Algunas veces podemos consentir a inclinaciones e incluirlas en el juego erótico con una pareja. Otras, tenemos que encontrar la manera de refrenarlas, desviarlas o sublimarlas
J. C.: Hace unos años me encontraba de vacaciones y siempre los muchachos del barrio nos reuníamos para conversar, jugar dominó y pasarla bien. En el grupo había compañeros menores que los demás y en ocasiones les hacíamos cosquillas en los pies para mortificarles y porque les gustaba. Con el tiempo empecé a notar que a mí también me gustaba hacerles cosquillas al punto de llegar a excitarme. Esto solo me ocurre cuando son pies masculinos. He revisado en la red y encontré que es un fetichismo, una entre muchas otras parafilias. ¿Tiene esto tratamiento? Tengo 19 años.
Cualquier sufrimiento humano es susceptible de tratamiento. La visita a un sicólogo puede ayudarle a comprender y elegir la manera soportable de manejar este impulso.
Algunas veces podemos consentir a estas inclinaciones e incluirlas en el juego erótico con una pareja. Otras, tenemos que encontrar la manera de refrenarlas, desviarlas o sublimarlas para evitar dañar a terceros o a nosotros mismos.
Se le llama parafilia a toda preferencia de objeto o modo de satisfacción sexual que va paralela a lo estipulado socialmente como normal. Las personas parafílicas comprenden lo que está normado, lo que se espera de ellos, pero no pueden evitar su impulso. Se sienten inclinadas, excitadas, empujadas a aquello que prefieren.
El fetichismo se refiere a esta inclinación apasionada y excitante hacia objetos que usualmente no son eróticos como los pies, ropa interior, zapatos, etc. Esta es una de las tantas maneras en que el ser humano se puede sentir empujado a elecciones que no quisiera, sin comprender bien la causa. El sicoanálisis ha abordado estas situaciones desde su surgimiento.