Foto: Roberto Meriño Muy buenas tardes.
Raúl, con muchísimo convencimiento, en nombre de los más de 67 millones de consultas que han dado los médicos cubanos en Guatemala, más de 40 000 operaciones Milagro y toda esa solidaridad que hemos recibido del pueblo cubano que, yo lo he dicho muchísimas veces, es producto de una revolución que costó muchísimo, les costó muchísimo a los cubanos, y esa idea de Fidel de iniciar la preparación de muchachos nuestros aquí y toda esa solidaridad humana; pero más allá de eso: esos caminos entrecruzados de Guatemala y Cuba de haber compartido a don José Martí, de tener historias paralelas, tragedias paralelas, luchas paralelas, tomé la decisión de darle la máxima condecoración a Fidel, y lo hacemos con cariño, con aprecio, por reconocimiento; pero también con un gran agradecimiento, por todos los hombres y mujeres que hoy están recibiendo el fruto de una revolución que a ustedes les costó y que al pueblo cubano le costó, y ahora somos nosotros los que estamos recibiendo ese beneficio. Allá en las montañas profundas, allá en la soledad profunda de las aldeas, ahí están los médicos y médicas cubanos trabajando por nuestro pueblo.
Creemos que esta Orden del Quetzal es un símbolo de nuestra amistad y un símbolo de nuestra hermandad, y, sobre todo, de nuestra gratitud por compartir los resultados de una revolución que ustedes hicieron, construyeron y pagaron por ella, y nosotros estamos recibiendo esa solidaridad.
(Aplausos).