La consagración de los holguineros a la solución de los daños ocasionados por el huracán Ike ha cobrado un impresionante empuje
Recuperarse de los estragos dejados por Ike, volver a la normalidad, reconstruir la provincia..., llámesele como se le llame; lo cierto a todas luces es que tras haber sufrido un zarpazo como nunca imaginaron, los holguineros están dando un testimonio de estoicismo y laboriosidad que llenaría a cualquiera del más sano orgullo.
¡Y no tiene nada que ver con vanaglorias o tufillos de complacencia!, porque todavía es mucho el trecho por andar, pero es justo el intento por esbozar cuánto se ha avanzado desde aquel 7 de septiembre, cuando el ojo del último de los huracanes en azotarnos se adentró en el archipiélago, a las 9 de la noche, por Cabo Lucrecia, municipio holguinero de Banes, con vientos sostenidos de 205 kilómetros por hora.
La provincia recuperó ya más del 92 por ciento del servicio eléctrico. Tras unas treinta horas de acción devastadora, incluyendo la de sus bandas espirales, recibieron afectaciones parciales o totales más de 130 000 viviendas, el grueso de ellas en los territorios costeros de Moa, Sagua de Tánamo, Frank País, Mayarí, Rafael Freyre, Banes, Antilla, Gibara y Holguín.
Entre otros servicios, los de electricidad, las comunicaciones y el acueducto, prácticamente colapsaron en los 14 municipios de la provincia. Decenas de miles de árboles y de sembrados fueron segados. Se interrumpieron vías de acceso, se acumularon toneladas de desechos, y los resultados agrícolas conseguidos durante años se vieron, en muchos sitios, reducidos a polvo.
Pero el trabajo sin descanso de todos estos días ha rendido sus frutos. Solamente en la generación eléctrica, el Consejo de Defensa Provincial reconocía ayer la recuperación de más del 92 por ciento del servicio a los clientes en el nororiental territorio, en una muestra del arrojo de los obreros de la Empresa Eléctrica.
Rúbert Reynaldo, director de la referida entidad, precisa que nunca en su historia Holguín necesitó del apoyo de fuerzas de otras provincias para levantarse del paso de un meteoro, pero dada la magnitud de los trabajos, en estos momentos colaboran con la provincia linieros procedentes de Ciudad de La Habana, Sancti Spíritus y Granma.
Con el ritmo recuperativo logrado, ya no se habla de afectaciones y daños, sino de cuánto queda por hacer para que quede totalmente restablecido este importante servicio.
Para devolver la utilidad a los más de 1 300 postes caídos, 46 torres de alta tensión o los 136 transformadores descompuestos, los «eléctricos» laboran hasta más de 14 horas diarias.
El regreso a la normalidad de este sector, a su vez motor impulsor del resto de los protagonistas principales de la actividad económica de la provincia, se ha visto respaldado, además, con la conexión al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) de uno de los turbogeneradores de la Central Lidio Ramón Pérez de Felton, en Mayarí.
Por otra parte, se ha logrado restablecer los servicios de comunicaciones a más del 94 por ciento de los clientes, en tanto, con la reactivación paulatina de las estaciones de bombeo, el 96 por ciento de la población se beneficia ya con los servicios del acueducto, y el resto se abastece con carros cisterna.
La batalla de los techosLa recuperación de las viviendas, en primera instancia de aquellas que sufrieron las afectaciones menores, así como la creación de facilidades temporales a las familias cuyas casas se derrumbaron, para ponerlos en condiciones de emprender su reparación capital en una etapa posterior, son otras de las tareas en las cuales se avanza. Lógicamente, a un ritmo limitado, lo cual es comprensible ante la magnitud del problema.
Como resultado también del esfuerzo de las propias familias, la Dirección Provincial de la Vivienda informó una cifra superior a las 16 000 casas que ya recibieron acciones de reparación. Para tener una idea del esfuerzo que resta, la cifra anterior aún no rebasa la cantidad de afectaciones totales y parciales que se cuantificaron solamente en una ciudad como Banes.
