CARACAS.— El Presidente Hugo Chávez «se encuentra bien y está siendo atendido en el Hospital Militar» Dr. Carlos Arvelo, informó a la opinión pública nacional y extranjera el vicepresidente ejecutivo, Nicolás Maduro, tras una visita este lunes al líder bolivariano.
Chávez ingresó al recinto médico capitalino la pasada madrugada, tras arribar al país desde La Habana, donde cumplió una cuarta etapa quirúrgica: una «compleja» y «dura» evolución postoperatoria que debió afrontar después —según definiciones repetidas en el casi medio centenar de comunicados médicos que en poco más de dos meses emitió el Gobierno Bolivariano.
Fueron días que conmovieron al mundo. Que levantaron pasiones, tanto entre los millones y millones de personas que lo aman en todo el planeta, como entre las élites oligárquicas y burguesas —locales y transnacionales—, que lo detestan (que temen su ejemplo: su sencillez, su bondad, su humildad, su honestidad, su corazón de llanero venezolano).
«Uno de los pacientes de este hospital es Hugo Chávez Frías, nuestro jefe, el jefe supremo de la Revolución», dijo Maduro ante las cámaras de televisión antes de comenzar las habituales reuniones semanales del Consejo de Ministros.
Informó que Chávez se opone a que su presencia en la institución genere problemas a la dinámica cotidiana del recinto.
«Él siempre está pendiente de que en el hospital funcionen las cosas y que se atienda al pueblo al mismo nivel que él es atendido», expresó el Vicepresidente Ejecutivo.
Volvió, volvió, volvió
El regreso del presidente Hugo Chávez a su patria es, indudablemente, una de las noticias más importantes publicitadas por los medios tradicionales de comunicación y las redes sociales en lo que va de 2013. Solo dos han empleado tanta tinta y tantos byte: la renuncia del Papá y la enfermedad de Chávez.
Más allá de los «rating», la solidaridad mundial, en boca de los líderes progresistas del planeta, no demoró.
El presidente Evo Morales expresó que el retorno de Chávez «es una fortaleza, esperemos que se recupere pronto», tuiteó el líder amerindio, a través de la cuenta Twitter de Boliviana de Televisión, @BTVenlinea.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, decía por su parte a los medios: «Chávez es un ícono de la revolución y del cambio en Venezuela y Nuestramérica».
Como amigo —más aún: hermano entrañable— el político ecuatoriano, tras una abisal victoria electoral el pasado domingo, le exigía cariñosamente a Chávez: «Preocúpate sobre todo por tu salud y en recuperarte lo más rápidamente posible: Venezuela, Latinoamérica y tus amigos te necesitamos».
Héctor Timerman, canciller de Argentina, expuso: fundamental es que «que Chávez siga contribuyendo a la unificación y profundización de una América Latina más unida, ejerciendo una posición única ante los factores externos con los cuales tenemos que negociar».
Desde Centroamérica, Rosario Murillo, esposa y miembro del gabinete del Comandante Daniel Ortega, añadió: «Chávez está nuevamente en su patria, su querida patria, y nosotros nos sentimos tan felices».
En el vecino El Salvador, el comandante del épico Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Sánchez Cerén, vicepresidente del país y candidato para las próximas elecciones en esta nación, tuiteo: «le damos la bienvenida a su patria Venezuela».
El experimentado guerrillero no se quedaría ahí. Añadió para constancia en las redes sociales: «tu retorno a Venezuela y el triunfo de Rafael Correa (en Ecuador) fortalecen la esperanza de nuestros pueblos en América Latina de seguir avanzando».
Los mensajes van y vienen.
Ya suman miles. No por gusto, la cuenta tuiter del mandatario venezolano (la segunda más leída en el continente americano, y quizá entre los suscriptos a cuentas de mandatarios en el planeta —delante, aquí, está Barack Obama, cuya nación supera los 300 millones de habitantes), ya suma más de cuatro millones de seguidores.