Acuse de recibo
Carlos Manuel Rivero Vergara (Calle 70 No. 9722, e/ 97 y 99, Loma de Tierra, Cotorro, La Habana) cuenta que en ese territorio se encuentra el Centro Nacional de Alevinaje, donde se fomenta la cría de peces para después llevarlos por todos los estanques y presas del país y potenciar esa línea de producción.
Y frente a ese centro, manifiesta, hay un terreno baldío que se podría acondicionar para hacer lagunas y estanques separados, por especies, tanto para contribuir a la alimentación de la población como para crear fondos exportables, mediante una planta procesadora.
Sería una fuente de empleo en la zona, refiere, y una garantía de alimentos proteicos a gran escala para niños, ancianos y población en general, ahora que el Presidente cubano está insistiendo en priorizar la producción criolla y sustituir lo más posible las importaciones.
Victoriano Picornell (Calle Real No. 125, e/ 24 y 25, Cojímar, La Habana) denuncia en su carta que hace tres meses, frente al restaurante La Terraza de esa localidad marina, existe un salidero de agua potable que vierte y dilapida unos 20 litros por minuto.
«Ya ascienden a millones los litros de agua que, sin ser utilizados, han ido a parar al mar, señala. Todos los organismos y entidades conocen de esa situación por medio de la población; y Aguas de La Habana lo que plantea es que han solicitado permiso para picar la calle y no le ha llegado.
«¿Hasta cuándo las negligencias le van a hacer daño a la economía de este pueblo? Es un problema que afecta a nuestra comunidad», concluye Picornell.
Aún con sus 68 años, la doctora Magda Martínez Toca (Clotilde García No. 31-A, Los Arabos, Matanzas) se mantiene trabajando como especialista de Primer Grado en Pediatría-Neonatología y profesora, actualmente en un sitio apartado: San Pedro de Mayabón.
Y con tantos esfuerzos que hace, le preocupa sobremanera que desde cerca de un año atrás en Los Arabos no hay agua prácticamente.
Refiere que se ha conversado con la Directora de Recursos Hidráulicos en múltiples oportunidades, y responde que se debe a tuberías rotas y a restricciones energéticas, entre otras explicaciones. También se ha planteado al gobierno municipal. Lo cierto es que no hay agua ni respuestas plausibles.
«¿Cómo prevenimos una infección?, cuestiona. ¿Cómo realizamos los quehaceres de la casa? Pasan días y días, y no aparece el agua».
Fernando Perera Cumerma (calle 4a No. 10604, e/ 5ta. y 7ma., Casino Deportivo, Cerro, La Habana) relata que la farmacia sita en la esquina de 4ta. y 5ta., hace más de cuatro meses no tiene agua.
El problema es que el agua de la farmacia anegaba un apartamento contiguo. Y después de muchas gestiones de la vecina y de la administradora, la Empresa Provincial de Suministros Médicos envió unos «plomeros» que supuestamente «resolvieron» el problema, después de varios intentos. ¿Cómo? Dejando «seco» el establecimiento.
Pese a los trámites de la administradora con la empresa y el gobierno local, el problema persiste. «Personalmente he tratado de informar el problema al gobierno municipal a través de su dirección de correo digital, pero los mensajes rebotan. Su página web no se actualiza desde 2018, según se informa en ella.
«Este es un ejemplo de desidia, insensibilidad e irresponsabilidad, que hace oídos sordos a los reiterados llamados de nuestro Presidente y del Consejo de Defensa Provincial de la capital. ¿Cuándo se resolverá el problema? ¿Hasta cuándo los vecinos tendremos que asumir lo que no nos toca? Esperamos que la respuesta no sea la decisión de cerrar la farmacia?», concluye.