Un equipo de investigación francés demostró recientemente que el orgasmo «apaga» la corteza prefrontal del cerebro masculino y luego otras estructuras de ese órgano (el giro cingulado anterior y la amígdala) envían señales para elevar la producción y distribución de serotonina, óxido nítrico, oxitocina, norepinefrina, vasopresina y prolactina, un «cóctel» bioquímico que adormece al individuo y suprime sus deseos sexuales durante cierto tiempo, lo que les impide excitarse inmediatamente y recuperar la erección.
El estudio se hizo mediante escaneo del cerebro de varios individuos antes y después del acto sexual. Similares estudios aplicados con mujeres han arrojado muy bajos índices de somnolencia poscoital; en cambio durante una investigación en el Reino Unido casi la mitad de los hombres encuestados confesó que se dormía ¡a mitad del acto sexual!