El universo del goce es singular. Cada quien lo experimenta a su manera y tiene sus propias formas de nombrarlo
J. R.: Disfruto mucho del sexo, diría demasiado. Mi pareja me demuestra que me quiere y yo me siento muy atraída, pero cuando me pregunta si tuve un orgasmo no le puedo responder porque no lo sé. Le puedo asegurar que mis emociones no las finjo. ¿Qué puedo hacer o qué le digo para que no se moleste más? Tengo 29 años.
Me parece bien que no finjas tampoco al responderle, aunque ello represente un reto para ambos. No habría que centrarse en buscar lo que no sientes necesario. Sí habría que preguntarle a él sobre sus razones para tanta molestia. Entre tu «no sé» y su «molestia» estarían las claves para crear esa respuesta que aún no encuentras.
El universo del goce es singular. Cada quien lo experimenta a su manera y tiene sus propias formas de nombrarlo, a pesar de los puntos de contacto entre unas personas y otras.
Usualmente, cuando has disfrutado mucho debe haber un momento en que la intensidad aumente, provocando movimientos y contracciones involuntarias en tu pelvis, hasta terminar relajada y satisfecha. Durante el orgasmo se experimenta un cambio en la calidad de esa satisfacción que se ha venido sintiendo. El cuerpo palpita, suda, se enrojece más que en los momentos previos. Pero cada mujer lo siente a su manera y no siempre se vive con el mismo brío y duración. Se puede acariciar y entregarse al instante, pero no es posible generar un orgasmo a propósito, así que resulta muy bueno disfrutar tal como haces.
Tu preocupación se centra en la molestia de él y no en tu disfrute. Es ese deseo de cuidarle el que deberías analizar para encontrar tu respuesta.