A.N.: Tengo una gran confusión en mi vida. He tenido relaciones sexuales con hombres y con mujeres, más con los primeros. Me enamoro de las personas del sexo opuesto y siento gran placer con los de mi mismo sexo. No sé qué condición sexual tengo, si homosexual o bisexual. Temo descubrirlo porque jamás podría decírselo a mis padres. ¡Qué decepción para ellos! Pero esto me está afectando a mí también, porque es lo que yo siento. Estoy al borde de la locura; necesito mucho sus consejos. Tengo 19 años.
Si tu situación es confusa por su complejidad, evita simplificarla con definiciones parciales de homo, bi o heterosexual. No creo que tu dilema se resuelva con una etiqueta sobre tu orientación sexual, porque están en juego tu capacidad de amar y tu forma de obtener goce, los cuales no siempre van de la mano.
El hecho de que te enamores de las mujeres y que sea justamente con ellas más difícil obtener placer, es un llamado a reflexionar qué sucede con ellas, pues justamente esta dificultad podría empujarte a aquel goce más simple y carnal con los hombres.
No son pocos quienes encuentran un enigma en el amor que deviene freno para el goce intenso. Son muchos los que prefieren gozar con terceras personas, donde no se impliquen los sentimientos amorosos, que nos tornan vulnerables y limitan el placer.
Las relaciones humanas no son simples y mucho menos las amorosas; por eso te exhorto a aprovechar esta confusión para legitimar tus preguntas, abrir otras e intentar crear respuestas sin premura. Una consulta psicológica con esta orientación podría ayudarte.
Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología Clínica y psicoanalista