Se prevé que los glucómetros que se fabrican en China con la marca SUMA puedan hacerse en la Zona Especial de Desarrollo Mariel en un futuro no lejano. Será una producción mixta entre el Centro de Inmunoensayo y la empresa del gigante asiático Sinocare. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:52 pm
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de 347 millones de personas que padecen diabetes, y se espera que esta sea la séptima causa de muerte en 2030. En Cuba existen aproximadamente 800 000 pacientes aquejados por esta enfermedad crónica, y se estima que hay un porciento de la población que desconoce padecerla.
Para contribuir al diagnóstico certero de la diabetes en el archipiélago, y apoyar de modo general el manejo del padecimiento endocrino, este martes se inaugurará la Planta de Producción de Biosensores del Centro de Inmunoensayo, la cual es fruto de convenios de colaboración entre la República Popular China y Cuba.
Esta entidad, en la capital, es el resultado de una transferencia de tecnología de la empresa china Sinocare al Centro de Inmunoensayo (CIE), según informó la máster en Ciencias Niurka Carlos Pías, directora del CIE, adscrito a BioCubaFarma.
«La planta surgió por indicaciones de la dirección del país, para poner a disposición de los diabéticos cubanos una tecnología que les permita conocer sus niveles de glucosa en sangre de manera exacta.
«Esta obra es un sueño hecho realidad del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y a él se le dedica de manera especial, por enseñarnos a soñar y a perseverar para hacer realidad las utopías», acotó.
La Directora del CIE precisó que la inauguración oficial de la planta se hará durante la visita a nuestro país de Xi Jinping, presidente de la República Popular China, y que Xu Shaoshi, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de ese país asiático, asistirá al acto que dejará oficialmente estrenado el enclave productivo.
La juventud como fortaleza
La ingeniera química Idalmelis del Castillo, directora de la planta, aseguró que tendrá una capacidad productiva anual de 20 millones de biosensores (tiras reactivas que usa el glucómetro para develar los niveles reales de glucosa en sangre), pero se estima que los volúmenes productivos aumenten progresivamente, cuando se exploten todas las capacidades y se pueda implantar el doble turno de trabajo.
Subrayó que los biosensores están registrados por el Cecmed, que es la autoridad reguladora de medicamentos de la República de Cuba, la cual se encarga además de promover y proteger la salud pública a través de un sistema regulador, capaz de garantizar el acceso oportuno al mercado de productos con calidad, seguridad, eficacia e información veraz.
Explicó que el inicio de la inversión data de 2009, cuando se comenzó la remodelación de los locales que existían para adecuarlos a los requerimientos tecnológicos que demanda la planta.
A finales de 2013 quedó terminada la fase de construcción y montaje, y a principios del corriente comenzó su puesta en marcha, junto con el entrenamiento de los 41 trabajadores que laborarán allí. Desde abril y hasta la fecha han producido cerca de 40 000 unidades.
En esta planta el sexo femenino es mayoría, y la edad promedio es de 25 años. Según Del Castillo, la juventud y preparación del personal son fortalezas que permitirán alcanzar los niveles de eficiencia y productividad deseados, pues gran parte del trabajo es manual y requiere de mucha precisión.
Idalmelis apuntó que el Centro concibió el proceso de modo sostenible desde su concepción. Cada fase respetó estrictamente las normas que se establecen en las inversiones, las cuales tienen que armonizar con el medio ambiente.
Señaló que el 80 por ciento del espacio está conformado por salas blancas, clase D, las cuales garantizan parámetros de calidad relativos a las cualidades asépticas que se requieren durante el proceso.
Adelantó que se prevé que los glucómetros que hoy se fabrican en China, con la marca SUMA, puedan hacerse en la Zona Especial de Desarrollo Mariel en un futuro no lejano. Será una producción mixta entre el Centro de Inmunoensayo y Sinocare.
Para concretar el proyecto se construirá una planta que superará en extensión y tecnología, en cerca de cinco veces, la que se inaugurará oficialmente el martes venidero en el CIE, la cual cuenta con una superficie de 1 200 metros.
Persiguiendo la calidad
Aunque en el Centro de Inmunoensayo existe un departamento que controla la calidad de todas las producciones, no hay que esperar a que las de esta planta lleguen hasta allí para validar sus cualidades. Lo ideal es seguir cada proceso con rigor, para evitar las pérdidas que se asocian al rechazo. De ese modo la joven ingeniera química Daimar Matos, jefa de Producción de la planta, considera que debe gestionarse la calidad.
«Dentro de mis funciones está controlar las compras, chequear el consumo de las materias primas para que se haga con racionalidad y con las normas técnicas como guía. Debo estar al tanto para que no falten los insumos y como consecuencia se afecte la producción continua», señaló.
Las seis áreas de la planta son importantes, pero hay una que según la Doctora en Ciencias Milenen Hernández es muy sensible para validar la calidad de la producción.
«El Área de Dispersión es donde se preparan las soluciones químicas específicas para la detección de la glucosa en sangre, que deben acompañar al biosensor.
«Ahí pesamos las sustancias en balanzas analíticas de alta precisión. Los volúmenes tienen que ser proporcionales con los cálculos químicos. De eso depende la veracidad del diagnóstico», afirmó.
Exportar para subsidiar
Al referirse a la exportación de los biosensores, Idalmelis señaló que con la República Popular China ha existido un contrato de Fabricante de Equipos Originales (OEM), consistente en que el país asiático produjera esos insumos del glucómetro, y los comercializara a la Isla con la marca SUMA, que identifica al Centro de Inmunoensayo.
Gracias al contrato OEM el país ha podido abastecerse de los biosensores hasta estos momentos, y ha exportado una cifra considerable a países como Venezuela, donde se han utilizado, principalmente, en la misión médica.
Niurka Carlos, directora del CIE, aclaró que todo cuanto se pone a disposición del Ministerio de Salud Pública (Minsap) bajo la tecnología SUMA se subsidia con las exportaciones globales del Centro de Inmunoensayo.
«El año pasado tuvimos ventas totales por más de 84 millones de pesos; de estos más de 52 millones se obtuvieron por concepto de exportaciones, con una productividad del trabajo de 243 000 pesos por trabajador», sostuvo.
Dijo que gracias a esas exportaciones e indicadores económicos es posible hacer sostenibles las producciones, y, a precios módicos, proveer al Minsap con productos como los glucómetros y los biosensores, pues el objetivo fundamental de la institución es trabajar para elevar la calidad de vida del pueblo cubano.