Acuse de recibo
Rolando Carrazana Isaac (Céspedes No. 309 entre 24 de Febrero y Nueva, Palma Soriano, Santiago de Cuba) es un joven egresado de la Universidad de La Habana que está varado, sin cumplir su servicio social, cuando más lo necesita el país, por un interminable trámite burocrático.
Refiere que es licenciado en Microbiología. Y por sus resultados estudiantiles, luego de la aprobación de un permiso de trabajo por la autoridad facultada, fue ubicado para su adiestramiento en el Instituto Finlay de Vacunas, en la capital, a pesar de residir bien lejos.
El 17 de julio de 2020, visitó su hogar por vacaciones planificadas. Pero se le dificultó el retorno a La Habana como resultado de las medidas y restricciones que ha ocasionado la COVID-19. Solicitó una licencia sin sueldo en su centro laboral y comunicó la necesidad de traslado a su provincia. Comenzó a gestionar traslado para el Centro de Estudios de Biotecnología Industrial, ubicado en Santiago de Cuba, el cual le puede brindar las mismas posibilidades de adiestramiento y formación profesional. Y el procedimiento para su aprobación y cambio de boleta se encuentra en estos momentos en el Ministerio de Educación Superior.
Ansía el traslado porque la actual situación de la pandemia no le permite regresar a la capital. Y ya no puede costear su arrendamiento en La Habana, pues está por encima de sus posibilidades económicas. Tampoco cuenta con familiares en la capital que puedan alojarlo, ni libreta de abastecimiento allí para la canasta básica de alimentos.
Desde que en julio de 2020 inició la gestión de su traslado con todas las exigencias establecidas, ha llamado casi diariamente a la dirección de Recursos Humanos de la Universidad de Oriente y además la ha visitado, pues el nuevo centro al que desea incorporarse es adjunto a la Facultad de Ciencias Naturales de esa institución.
Los especialistas que le han atendido allí refieren que la solicitud fue enviada el 9 de octubre de 2020, y ese trámite demora para su aprobación por parte del Ministerio de Educación Superior, pues tienen otros jóvenes en la misma situación.
Ante esas respuestas, Rolando telefónicamente localizó a la persona encargada de esos trámites en el Ministerio de Educación Superior, y a quien cambia las boletas de graduados en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que califica como «personas muy amables y que están en la mayor disposición de ayudarme a resolver este asunto».
Le informaron que ese proceso toma solo 15 días, pero dicha solicitud de traslado aún no llega a sus manos, pues supuestamente está en la oficina de una viceministra de Educación Superior, que es quien autoriza el trámite en primera instancia.
Los representantes de ambos ministerios le explicaron que la especialista que atiende adiestrados o el jefe de Recursos Humanos de la Universidad de Oriente pueden renviarles ese documento para entonces ellos ayudar a agilizar el trámite. Pero los de la Universidad de Oriente se niegan a hacer el renvío, alegando que no tienen facultad para ello.
«¿Hasta cuándo esperar para que las personas que tienen una obligación laboral la cumplan?, pregunta Rolando. ¿Cómo puedo resolver si no se preocupan por saber si la viceministra ha tenido tiempo dentro de sus tantas tareas de firmar el documento? ¿Cómo tener acceso para dialogar con representantes de los ministerios y los especialistas autorizados? ¿No se pueden comunicar entre ellos para buscar un documento? ¿Cómo puedo saber que realmente está en la oficina de la viceministra desde el 19 de octubre, fecha de salida del documento en la Universidad de Oriente?
«No comprendo cómo un joven graduado de Microbiología, que cumple su servicio social, hace seis meses está sin vínculo laboral en un país que necesita tanto de un investigador, por una gestión de un departamento de Recursos Humanos, algo tan sencillo como comunicarse con el Ministerio de Educación Superior en La Habana, con la secretaria de la viceministra, y buscar el documento enviado por correo electrónico para la aprobación del traslado de un ministerio a otro, y finalmente lograr el correspondiente cambio de boletas, que es lo legalmente establecido», concluye.