Una investigación de las universidades de Leeds y Bradford, en Reino Unido, confirmó que cada espermatozoide es portador de una marca o firma de ADN que solo puede ser reconocida por un óvulo de la misma especie: una suerte de llave que garantiza a cada especie y familia una identidad genética única, reporta el sitio digital Solociencia.
Este descubrimiento confirma que el proceso de fertilización de las células sexuales o gametos es siempre selectiva, lo cual explica por qué no hay reproducción aun cuando pueda haber cópula entre machos y hembras de especies diferentes.
Tal sistema de claves de activación tiene un origen al parecer muy antiguo, por lo que centauros, sátiros, sirenas, minotauros y otras raras criaturas de la mitología antigua no pudieron existir, o al menos no como resultado de la unión sexual entre animales y seres humanos.