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El voto que viaja con una paloma (+ Fotos y Video)

Durante esta jornada de votaciones, una de las vías alternativas de comunicación para trasmitir la información desde los lugares más intrincados de la geografía nacional hacia las comisiones electorales, es la actividad de los colombófilos, fuerza responsable que demuestra la valía de la juventud cubana

Autor:

Liudmila Peña Herrera

LA MELBA, Moa, Holguín.- Por entre el lomerío y los penachos de las palmas que se yerguen buscando los tímidos rayos del sol, Ayán Verdecia Samón vigila el batir de las alas y, mentalmente, les desea suerte. Confía en ellas, pero no puede dejar de sentir aprehensión por la ruta que deben seguir las dos palomas que ha enviado con el primer parte de la jornada electoral que definirá el destino de la Isla.

Ha salido un día antes de su casa, en la cabecera municipal, para cumplir por primera vez con este cometido. Ha dormido la noche del sábado en el albergue de uno de los sitios más intrincados de su municipio, ha compartido con los lugareños, ha vivido junto a ellos los últimos preparativos previos a este domingo histórico, y ha madrugado para ser de los primeros en votar, acá arriba, a casi 50 kilómetros de su casa, y así poder cumplir con la misión que le ha confiado la Asociación de Colombófilos: servir de enlace entre la ciudad y la montaña, si la comunicación satelital fallara o los radioaficionados tuviesen algún percance. Nada de esto ha sucedido, pero aun así, el joven de 35 años, trabajador de la Fábrica de Níquel Pedro Soto Alba, ha asegurado bien en el anillo de las patas de las palomas el pequeño mensaje con el número de electores que, en las primerísimas horas, ya ha votado y las ha echado a volar, mirando al cielo y deseando, calladamente, que no llueva.

«¿No se perderán?», le pregunto y él sonríe, adivinando lo poco que conoce esta periodista de colombofilia.

«Antes de venir a La Melba, hemos realizado con ellas numerosas prácticas, y una amplia preparación para esta misión. Estas son palomas que acaban de participar en una competencia que se realiza tradicionalmente en el territorio. Lo más difícil ha sido entrenarlas para que vuelen en sentido contrario a como debían hacerlo para el certamen, o sea, antes debían viajar de Moa a Villa Clara, y durante estos días lo han hecho de La Melba a mi casa. Sé que lo harán bien. Lo único que me preocupan son los gavilanes y otras aves de rapiña», explica el colombófilo.

«¿Y llegarán a tiempo? ¿Cuánto se demoran?», vuelvo a interrogar.

«Lo máximo que se deben demorar son 45 minutos, pero es posible que en media hora ya estén tocando el suelo del palomar que tengo situado en la azotea de mi casa, donde las estará esperando Reydel La O Pérez, encargado de recibir el mensaje y llevarlo directamente hasta la Comisión Electoral Municipal» –expresa Ayán y hace un gesto con la mano, como queriendo apuntar algo más, y añade: «Hay un detalle que no te he dicho: como son dos palomas, Reydel debe asegurarse de que el número que venga en la pata de la paloma sea el original, porque cada una trae un mensaje, pero aunque el número es el mismo, en uno de ellos dice “copia”, para asegurarnos de que, si no llega el original, cuenten con el duplicado».

En la provincia de Holguín, durante esta jornada, se ha previsto la utilización de las palomas mensajeras en varios puntos montañosos del Plan Turquino, los cuales no solo pertenecen a Moa, sino también al municipio de Frank País.

En Moa, por solo citar un ejemplo, participan tres colombófilos (asociados activos), y otros tres compañeros más, que apoyan la actividad desde la ciudad para llevar el mensaje hasta las manos de las autoridades electorales.

La circunscripción número 54 es conocida como La Melba, una zona que cuenta con 168 electores, de los cuales tres votan por primera vez.

En este lugar la comunicación mediante las palomas mensajeras no constituye la principal vía para emitir información, según explicó a JR Sonia María Alazo García, presidenta de la Comisión Electoral Municipal en Moa, pues «para las conocidas como zonas de silencio se disponen teléfonos satelitales y se cuenta con la ayuda de los radioaficionados para trasmitir en cada parte. Sin embargo, la actividad de los colombófilos retoma una práctica antiquísima, utilizada incluso por los mambises, porque hay que preverlo todo dentro del plan de aseguramiento de las comunicaciones», aseguró Alazo.

Yasel González Fuentes, presidente de la Asociación de Colombófilos de Moa, lleva cerca de diez años participando en los preparativos y la organización de las elecciones en este territorio. Afirma el joven de 34 años que «la comunicación mediante palomas tiene un 90% de efectividad, limitada solamente por las condiciones climáticas y las aves de rapiña». 

Para este muchacho, trabajador de la Empresa Mecánica del Níquel, participar en la organización de estas votaciones y ejercer su derecho como elector, constituye «un privilegio porque ayudo a decidir el futuro de mi país. Dentro de unos años, podré decirles a mis hijos, a los nietos que seguro tendré, que yo participé en la aprobación de esta Constitución».

En la provincia de Holguín, la segunda del país con mayor cantidad de electores (786741 personas en edad para votar), existen 1266 circunscripciones, de las cuales 88 se encuentran en la zona más intrincada del Plan Turquino (Cueto, Mayarí, Sagua de Tánamo, Frank País y Moa), donde hay 144 colegios -43 de ellos de difícil acceso-. Y aunque la tecnología marca la vida moderna, hoy no se desprecia ningún recurso viable y seguro, cuando se trata de refrendar una Constitución que marca el futuro de Cuba.  Desde aquí partieron las primeras palomas que ya han hecho entrega del mensaje que ratifica la voluntad de los montañeses de tener una Constitución más acorde a los nuevos tiempos, en un país que escucha la voz de todos, desde la que nace en medio de la agitación citadina hasta la que se origina entre las palmas del lomerío.

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