Teatro La Trinidad se robó el show en plena calle. Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 06/01/2025 | 09:43 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Diciembre siempre trae a la añeja urbe del Yayabo los olores y sonidos que desprende el arte más desenfadado, el que intenta romper con las tendencias más conocidas, el que sabe cómo robarse el show en plena calle, a pesar de bullicios de transeúntes y vehículos. Y lo hace, gracias a las luces de las Lunas de invierno, un suceso esperado e impulsado en cada recta final de 12 meses de trabajo por la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
«Celebramos la mayoría de edad. Son ya 18 años de convertir a Sancti Spíritus en la capital del arte callejero; aunque reconocemos que lo que hoy podemos hacer dista mucho de las primeras ediciones, cuando la ciudad acogía a artistas prácticamente de todo el país durante una semana. Pero lo importante es que sigue vivo y los públicos y creadores lo viven intensamente», reconoció Lil Laura Castillo, presidenta de la filial de la AHS.
¡Y no exagera! Durante varias horas, la rutina se rompió. El bulevar y las galerías de la Casa del Teatro y del hotel Plaza, la Casa del Joven Creador, los portales de la casa de cultura Osvaldo Mursulí y la galería de arte Oscar Fernández Morera acogieron las propuestas diversas.
Como ya es habitual desde hace seis ediciones, la cita comenzó con su apartado teórico: el evento de jóvenes investigadores Pienso, luego existo. En esta ocasión, se dedicó a escudriñar cómo es posible convertir las investigaciones en artículos científicos, y también sirvió de plataforma para la presentación de textos nacidos al calor de las editoriales Luminaria, Sed de Belleza, Perla del Mar y Feijóo, así como estudios recientes de diversas temáticas.
«Hablar de huellas es muy aventurado porque tenemos pocas ediciones. Pero nuestro principal resultado, además del intercambio necesario, es que contamos con el libro Pienso, luego investigo. (In)Experiencias y motivaciones de jóvenes cubanos. Y si bien no me gusta decir que es una segunda parte, ya trabajamos en otro volumen similar», expresó Liset López Francisco, quien ideó este encuentro acogido con naturalidad por Lunas de invierno.
Por su parte, las artes visuales se adueñaron de varios espacios. La exposición colectiva Metamorfosis y City, de Alexander Badía, dio rostros a los colores y pinceles de firmas jóvenes.
«Ha sido muy interesante participar —dijo el sagüero Alexander Badía—. Es mi primera vez en esta urbe y ha sido muy provechoso porque hay un trabajo muy interesante en el taller de la gráfica con la técnica del grabado».
Se robaron las palmas las propuestas del Guiñol de Santa Clara, Teatro La Trinidad, Parabajitos, la payasita Lil Alelí y las compañías infantiles Los Yayaberitos y La Colmenita Dueños de la Felicidad.
«No nos perdimos la invitación. Llegamos a Sancti Spíritus para dialogar con sus públicos —confesó Leyén Reca Beltrán, directora de Teatro La Trinidad, mientras se llenaba de barro para construir su personaje—. Es una oportunidad muy enriquecedora para los más jóvenes de mi grupo, que no han tenido oportunidad de interactuar
con quienes, como ellos, viven por y para el teatro».
La trova y la poesía, así como la música electrónica encontraron su guarida en la 18va. edición de las Lunas de invierno. Nelson Valdés, Marcos David Fernández Brunet (el Kíkiri de Cisneros) y Abel Geronés fueron algunas de las voces que deleitaron a los públicos que desafiaron las lloviznas de las últimas jornadas de 2024 en tierra yayabera.
«Vine el año pasado y no dudé en regresar. Un espacio como este es muy necesario, ya que vivimos en una sociedad donde el consumo cultural está muy polarizado. Es una propuesta diferente que se tiene que proteger porque defiende el arte callejero, las expresiones genuinas de nuestra canción, que tiene raíces en una tierrra como esta», opinó el autor de la canción Vuela.
Al igual que Abel, el bailarín Yanoski Suárez Rodríguez compartió su estancia en esta tierra para interactuar con el alumnado de la escuela de arte Ernesto Lecuona, de Sancti Spíritus, la única perteneciente a la enseñanza artística.
«Es un deber de cada artista preocuparse por la formación del presente y el futuro de este país. En el caso de ese centro hay muchachos con mucho talento y que necesitan de toda la ayuda porque, por ejemplo, la danza tiene un claustro joven. Fue un placer que los resultados del taller que impartí formase parte de una de las noches de Lunas de invierno», alegó el santiaguero y director de la compañía de arte y creación contemporáneo Ad Livintum.
Ariel Fonseca (izquierda) entregó el premio literario Casatintas a Daryl Ortega González. Foto: Cortesía de Ariel Fonseca
Como colofón de las jornadas de júbilo se entregó el premio literario Casatintas, convocado por la filial espirituana de la AHS y el Centro Provincial del Libro y la Literatura. En esta edición recayó en las manos del habanero Daryl Ortega González por su texto El club de las cuatro esquinas, integrado por cinco cuentos.
De acuerdo con uno de los miembros del jurado, Ariel Fonseca, Ortega mereció el lauro por presentar un cuaderno «pertinente por la manera en que aborda gran diversidad de temas nacionales, sin juicios cáusticos ni definitivos, pero sí con una convocatoria a la reflexión».
Es este el primer libro que saldrá bajo la firma del joven de 32 años, quien también incursiona en la literatura de ficción.
«Siempre fue un reto participar, por el prestigio que tiene, ya que es una posibilidad para los jóvenes de todo el país, miembros o no de la AHS. Sabemos que un escritor novel publica cuando gana un premio y eso te da una garantía de la calidad, pues un jurado lo evaluó con anterioridad. Además, ha sido muy bueno estar en Sancti Spíritus por primera vez y en un evento tan acogedor y diverso», declaró.
Bastan esas palabras para que el equipo de la filial espirituana de la AHS se cargue de energías para, desde ya, echar a volar los sueños y diseñar, a pesar de los contratiempos lógicos del contexto de hoy, cómo se puede poner empeño para que cada fin de año las luces de las Lunas iluminen de forma diferente a toda una ciudad.