieron las evidencias científicas para demostrar la probidad de este equipamiento.

«De las carencias se aprende, se aprende mucho», afirmó el Dr. Frank, quien afirmó que en Cuba la ciencia se ha alineado con la salud pública para lograr el mayor de los resultados, que es salvar vidas, a la vez que ha sido un vínculo técnico, asistencial y científico, a nivel teórico, que ha permitido elevar la formación de doctorados y la publicación en revistas especializadas.

La Doctora en Ciencias Dagmar García Rivera, del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), hizo la «historia de vida» de la vacuna cubana conjugada antineumocócica Quimi-Vio, un saber que permitió la fabricación por este centro de investigación de la vacuna Soberana contra la COVID-19, entre otros resultados y proyectos.

El buen hacer en el Instituto Finlay, y los desafíos a futuro, llevó a la Dr. García Rivera a reflexionar sobre la necesidad de buscar más resortes motivacionales para las nuevas generaciones («el llegar al corazón de los jóvenes científicos para garantizar las generaciones futuras de la ciencia cubana»), así como la mirada que habrá que tener con respecto al finacimiento de la ciencia, que en el caso del IFV tiene como buen ejemplo el uso que le han dado a la asignación recibida del Fondo Finaciero de Ciencia e Innovación (FONCI) del Citma.

Los resultados que pueden lograrse a través de la cooperación y sinergias entre diferentes entidades cubanas, fue elogiada por el Doctor en Ciencias Roberto Balmaseda Manet, director del hospital ortopédico Fructuoso Rodríguez y uno de los autores principales de la cubana prótesis de cadera.

El proyecto inició con un programa para prótesis parciales, ahora tienen un proyecto de prótesis total de cadera y también otro sobre prótesis de rodilla. Son innovaciones que facilitarán las respuestas a estas fracturas, cada día más frecuentas debido al envejecimiento de la población cubana.

Ha sido una iniciativa, dijo, donde han confluido, en función de las necesidades de la asistencia médica, el talento, la organizacón y la interacción entre entidades y personal médico y científico para seguir buscando calidad de vida y solución a los problemas de salud de nuestro pueblo.

Es un resultado, agregó, de un gran encademiento, que lidera el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con su unión de industrias, y en la que participan universidades, hospitales, instituciones investigativas, y también el sector no estatal.

Hasta la fecha se han implantado estos dispositivos genuinamente cubanos a 412 pacientes con muy buenos resultados, y se han incluido a personas de más de 90 años y hasta de cien años de edad, subrayó el Dr. Balmaseda, que no pasó por alto que desde el Río Bravo hasta la Patagonia, no hay ningún país que fabrique prótesis generadas por su propia comunidad médica y científica.

El Doctor en Ciencias Julio Baldomero Hernández, director de Investigaciones Clínicas del Centro de Ingenieria Genética y Biotecnología, orgulloso de ser un especialista de segundo grado en la atención primaria (un médico de la familia), enfatizó en la vocación primordial de estas ciencias en Cuba: dirigirse a resolver los problemas de salud fundamentales de la población, como lo relacionado con la oncología, la cardiología y las afecciones cerebrovasculares, las tres primeras causas de muerte aquí.

En igual sentido se refirieron eminentes profesores como la Dra.C. Teresita Rodríguez, del Centro de Inmunología Molecular; el Dr. Luis Martín Rodríguez, del Instituto de Oncología, y el Doctor en Ciencias Alberto Erconvaldo Cobián, de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba y presidente de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, entre otros.

CIENCIA Y SALUD: COMBINACIÓN DE SABERES Y UNIDAD

En la despedida del intercambio, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, subrayó la coincidencia de ideas y sentimientos entre el nutrido grupo de representantes de la medicina, la enfermería, la biotecnología, la psicología y otras ciencias estrechamente vinculadas a la Salud cubana, muestra, dijo, de una combinación de saberes y sobre todo de unidad.

Entre ustedes, dijo, coinciden dos categorías, una es la tradición y otra es la Revolución. Y es que siempre, en el pensamiento cubano, hay una regularidad: que el pensamiento científico siempre ha estado, por lo general, involucrado, coincidente, con lo mejor del pensamiento político, con lo más revolucionario.

Es una tradición, reflexionó, que está en los pedagogos, desde Varela hasta Martí, que está en los científicos, y por supuesto ya en época de Revolución, además, está el pensamiento visionario de Fidel.

Y es verdad —añadió— que en Cuba hay una tradición científica, hay una ciencia que no podemos negar antes de la Revolución; pero lo que propició la Revolución como proyecto emancipador y humanista en el desarrollo de la ciencia cubana realmente es impresionante.

Tenemos, reiteró, un desarrollo científico impresionante, muy superior para la pequeña Isla que somos, y eso tiene que ver mucho con las políticas sociales en la Revolución, con el acceso universal a la educación, a la educación superior, con la posibilidad de que el hijo de cualquier familia, sin ninguna distinción, pudiera llegar a ser un científico.

La ciencia en Cuba, añadió, también tiene un ecosistema impresionante. Tenemos más de 91 000 trabajadores involucrados en las actividades de ciencia, tecnología e innovación; hay más de ocho mil investigadores certificados; hay 272 entidades de ciencia y tecnologías en diferentes modalidades —empresariales, presupuestadas, presupuestada con tratamiento especial.

También tenemos 39 instituciones autorizadas para programas de doctorado, fundamentalmente en la educación, en la educación superior. Desde el año 1965 —continúo enumerando Díaz-Canel Bermúdez— se contabilizan por las estadísticas la formación de más de 19 600 doctores en ciencias, tanto en el extranjero como aquí, y hoy se considera que entre ocho mil y nueve mil están en activo.

Y —enfatizó— el 47 por ciento de esos doctores son mujeres. Y las mujeres, reflexióno, también es otro tema que habla de Revolución y de emancipación. Según estadísticas sobre la mujer en la ciencia cubana, representan el 50 por ciento del potencial científico, aunque otras dicen que son más del 50 por ciento. Las mujeres son el 69,2 por ciento del personal de la Salud Pública.

Y todo eso habla del valor de nuestras mujeres científicas y nuestras jóvenes científicas, expuso el Jefe de Estado, quien precisó más adelante que 51 000 féminas participan hoy en las actividades de ciencia y tecnología. Un papel protagónico del que también son partícipes las y los jóvenes en todo el país, a los que dedicó otra larga reflexión.

Al redondear las experiencias vividas en la tarde de este jueves junto a más de medio centenar de trabajadores de la Salud y las ciencias, Díaz-Canel ratificó la validez del concepto de resistencia creativa.

De esa resiliencia que siempre ha caracterizado a Cuba y su Revolución, que en la salud, dijo, tiene que ver mucho con el aporte de las y los científicos, de su sabiduría, su pasión y su ética, otro de los elementos «que distingue al científico cubano».

Al final de sus palabras, Díaz-Canel felicitó a la comunidad médica y científica cubana por su altruismo, por su visión humanista, por su consagración. Ponderó especialmente que la mayoría son profesores. Ustedes, les dijo, «han educado, han enseñado, transmiten valores a sus estudiantes, se convierten en paradigma de sus estudiantes».

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