Y.L.: Hace cinco años tengo novio, pero estudio fuera de mi provincia. El problema es que lo he dejado de extrañar y no logro disfrutar nuestra intimidad como antes, a pesar de que me siento muy bien a su lado. Yo lo quiero mucho. Me duele pensar que, por mi culpa, pueda perder al hombre que siempre deseé y que me gustaba con locura. No sé qué hacer, porque lo que me sucede es involuntario. Temo herir sus sentimientos o que suponga que le soy infiel, cuando nunca lo he engañado. ¿Acaso me estoy desenamorando? ¿Si no me interesa tener sexo con él, significa que no me gusta como hombre?
Aunque pudiera suceder, sería apresurado concluir que te estás desenamorando o que ya no te gustará más, cuando no vives la misma situación. Es preciso reconocer las dificultades que para ti entraña esta separación, para actuar en consecuencia. Cada rencuentro es nuevo. Se siente a veces que algo falta y es ahí cuando se puede decidir tejer algo nuevo o claudicar.
Pudiera suceder, por ejemplo, que tu deseo se haya concentrado demasiado en los estudios. Además, quizá te exijas mostrarte como antes, aunque requieras de algo diferente para volver a conectarte con él. A veces se desatiende el disfrute propio y, por consecuencia, este se aleja.
Desconocemos si algo así te sucede. Solo quisiéramos alertarte de que ahora la relación es diferente. No hay que asustarse demasiado si no te sientes igual que antes, o si no lo extrañas como crees que debieras. Mantener el vínculo requiere de invenciones acordes con lo que esta nueva situación inspira a ambos. ¿Estás dispuesta? ¿Qué deseas?