La sobreexplotación y el calentamiento de las aguas en Centroamérica redujeron la pesca de langostas y camarones, las principales actividades pesqueras en la región, que aportan unos 800 millones de dólares a la economía.
«En los últimos años notamos una disminución y en algunos casos de manera dramática» en la captura de ambas especies, dijo a periodistas el director de la Organización del Sector Pesquero de Centroamérica (Ospesca), el salvadoreño Mario González.
El especialista destacó que esa fue una de las conclusiones del proyecto para fortalecer la investigación interdisciplinaria para la pesca responsable en Centroamérica.
Como resultado de los estudios iniciados hace cuatro años, la región convino de manera conjunta una veda a la captura de langostas desde Belice hasta Panamá, entre el 1 de marzo pasado al 30 de junio.
El estudio servirá para fortalecer las instituciones pesqueras en la región y recomendar el ordenamiento de las capturas con el fin de asegurar la sostenibilidad de las especies marinas, sobre todo las de fines comerciales, dijo González.
En el caso de la langosta «esperamos que el recurso descanse y se renueve; no es que en un año se va recuperar porque estamos hablando de 50 años que lo hemos aprovechado de forma inadecuada», mencionó.
En Centroamérica, importantes comunidades indígenas se dedican a la captura de esa especie en la cual tienen su sustento diario, pero la veda provocará impactos sociales y económicos, admitió González.
Como alternativa, el estudio propone la captura de otras especies o su cultivo.
González indicó que la región también impulsa políticas para contrarrestar la pesca ilegal o no declarada, estimada en un 50 por ciento superior a las capturas registradas.
Los datos del informe de 2007 establecen que Centroamérica produce unas 433 mil toneladas de recursos pesqueros y acuícolas, con un aporte económico al Producto Interno Regional (PIB) de 4.1 por ciento.