K. R.: Hace cuatro meses empecé una relación con un muchacho dos años mayor que yo. Nos muestra cariño a mí y a mi niña y me ayuda en todas las esferas de la vida, pero cuando me besa yo me siento rara. Él me respeta demasiado, no me toca ni para amarme. Ya he conversado con él y no cambia nada. Pienso que lo poco que siento se va a esfumar. Mis amistades dicen que no he olvidado al padre de mi hija, pero he estado con otras personas, he llegado a quererlas y a sentirme bien, aunque no ha sido algo serio como ahora. Tengo 19 años de edad.
Extrañeza en ti, inhibición en él. No logran dar más pasos hacia el placer anhelado. Ninguno parece conciliar deseo y amor. Nota que la única diferencia que logras ubicar entre este hombre y los demás es la seriedad de la relación.
Te sientes rara cuando te besa quien te muestra cariño y compromiso más que deseo. ¿Qué significa para ti esa sensación? Es importante que logres desentrañar ese punto. A veces nos sentimos extraños cuando vemos una parte de nosotros que es diferente a aquella con la cual usualmente nos representamos. ¿Acaso te incomoda la seriedad de este comienzo? ¿Esperas otra cosa? ¿Qué relación guarda contigo esa seriedad?
Solemos inhibirnos cuando pensamos en lo que se espera de nosotros en lugar de guiarnos por el deseo. El respeto del compromiso afectivo se puede convertir en barrera para el disfrute carnal más atrevido. Ya has percibido que tu extrañeza le impide avanzar. No es solo él quien no puede: al sentirte rara, algún mensaje le llega que lo deja congelado. Ambos están llamados a recomenzar un encuentro erótico dejando salir ese deseo, aunque sea a hurtadillas. De lo contrario tendrán que reflexionar sobre lo sucedido y tomar otras determinaciones.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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