El dramatismo vivido ante la inédita cantidad de viviendas derrumbadas en la provincia, unas 18 000 en total, es algo que se compensa con la actitud estoica de miles de sus propietarios, quienes ya han logrado construir casi 4 000 facilidades temporales, en los mismos lugares, o en otros, donde anteriormente se erigían sus casas.
Según los cálculos, el monto de estos trabajos equivale a haber realizado, en estos 25 días, diez veces más acciones de reparación que lo que planificaba comúnmente la entidad para un año de trabajo.
Aunque resulta insuficiente todavía, continúan arribando a los territorios los cargamentos de materiales suministrados desde las reservas del país, o como resultado de la ayuda solidaria de otros países, particularmente para techar, como las tejas de fibrocemento o las llamadas infinitas, de cartón asfaltado.
En sembrar está el secretoLa normalidad ha vuelto al céntrico paseo peatonal de la ciudad de Holguín. Más de 8 600 hectáreas de plátano se han recuperado por los campesinos. En cuanto a la Agricultura y el MINAZ, donde el Ike «nos pasó una cuenta» de pérdidas por 126 millones de pesos y 34 millones en divisas convertibles, el máximo órgano de dirección de la Defensa territorial, reconoció que la magnitud de lo realizado en las labores de recuperación de los cultivos y la siembra, aprovechando la humedad de los suelos y con la aplicación de métodos alternativos, resulta superior a cualquier etapa anterior de trabajo.
En los cultivos varios, por ejemplo, se afectaron en la provincia 23 570 hectáreas, y se han alistado mediante la aplicación de distintas técnicas de atención cultural 14 402 hectáreas, para un 60 por ciento del total. A la par de estas medidas, se continúa con el rescate de las máquinas de riego y las casas de cultivo.
«Pero hasta la fecha también se han sembrado ya más de 500 caballerías, en lo esencial de viandas de ciclo corto, como el boniato, la calabaza, el frijol y la yuca», informó Ernesto Córdova, jefe del Departamento de Cultivos Varios en la delegación del MINAGRI en Holguín.
Tales medidas permitirán que a partir del mes de diciembre y principios del próximo año, comiencen a verse, en los mercados, los frutos de estos esfuerzos. Por lo pronto, miles de estudiantes y trabajadores se vuelcan todos los días a la recuperación de las áreas agrícolas y los organopónicos, en movilizaciones convocadas por sus respectivas organizaciones.
Limpieza higiene al díaLa recogida de desechos en las vías de acceso a las ciudades, en calles y plazas, así como el aprovechamiento de la madera de los árboles derribados, es otra de las vertientes donde Holguín aprovecha al máximo sus potencialidades.
Las fuerzas combinadas de los servicios comunales en cada municipio, de conjunto con las FAR y el Ministerio del Transporte han garantizado, con ayuda de la población, la evacuación de unos 40 000 metros cúbicos de desechos sólidos y vegetales, de un estimado inicial de 90 000 metros cúbicos.
Para ello se han empleado, además, cientos de camiones, maquinarias y equipos especializados de la Construcción. El municipio de Antilla, el más pequeño en territorio de la provincia, pero de gigantesca voluntad, fue el primero en declarar limpias sus calles y plazas.
Para aprovechar las maderas de las palmas y de otras variedades o especies maderables en la propia recuperación de las viviendas, se han agilizado los mecanismos establecidos para su uso, así como para aserrar los troncos.
Mientras no cesa el esfuerzo, la primera muestra de la creciente vuelta a la normalidad se percibe en el retorno de la proverbial higiene que la distinguió antes del Ike, quien podrá ser un «maldito», pero también nos ha vuelto a confirmar que solo trabajando duro y unidos encontraremos la victoria.