En el país se ha incrementado la vigilancia y el patrullaje Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 14/05/2020 | 01:29 pm
CIENFUEGOS.— Se les ve desandando las calles sin descanso. Lo hacen al alba, a pleno punto del mediodía y hasta en las noches, cuando muchos ni perciben que les cuidan el sueño.
Su figura se ha vuelto habitual en las puertas de los comercios, apercibiendo desde el respeto y la cordialidad en que los ha educado la Revolución.
Movidos por el fuerte impacto social y humano de su labor en estos tiempos, cuando la pandemia ha impuesto un incremento de la vigilancia y el patrullaje, jóvenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT) hacen cumplir lo dispuesto por el país para evitar que el contagio del persistente virus se salga de control.
Muchas voces en el pueblo claman más rigor, multas, o fuertes reprimendas contra quienes infringen el orden establecido para esta situación excepcional, pero ellos insisten siempre en educar, sin perder el sentido de su principal misión: persuadir al pueblo para que adquiera percepción de riesgo, algo que todavía está difícil de alcanzar.
Así lo declaró el Teniente Coronel Alexander Ávalos Jorge, Jefe de Operaciones del MININT en Cienfuegos, quien cada día insiste a su tropa en que, al dirigirse a un ciudadano, deben hacerlo siempre con respeto y buenas maneras, «Den los buenos días, las buenas tardes, las buenas noches», les recuerda, aunque la prioridad sea instar a regresar a casa a una persona mayor de sesenta años, una embarazada, un niño o un adolescente de esos que todavía deciden salir a retar al virus.
«Hemos encontrado hasta reincidentes, muchas veces porque no les queda de otra y deben salir, pero en ese caso el proceder es diferente: Tratamos de contactar con la familia, alguien cercano o las organizaciones de masas para que los apoyen», explicó Magdiel Pérez González, joven del batallón de Tropas Especiales.
En esta ciudad ya se han hecho indispensables, porque los cienfuegueros los sienten protectores de su bienestar, y no pocas veces se bate palmas y se emiten clamores de aprobación cuando uno de estos muchachos uniformados aparece al frente de una cola.
«Es muy importante el trabajo de las autoridades, y creo que se merecen todo nuestro afecto y respeto. Lo mejor que podemos hacer para corresponderles es cuidarnos. Todavía hay muchas personas que no entienden la gravedad de la situación y se exponen innecesariamente», consideró una adulta mayor residente en el reparto Pueblo Griffo.
«El trabajo con los civiles es muy difícil», expresó Dariel Toyos Marrero, Primer Teniente del Batallón de Prevención de la provincia, al quien entrevistamos en medio del céntrico Parque Villuendas, en ese momento lleno de personas que hacían uso de la zona wifi, se mostraban expectantes de las colas o simplemente decidieron darse un escape del indispensable aislamiento social.
«Estamos enfrentando situaciones muy difíciles, sobre todo cuando entra el pollo o el aceite a las tiendas. Nos toca llevar a conciencia de las personas que deben mantener la calma y la distancia de metro y medio entre ellos. Tratamos siempre de persuadir, pero cuando es necesaria otra medida la tomamos porque lo importante es cuidar al pueblo a toda costa», enfatizó Marrero.
Por eso duele escuchar a quienes protestan a sus espaldas, porque su presencia representa una barrera para coleros, acaparadores y esos otros aprovechados quienes ven ahora bien difíciles las artimañas para evadir la fila.
«A veces no quieren entender, o no les conviene, e insisten en una conducta incorrecta. En esos casos no dudamos en conducirlos a la unidad, donde son multados por no obedecer», manifestó el Sargento de Primera José Rolando Hernández González, perteneciente al Batallón de Tropas Especiales de Cienfuegos.
«Estamos viviendo la Angola de nuestra generación, y los jóvenes de las FAR libramos esta batalla con el mismo compromiso con que lo hicieron nuestros predecesores en aquel momento», consideró el Capitán Alexander Valdés Sosa, organizador de la Unión de Jóvenes Comunistas en la Región Militar de Cienfuegos.
Coinciden en que salvaguardar la vida de los cubanos es una de las tareas más importantes que les ha tocado, y la asumen con orgullo, porque esta dura circunstancia de la COVID-19 les ha dado la oportunidad de hacer de este un tiempo de jóvenes.