Fotos: Leticia Arango
CIÉNAGA DE ZAPATA, Matanzas.— El manjuarí (Atractosteus tristoechus) podría desaparecer para siempre y la bibliografía científica lo recogería, en pocas palabras, como un pez que se extinguió. Las futuras generaciones quedarían privadas de apreciar su nadar lento, su figura alargada y su peculiar color carmelitoso.
Los especialistas aseguran que algo más de una década atrás era fácil su observación en el medio natural, en cualquier parte de la Ciénaga de Zapata. Ahora ese privilegio se torna muy difícil.
Por fortuna, hay personas sensibles que se esfuerzan por mantener su existencia y fomentar una cultura conservacionista a favor de su protección. Es por ello que se crearon cinco círculos de interés de conservación de la fauna autóctona de la Ciénaga de Zapata, los cuales han iniciado un movimiento denominado ¡Adopta un manjuarí!
Johan es un pionero defensor del manjuarí. «Nunca en mi vida me comería un manjuarí», afirma el pionero Johan Córdova Quevedo, quien cursa el quinto grado en la escuela primaria Iluminado Rodríguez, de Pálpite, donde veinte niños velan desde el inicio de este curso por los cinco manjuaríes «adoptados» por ellos, alimentándolos tres veces al día.
Este niño cenaguero, uno de los más destacados del movimiento, sabe que todo el esfuerzo es para que no se extinga esa especie, pues «las personas matan a los manjuaríes para usar su piel, carne y grasa».
Ya suman 66 los niños vinculados a este proyecto en las escuelas primarias Félix Edén Aguada, de Girón; Bárbaro Rodríguez, de Cayo Ramona; Dulce María Martín, de Caletón; Iluminado Rodríguez, de Pálpite, y Antonio Maceo, de San Isidro, Jagüey Grande.
El máster Julio Haedo Maden, especialista en Educación Ambiental del CITMA, explica que el propósito del programa es interesar a los niños de cuarto hasta sexto grado de la enseñanza primaria en el cuidado, protección y conocimiento de la fauna autóctona de ese humedal.
El objetivo del proyecto, amplía Haedo, es estudiar la ictiofauna indígena de la Ciénaga, y especialmente al manjuarí, mediante documentos, láminas, proyección de videos y observaciones in situ: «Los alumnos han sido capaces de adoptar a los manjuaríes y criarlos en cautiverio para su posterior liberación en el medio natural, al finalizar el curso escolar».
Con este programa, los pequeños desarrollan la observación y satisfacen su curiosidad, realizan pequeñas investigaciones, describen las características externas de los animales estudiados y fomentan hábitos de protección y respeto hacia los animales.
Además se les imparten conferencias sobre el hábitat, alimentación, respiración y reproducción de la especie; su distribución en el país, su situación actual y las amenazas de la naturaleza.
El impacto ha sido tal, que ya tres familias de los poblados de Caletón y Mario López se han sumado al movimiento. La proyección es que cada año se incremente el número de personas que amen la naturaleza y preserven el medio ambiente.
PERSISTE PELIGRO DE EXTINCIÓNEste raro pez está considerado por los especialistas como una reliquia biológica, pues muchos de los animales que evolucionaron junto a él ya desaparecieron. Es una de las especies endémicas que habita en la Península de Zapata y en otras zonas del sur de las provincias occidentales y de la Isla de la Juventud; sin embargo, por su restringida área de distribución en el mundo, es inmenso el peligro de extinción de esa especie.
Hurtado brinda información a los pioneros. En la Estación Hidrobiológica nacen anualmente miles de manjuaríes. La reproducción en cautiverio del manjuarí es un hecho consolidado en la Ciénaga de Zapata. El licenciado Andrés Hurtado Consuegra, director de la Estación Hidrobiológica Felipe Poey, perteneciente al Parque Nacional Ciénaga de Zapata, manifestó que no existe un estudio actualizado de las poblaciones, pero precisó que es evidente su disminución, y aclaró que en febrero desarrollarán una investigación para conocer la abundancia de las especies silvestres.
El objetivo principal de esta Estación, ubicada en el Canal de los patos, antes de llegar a Boca de Guamá, es dominar las técnicas de reproducción y desarrollo de la especie e investigar sobre su adaptación.
«Para liberar los manjuaríes nos basamos en una metodología internacional, que exige ejemplares con alrededor de 17 o 20 centímetros de talla, y una selección adecuada de las áreas donde se soltarán, teniendo en cuenta que es carnívoro y debe mantenerse la composición de las especies en un número razonable». Así explica este hombre, que llegó al Canal de los patos el 4 de noviembre de 1989, fecha en que se comenzó la construcción del centro encargado de la conservación de las especies asociadas al medio acuático y del propio humedal.
«Cualquier catástrofe sería fatal, pues podría desaparecer esta especie por su pequeña área de distribución», enfatiza Hurtado. La institución que dirige integra la Red Internacional de Conservación de la Familia del Manjuarí.
Margelis nos muestra las peceras llenas de pequeños manjuaríes. Junto a Margelis Díaz, técnica en biología marina, recorremos la estación, donde se encuentran estanques para la cría de la biajaca criolla, el manjuarí y la jicotea, áreas de experimentos y de cría de alimento vivo (moina). En la Estación hay 32 manjuaríes reproductores.
La moina (crustáceo) es el primer alimento vivo para las larvas del manjuarí. También se les dan trozos de claria —más conocida como pez gato por la extensión de sus «bigotes»—, que se pesca en lugares cercanos.
La Ciénaga de Zapata es uno de los humedales más importantes del Caribe insular, declarado sitio Ramsar y Reserva de la Biosfera. Su superficie abarca más de 4 000 kilómetros cuadrados, de los cuales 1 670 constituyen terrenos cenagosos, que sirven como refugio a más de 165 especies de aves migratorias y otras especies autóctonas.
El movimiento ¡Adopta un manjuarí!, que se pretende perdure muchos años, finalizará esta primera adopción el 5 de junio con una jornada masiva de liberación de los ejemplares en el medio natural, tanto los criados por los niños como otros que decidan las autoridades del Parque Nacional Ciénaga de Zapata.
Conozca al manjuaríEste pez se conoce científicamente como Atractosteus tristoechus. Su nombre común, manjuarí, proviene de dos palabras aborígenes: manju, que significa muchos, y arí, dientes. Habita en zonas pantanosas, lagunas, canales, ojos de agua y ríos, y se alimenta de peces, insectos, anfibios...
Su reproducción es ovípara. Durante esta la hembra expulsa los huevos en la vegetación y varios machos fertilizan la puesta; luego, entre las 70 y 96 horas, salen las larvas que se fijan a las hojas o ramas. Más o menos a las 72 horas estas larvas pueden ya nadar.
Sus principales enemigos son los pescadores furtivos y la captura comercial, la introducción de otras especies no autóctonas, la pérdida de vegetación y la disminución de su alimento.