Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

D.B.: Tengo una relación de unos tres meses. Nos gustamos, nos entendemos y siento que podemos tener una linda historia, pero estoy muy preocupada y me molesta que se masturba constantemente, hasta tres o cuatro veces al día, y luego demora mucho en lograr orgasmos conmigo. En ocasiones nos agotamos los dos. En ese momento siento que la relación no está completa o no soy lo que necesita. Dice que siempre se ha demorado y si no tiene orgasmo no pasa nada, pero yo no pienso así. Él tiene 29 años y yo 28.

Tienen mucho por conversar y descubrir sin demora ni precipitación. Muchos lazos podrán tejer juntos sin pensar como él. No siempre las dificultades sexuales se deben a desinterés, disgusto o desafecto.

En las prácticas masturbatorias se establece una relación exclusiva con nuestra fantasía y los lugares eróticos del propio cuerpo. Una vez activados los gatillos conocidos, se dispara la excitación. Resulta relativamente rápido y seguro. En cambio, compartir con otra persona nos reta a implicarnos con su diferencia y la de nosotros mismos. Requiere salir de la zona de siempre para explorar, jugar, descubrir, inventar, erotizar y entregarse sin reservas o control a cada vivencia. Algunos hombres temen tanto eyacular dentro o hacerlo precozmente, que intentan autocomplacerse antes del encuentro.

Si se demoró con todas sus relaciones, pudiera ser un síntoma que requiere tratamiento. Es recomendable consultar un especialista, pero él debe sentir que algo anda mal y desear el cambio.

Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología Clínica