Imagen o semblanza obtenida de Silvestre de Balboa y Troya, con 45 años de edad, momento en que escribió Espejo de paciencia. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 05:43 pm
Camagüey.— Vuelve a ser noticia el considerado precursor de la literatura cubana, Silvestre de Balboa y Troya (1563-1649), canario-criollo que nos legara Espejo de paciencia, con una carta dedicatoria fechada el 30 de julio de 1608.
Desde que la primera obra literaria cubana vio la luz, se han desatado confusiones y misterios sobre la vida y obra de su autor.
Aunque diversas indagaciones han logrado esclarecer episodios, hechos, fechas de la existencia y el quehacer del notable literato, continúa latente el debate acerca de cómo era su rostro, discusión que se enturbió a causa de un desliz, publicado en la red de redes hace varios años.
Ante la pifia, el destacado investigador histórico Ramiro Manuel García Medina, quien por más de dos décadas ha develado no pocos entuertos sobre esta página de la identidad nacional, se decidió a concebir una imagen de Balboa.
El estudioso de la Ciudad de los Tinajones lamenta que la imagen de este creador fuera confundida con la del famoso teatrista madrileño Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681).
El autor del libro Vida de Silvestre de Balboa y Troya: El canario precursor de la literatura cubana (Editorial Ácana, 2010), a través del cual realiza aportes a las historiografías cubana, canaria y española en general, actualmente desentraña, desde una óptica novedosa y científica, una semblanza del precursor. Ese tema se aborda en su más reciente texto, aún inédito: Silvestre de Balboa y Troya: Su biografía, el poema Espejo de paciencia y su odisea por 253 años.
—¿Desde cuándo ocurre el error con el retrato de Silvestre de Balboa?
—Desde 2008 se divulga en medios nacionales e internacionales un retrato de Silvestre de Balboa que puede catalogarse de falso.
«Jamás hubo indicio de su retrato o descripción de su figura. Esta aseveración se fundamenta en estudios enriquecidos, a partir de la revisión documental efectuada en los archivos de Sevilla, Valladolid, El Escorial, Madrid, su casa natal en Las Palmas de Gran Canaria, y en los de Cuba».
—¿Está convencido del error?
—Después de hacer múltiples comprobaciones, me propuse subsanarlo, manifestando el deseo de crear una semblanza de Balboa, nunca antes efectuada.
—Es de conocimiento público que del precursor de la literatura cubana ni existen osamenta ni descripción verbal de su físico, ni retrato. ¿Cómo desentrañar entonces su semblanza?
—Presenté un proyecto para crear una imagen que se asemejara a Balboa cuando tenía 45 años de edad y escribió Espejo de paciencia. La comprensión y apoyo de amigos y organismos especializados, como el Laboratorio de Criminalística Provincial del Ministerio del Interior (Minint), lo hicieron posible.
«De conjunto, trabajamos con la hipótesis formulada por mí, pues me especialicé en Genética como parte de mi profesión, de que Balboa pertenecía al grupo mediterranoide, pues esta genealogía es típica de la zona donde nació, y no la cromañoide, que fundamentalmente es de la parte occidental del archipiélago canario.
«Como punto de partida se escogió, entonces, un cráneo mediterranoide. A hacer una semblanza nos ayudaron los principios observados en los rasgos antropológicos de esos dos grupos canarios. Acerca de ellos hay importantes investigaciones de la autoría de R. Verneau, M. Fusté e I. Schwidetzky, en las cuales se certifica la existencia de ambos por esqueletos aborígenes canarios conservados en museos, cuyos rasgos se manifiestan en las generaciones actuales.
«Los cromañoide poseían cara ancha y baja, nariz ancha, arcos supraorbitales muy marcados, y existían en todas las Islas Canarias, siendo más abundantes en Tenerife y Gomera. Ello nos hizo abrazar la idea de que el cráneo de Balboa pertenecía al grupo mediterranoide, que habitó en la zona de Gran Canaria, en la costa y el sur.
«El literato nació el 30 de junio de 1563 en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad capital de la isla y provincia del mismo nombre».
Los mediterranoide eran de cara larga y estrecha, contorno pentagonal o rectangular y de nariz estrecha, pequeña y recta.
Ese resultó ser unos de los elementos primarios para ir a la configuración de su rostro, narra. «Pero no era suficiente, pues solo disponíamos de fotos de los cráneos reportados por los investigadores señalados. Siguiendo leyes genéticas, nos preguntamos: si en las generaciones actuales canarias esos rasgos se manifiestan, ¿sucedería igual con los naturales canarios y sus descendientes residentes en nuestra provincia?
