Fotograma de Guardianes del agua. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
Persiste la V Muestra Itinerante de Cine del Caribe, desde hace cinco años, en compartir orgullosa los valores artísticos de una región poco visibilizada en materia de cine, y con ello nos presenta nuestras riquezas culturales así como la identidad que compartimos todos los países bañados por el Mar de las Antillas.
Una vez más, los itinerarios cinematográficos han retornado a nuestra Isla, luego de haber exhibido una selección de 21 filmes en países como Belice, San Bartelemy, Bahamas, Islas Caimán, San Vicente y las Granadinas, Colombia y Venezuela.
Para abrir la cita se escogió el largometraje de Guadalupe, La felicidad de Elsa, ópera prima de la escritora y directora Mariette Monpierre, quien contó con la ayuda del aclamado escritor senegalés y director de cine Mama Keita para la escritura del guión.
La felicidad... se adentra en el mundo de una muchacha descendiente de caribeños residentes en París, que decide realizar un viaje a Guadalupe para conocer a su padre. Esa búsqueda en el ayer la obliga a entender las implicaciones raciales, a perdonar los errores del pasado y a reconstruir las relaciones perdidas con sus raíces.
Por su parte, en una presentación especial para la clausura (este lunes 17) los espectadores se encontrarán con la fascinante vida de Toussaint Louverture, el guerrero haitiano que aunque nació esclavo llegó a proclamar la independencia de la primera república negra en el mundo. La superproducción de Philippe Nang ha sido premiada en varios certámenes internacionales, entre los que destaca el Festival de Cine Panafricano de Los Ángeles, donde se alzó con tres premios: Mejor Película, Premio del Público y Mejor Actor, concedido a Jimmy Jean-Louis.
Trópico de sangre, del dominicano Juan Delancer, también propone una mirada al pasado en la piel de dos heroínas populares, las hermanas Mirabal, quienes murieron asesinadas a manos de los esbirros del dictador Trujillo. Con un tono contemporáneo dos cintas de Venezuela completan la nómina de cintas de ficción, Las caras del Diablo, de Carlos Daniel Malavé, e Hija de puta, de Alexandra Bas.
La primera revela el descenso a los infiernos de un detective policial para rescatar a su hija secuestrada, en un thriller que se inspira en hechos reales; mientras que la segunda recoge en 14 minutos las ilusiones de Andrea, una niña que cuida a su hermanito, cuando su madre, una prostituta, va a trabajar.
A las cinco obras de ficción se suman 11 documentales que versan sobre los temas más diversos y en los que se divisa, como una línea coincidente, el reconocimiento de la herencia africana que integra lo caribeño, y que añade una dosis identitaria que no tiene otro nombre sino afroantillana.
Así, con FAN do Brasil, de los guadalupeños Stéphanie y Steve James, nos acercamos al Festival de Artes Negras de Brasil (FAN), para entender los lazos entre África y sus diásporas, y apreciar el aporte de los afrobrasileños a la cultura y al desarrollo económico de su país.
Anclada toda su obra en las tradiciones de las comunidades negras cubanas, Gloria Rolando nos presenta en 1912. Voces para un silencio cap. 1., la historia del Partido de los Independientes de Color, aproximándonos a la trayectoria del movimiento negro en Cuba desde la época colonial. De resistencia también nos habla Bad friday, de los jamaicanos Deborah T, John L. Jackson y Junior W., que se enfoca en una comunidad rastafari de Jamaica y su conmemoración anual del triste incidente de Coral Gardens de 1963 cuando, un poco después de la independencia, el gobierno acorraló, encarceló y torturó a centenares de integrantes de dicho movimiento.
Gracias a Jean François Chalet, nos moveremos Del cafetal a la tumba francesa para conocer cómo la tumba francesa, esos bailes inspirados en los salones de Versalles, se mezcló con las tradiciones danzarias y religiosas africanas en Haití, y terminaron resguardándose en Cuba. Junto a las ruinas de los cafetales de los colonos franceses en el oriente cubano, la tumba francesa fue declarada por la Unesco, Obra Maestra del Patrimonio de la Humanidad.
Asimismo, sin escapar de las esencias de la negritud, nos llega una autora caribeña en un curioso documental que juega con la animación 2D y 3D junto con la ficción, bajo el título de Yo, Maryse C., escritora negra y rebelde, realizado por Dimitry S. Zandronis.
La V Muestra Itinerante de Cine del Caribe nos ofrece también la oportunidad envidiable de indagar, por medio del séptimo arte, sobre la existencia de una longeva guadalupana que bailó con Josephine Baker (La mística del baobab, Guadalupe); el diseñador Peter Minshall, ganador de un premio Emmy (Mas man, Trinidad y Tobago); las conversaciones de un excéntrico francés de 80 años con su hija, que murió a causa de sida (Sin ti, contigo, Venezuela) y cómo la selección de la reina de la VII Serie Mundial de Béisbol se convirtió en la primera elección popular en la historia de la tierra de Bolívar (La reina del pueblo).
Un punto y aparte para ¡Sonó, sonó, Tite Curet! (Gabriel Coss e Israel Lugo, Puerto Rico), galardonado con dos premios Emmy en las categorías de Mejor documental cultural y Mejor fotografía, que homenajea al compositor más importante que ha tenido la salsa: Tite Curet Alonso. El panorama documental se completa con Figueroa, del cubano Rigoberto López, quien preside la Muestra Itinerante de Cine del Caribe.
Para los niños y adolescentes ha sido también esta Muestra. Es por eso que seis de las cintas incluidas en el programa están destinadas a que este público se reconozca también dentro de los parajes culturales de nuestra región.
Las fábulas animadas venezolanas nos trasladan a los Andes, donde los indígenas ven al oso como una deidad (El oso Miyoi); nos harán sumergir junto a Chucho, la mantarraya, por las contaminadas aguas de una isla caribeña (Hoy no se hace pastel de Chucho); y nos introducirán a los Guardianes del agua, que desean proteger a los animales de las montañas. Por su parte, el cubano Adrián López se inspira en el Abdala de José Martí que sitúa en las comarcas mayas de México en su corto Abdala, el retorno de los señores de Xibalbá, siempre con el amor a la Patria como pasión principal de su protagonista.
Dos documentales más se han incluido para disfrute de los adolescentes: Eyerí, un músico con magia, del boricua Frank Elías, y Dudamel: el sonido de los niños, del venezolano Alberto Arvelo, ambos conectados por los sueños de la infancia y la música.
La de Eyerí es la historia de un niño de cuatro años con un gran talento para la música; la de Dudamel es la de muchos niños que, gracias a los programas orquestales, viven la alegría de la música y nos dejan un mensaje claro: el arte es un derecho universal. Esta obra de Alberto Arvelo tiene por figura central al director de orquesta Gustavo Dudamel, calificado como un genio musical, y merecedor en 2012 del Premio Grammy, quien cristalizó su éxito gracias al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, ideado en 1975 por el maestro José Antonio Abreu, con gran impacto en localidades tan disímiles como Bolivia, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Colombia.
Abre caminos entonces esta Muestra para que niños, jóvenes y adultos se sientan orgullos hijos de Caribe nuestro, que baña a nuestros pueblos con sus olas de mixtura cultural.