Y.M.: Mi pareja tuvo una relación anterior que fracasó porque el maltrato y el irrespeto terminaron contagiando a su pareja. No sé cómo decirle las cosas porque puede reaccionar del peor modo. Llevamos 11 meses de convivencia con otros seis miembros de su familia y con todos es déspota, grita y se pone bravo por cualquier cosa. La mayoría de nuestras salidas resultan desastrosas. No nos llevamos mal, pero no estoy acostumbrada a esos gritos y discusiones frecuentes. Se me ha olvidado mi alegría. A veces pienso que debería llevarlo a un psicólogo. Su madre dice que siempre ha sido así. Hasta ahora logré prohibirle las malas palabras y nombretes, pero no sé hasta cuándo lo logre ni qué más pueda suceder. Tengo 35 años.
Me parece muy bien que dejes claro tus normas y límites para favorecer el vínculo. Por ahora eres solo tú quien se cuestiona ese estilo de relación y quien podrá comportarse diferente, evitar ese juego de quién maltrata más y decidir cuánto soportarás ese estilo y a cambio de qué.
Eres tú quien podrá preguntarse las razones para soportar voluntariamente una relación violenta, sin nada que indique su mejoría. Imagino que «no llevarse mal» indica que también hay algunas satisfacciones. Quizá debas clarificarlas porque pudieran ser la clave de tu unión.
Ya sabes que siempre ha sido así y que lo aceptan como es. Él no parece cuestionarse esa manera de relacionarse, y si no se siente culpable o responsable por el malestar que causa a los otros ni se pregunta por qué trata así a quienes quiere, será muy difícil que emprenda y mantenga algún cambio o asista al psicólogo.
La autora es máster en Psicología Clínica y psicoanalista.