Pese a que el bloqueo es semejante a una recta de más de cien millas por hora, el deporte cubano ha podido «sacarle el bate» con resultados en todos los escenarios posibles. Sin embargo, ¿cuántas medallas más hubiésemos obtenido si no fuera por esa hostil política de asfixia?
El béisbol, nuestro deporte nacional, es uno de los que más ha sentido los efectos de ese pitcheo «duro y a los codos». Desde los implementos que pudieran ser adquiridos en el mercado estadounidense a precios más asequibles, hasta los premios en metálico que no han sido recibidos por el simple hecho de que los protagonistas son cubanos residentes en esta Isla.
Autoridades del Inder ilustraron este jueves ante la prensa cómo el cerco económico, comercial y financiero influye en el deporte en general y en el de las bolas y los strike específicamente. Bastan algunos ejemplos:
Si los bates X Bat se importaran directamente de Estados Unidos implicaría un ahorro de 13 dólares por cada uno. Allí cuestan 140 dólares y en la nación donde se compraron, 153.
Con el calzado especializado para el béisbol, incluido el Spike 3N2, sucedió parecido. En el mercado estadounidense, la factura del lote hubiese sido de cerca de 20 000 dólares menos.
Así pasa con otros recursos necesarios para la práctica masiva de la pelota. Y uno piensa en cuántos niños y jóvenes pudieran estar jugando en los estadios de sus localidades o de sus escuelas con esos guantes, bates, trajes, mascotas…
Aunque la Oficina de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) otorgó la licencia para que Cuba pudiera recibir los pagos por concepto de participación y premios en el IV Clásico Mundial de Béisbol, unos 600 000 dólares, hasta ayer no se había recibido ni un centavo, según confirmaron los directivos del Inder.
En la pasada Serie del Caribe, los jugadores Carlos Benítez, William Saavedra y Lázaro Blanco integraron el Todos Estrellas, lo que implicaba premios en metálico que nunca han llegado a sus manos, debido a las restricciones impuestas por el bloqueo para las transacciones financieras.
Tampoco se les permitió viajar a Cuba a equipos profesionales de las Grandes Ligas, entre ellos los Dodgers de Los Ángeles, los Astros de Houston y los Cachorros de Chicago. Además de frustrar la oportunidad de intercambio entre atletas de uno y otro país, se privó a Cubadeportes S.A. y otros proveedores de servicios de ingresar entre 120 000 y 150 000 pesos cubanos convertibles.
Alazanes siguen su trote
Al final, el terreno le dio la razón a Carlos Martí: en el primer juego relevó con lo mejor que tenía en el banco para asegurar el triunfo y ayer le dio la pelota al mismo hombre para que completara la victoria de los Alazanes en la serie de comodines ante un Villa Clara, que lucía derrotado desde antes de empezar el duelo.
Así, el zurdo Leandro Martínez se apuntó un inusual —para él— juego salvado y después hizo lo que sabe hacer bien: abrir y ganar. Le colgó nueve ceros a sus adversarios, y si se suman los tres del martes, la cadena se extiende a 12 en esta miniserie de postemporada.
Su rival, el perdedor Alaín Sánchez, otorgó seis boletos, uno de ellos con las bases llenas para propiciar la segunda y última carrera de los Alazanes.
Al cierre, los Tigres avileños buscaban el éxito que les diera el sexto boleto a la segunda fase, mientras los Cazadores artemiseños trataban de impedírselo.