«Nos ceñimos a los principios genéticos señalados por investigadores de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, Islas Canarias, en la obra Canarias (Editorial Anaya, S.A., Madrid, 1980), sobre las fisonomías de los cráneos mediterranoide y cromañoide, y cito: “… rasgos que los propios investigadores confirman se han manifestado, de una forma u otra, en las generaciones posteriores a la conquista castellana y en la población canaria actual”.
«Por ello decidimos hacer observaciones directas a los naturales de Gran Canaria y sus descendientes (hijos y nietos) residentes en la región de Camagüey. Escogimos solo a los varones —los cráneos femeninos poseen diferencias— que fenotípicamente cumplían con la forma craneal mediterranoide. A estos se le practicaron radiografías craneales para compararlas con la foto que teníamos y hallar similitudes con el cráneo canario tomado como patrón.
«Este cotejo comprobó la existencia de semejanzas. O sea que, también en Camagüey, a pesar de las mezclas raciales y las generaciones transcurridas, descendientes de Gran Canaria presentan manifestaciones hereditarias de los aborígenes canarios del tipo racial mediterranoide».
—¿El resultado le permitió conformar la imagen semejante a la de Balboa?
—Fue un proceso de investigación de cerca de dos años para lograr la semblanza. Imagina cuántos escollos superamos y cuánta paciencia y optimismo tuvimos.
«El trabajo con las muestras se facilitó gracias al estudio Canarios en la provincia de Camagüey: Una emigración que se extingue, que desarrollé en el 2002 sobre los emigrantes canarios residentes en la provincia.
«Se determinó que de los 90 naturales existentes en aquel año, 32 eran oriundos de la isla de Gran Canaria y de ellos 14 eran varones, 13 de los cuales procedían de padres y madres naturales de Gran Canaria. Conjuntamente realizamos pruebas con técnicas de Criminalística a los descendientes varones factibles de esos naturales y sus descendientes de Gran Canaria.
«Tras definir que los cráneos estudiados mantienen similitud con los mediterranoides originales, se procedió al montaje para llegar a la imagen deseada, que no buscó la creación de una representación exacta del rostro de Balboa, pues no hay osamentas de él, sino una fundamentada en parámetros científicos, que fuera semejante».
—Pero al cráneo obtenido hubo que agregarle un rostro y expresión, cabello, tonalidad de los ojos. ¿Cómo lo lograron?
—A la radiografía del cráneo logrado de los canarios-camagüeyanos se le incorporaron los rasgos del grupo mediterranoide canario.
«El diseño del cabello y barba responde a los que usaban contemporáneos españoles a Silvestre y de los que sí existen retratos. El color de los ojos, castaño u oscuro, fue sugerido, pues no hay nada definido en el prototipo canario hasta el momento, y la expresión del rostro se concibió a partir de la información contenida en documentos fidedignos que de él poseo.
«Su expresión representa a un hombre de 45 años de edad, de carácter fuerte, pues a pesar de ser padre de familia, poeta, escribano de cabildo público y alcalde de la villa —dato novedoso— fue también un arriesgado contrabandista.
«Su vestimenta exigió una profunda indagación de las costumbres de la época, que incluyó los trajes usados por personajes de finales del siglo XVI e inicios del XVII, etapa de estancia de Balboa en Puerto Príncipe.
«No lo presentamos con el típico atuendo que empleaban los señores ante la corte española, como certifican retratos de contemporáneos suyos, como Miguel de Cervantes, Lope de Vega… sino una prenda más adaptada a las condiciones tropicales de Cuba y el medio en que vivió. De este concepto también surge el largo de su cabello».
—¿Satisfecho con sus investigaciones y resultados?
—De mis investigaciones y sus resultados sí, pero no de su impacto nacional, porque a pesar de los esfuerzos de más de dos décadas de estudios en los que fundamento su existencia, vida y obra, aún autores e intelectuales cubanos continúan usando informaciones incorrectas acerca de su figura y poema.
—¿Ha encontrado nuevos datos acerca de su vida y obra?
—Los nuevos documentos obtenidos en el Archivo General de Indias revelan a Silvestre como alcalde de Puerto Príncipe antes de 1599. Los detalles de cómo adquiere, tramita y se le aprueba el oficio de escribano de la villa por el Cabildo del lugar, a finales del propio año, y la existencia del canario Alonso Hernández, apodado el Viejo, quien creó el V soneto. «El viejo aparece como vecino de la villa de Puerto Príncipe desde el 1ro. de enero de 1532».
Intelectuales de esta tierra descuellan internacionalmente, recuerda García Medina. «Brillan entre tantos, Silvestre de Balboa, Gertrudis Gómez de Avellaneda y el poeta nacional Nicolás Guillén, solo por mencionar algunos, pues a estas figuras las secunda una pléyade de importantes escritores contemporáneos que salvaguardan la tradición».