P.L. Estoy con mi novio hace seis meses. Nos va bien en casi todo, pero él tiene una extraña costumbre sexual que me molesta. Me jura que cambiará por mí. Sin embargo, hace poco lo sorprendí disfrutando una película porno donde se protagonizaba lo mismo que me molesta y a él le encanta. ¿Me estoy engañando al creer que él cambiará?
Tu pareja cumple su promesa en tanto evita su disfrute cuando está contigo. Sin embargo, necesita realizarse en algún espacio y busca la soledad acompañada por esas películas eróticas. A partir de nuestra historia, quedamos fijados a modos de satisfacción tal vez poco convencionales, nombrados parafilias.
Cambiar al ser amado para que se adecue a nuestros sueños es una ilusión que deviene exigencia en muchas parejas. Para mantener la unión, aparecen promesas difíciles de cumplir. Algunos matrimonios se mantienen alrededor de este nudo de querellas que estrangula el placer.
Una señal de amor es aceptar aquello que no nos complace del otro en pos de lo que nos hace felices en compañía. Nadie encaja totalmente en nuestro ideal, pero existen maneras de arreglarse con aquello difícil de soportar. Tampoco estás obligada a soportar lo intolerable. Será preferible eso a convertirte en la perseguidora de su satisfacción.
Es comprensible que esta unión despierte en ti asuntos traumáticos, casi olvidados. Si fuera el caso, puedes acudir a una consulta profesional que te ayude a comprender lo que resulta tan intolerable. Las relaciones se van construyendo y renovando ante las dificultades. Ahora tienen la oportunidad de consolidarse o claudicar, sin engaños exigidos.
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