El hecho conmovió a todos. Ocurrió el domingo 16 de septiembre al mediodía, en el municipio de Batabanó, provincia de La Habana. Un grupo de vecinos de la localidad estaban realizando un trabajo voluntario en la cuadra, en la chapea y recogida de desechos sólidos.
Trasladaron la basura en un camión hacia el microvertedero y una vez en el lugar estacionaron el vehículo, sin percatarse, debajo de las líneas de distribución primaria de electricidad.
Cuando el joven Yulién, de solo 23 años, comenzó a retirar la basura encima de la rastra, el cabo de acero galvanizado de la guataca hizo contacto con la línea energizada. El accidente fue mortal.
Los accidentes eléctricos ocurren generalmente por descuido, imprudencia, desconocimiento y violaciones de normas.
En el año 2005, 39 ciudadanos, incluidos menores, fallecieron; en 2006 se conocieron 58 hechos, con 36 víctimas letales; y en lo que va de año, el último reporte incluye 44 accidentes, que causaron 30 fallecidos, diez en estado grave y cuatro leve, índices realmente preocupantes.
Estadísticas de la Unión Eléctrica demuestran que los más afectados en percances de este tipo son hombres entre 35 y 45 años, así como niños y adolescentes con edades entre los 10 y 16 años. Ciudad de La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba aparecen como las provincias con mayor incidencia en estos infortunios.
El peligro acechaRosa María Suárez Peña, especialista de la Dirección de Seguridad y Auditoría de la Unión Eléctrica (UNE), conoce al detalle estremecedoras historias como la narrada, donde las personas no advierten el peligro, pero este acecha ahí, para al menor descuido cobrar vidas o limitar permanentemente a las personas.
«Al incrementarse estos sucesos ha sido mayor la preocupación por parte de la Unión Eléctrica. Por eso desde 2005 se indagan esos casos con igual rigor y profundidad, idéntico procedimiento y la misma comisión investigadora con que se estudian los accidentes asociados a las brigadas profesionales; ello ha permitido conocer las causas más frecuentes e insistir en la prevención», explica la especialista.
Aunque la población no está sometida a los riesgos que enfrentan los trabajadores de este sector —señala—, siempre existen peligros dentro y fuera de nuestros hogares que hay que conocer, para saber convivir mejor con la corriente.
—¿Cuáles han identificado como las mayores causas de estos accidentes?
—La primera es tocar o pisar cables partidos o pelados en distintas alturas o en el piso. Por determinadas razones, sean meteorológicas o de otro tipo, una línea puede caer y quedar energizada, y entonces cuando intentan quitarla del camino ocurre el percance y si el piso o el terreno están mojados se agrava esta situación.
«Aunque siempre en temporada ciclónica las autoridades de la Defensa Civil adviertan no tocar cables caídos o dañados, hay que recordar que esto es válido para todo el año.
«También han provocado hechos fatídicos las labores de encofrado y desencofrado, encabillado, mantenimiento de placas o construcciones de fachadas, en distintas casas con cercanía al tendido eléctrico.
«Algo tan común como la poda de árboles, subirse a coger frutos o tumbarlos de árboles cercanos a la línea electrizada con alguna vara de metal, ha desencadenado con frecuencia estas tragedias.
«Igualmente muchas personas se han electrocutado al subirse a las columnas de hormigón que sostienen las líneas, para coger algo enredado (por ejemplo papalotes) o poner un cartel, entre otras razones».
Aunque estas son las causas más frecuentes, existen otras imprudencias que en no pocas ocasiones han provocado tristes desenlaces, como las instalaciones inadecuadas que algunas personas hacen por su cuenta (las llamadas «tendederas»); la manipulación de equipos eléctricos energizados mientras se anda mojado y sin zapatos; la colocación de equipos en el interior de las viviendas sin la debida conexión a tierra que ese medio exige; la ubicación de andamios metálicos o de conductores debajo de las líneas eléctricas, y la construcción de pozos en áreas con similares características.
Según Rosa María Suárez, también es común que los niños introduzcan objetos por los orificios de los interruptores que están a su alcance, y por ello es necesario mantenerlos tapados. Así como deben cubrirse con material aislante los cables pelados y evitar que contacten o «trepen» por el cable tensor de los postes eléctricos.
«También es necesario que los niños y adolescentes no se bañen bajo el aguacero o después que se desarrollen determinados fenómenos meteorológicos para evitar que hagan contacto con cables partidos energizados o descargas eléctricas atmosféricas», enfatiza la especialista.
Manual preventivoSi bien ha sido prioridad fortalecer el sistema de seguridad industrial interno en el país, también se le ha dado atención cardinal a este tipo de accidentes. Con tal propósito la Unión Eléctrica elaboró un Manual de prevención para contrarrestar estos hechos, con consejos y explicaciones a partir de los resultados de las investigaciones.
Rosa María Suárez es también la autora de este material, que compila medidas de precaución para niños, adolescentes y adultos, y consejos para el hogar, con el objetivo de lograr una mayor cultura y disciplina social al respecto.
El Manual, que será distribuido y discutido a nivel comunitario, contempla las orientaciones para quienes actúan en un momento dado como socorristas, y describe los pasos que deben seguirse para aplicar correctamente los primeros auxilios.
Dedica, a su vez, un par de capítulos para dar a conocer los servicios que brinda la UNE a la población ante tales sucesos e indica los deberes y derechos de todo ciudadano, natural o residente en el país con la entidad.
En los Comités de Defensa de la Revolución se realizarán barrio-debates y se pretende también insertar estas medidas en los programas de estudio del Ministerio de Educación», expresó la miembro de la Dirección de Seguridad y Auditoría de la UNE.
Se hará extensiva además la divulgación de este Manual a los centros de capacitación del Ministerio de la Industria Básica, y se coordinarán acciones conjuntas de prevención entre la Unión Eléctrica, el Estado Mayor General de la Defensa Civil de Cuba y la Cruz Roja.
Lo más importante —precisó la especialista— es que la población tenga el mayor conocimiento e interiorice las diversas maneras de cómo evitar accidentes eléctricos, e impida así cualquier situación que ponga en peligro la vida.
Algo que debe saber
•En casos de emergencia por accidentes debido a contacto eléctrico, o si durante o después del paso de fenómenos atmosféricos observa partición de cables, postes caídos, explosión de transformadores, etc., no toque nada ni se acerque; diríjase por teléfono o acuda al despacho de distribución de la Organización Básica Eléctrica (OBE) municipal , el cual presta servicios las 24 horas, o a la oficina de atención al cliente.
•Si advierte alguna anomalía en el servicio eléctrico, no debe tocar nada; puede remitirse también a las oficinas de atención al cliente y ahí se le orientará la conducta que debe seguir.
•Si va a realizar trabajos constructivos o de mantenimiento en fachadas y edificaciones que tengan cerca o encima líneas eléctricas, deberá dirigirse a la OBE municipal con no menos de 72 horas de antelación, para coordinar la posible desenergización del lugar donde se va a laborar.
•Si va a realizar algún trabajo que implica riesgo de accidente por contacto eléctrico, puede dirigirse al Departamento de Seguridad Industrial de cada OBE municipal o provincial para recibir asesoría y realizarlos con el máximo de prevención.