L. V.: Tengo una relación de tres años con una muchacha maravillosa. En nuestra intimidad no había ningún problema, pero desde que empezamos la universidad apenas tenemos tiempo para la relación y la mayoría de las veces tengo eyaculación precoz, lo cual me deja muy mal y con mucha pena con ella. En casa no tenemos este problema. No soporto ni me acostumbro a tener relaciones en las condiciones de la beca, con temor a que alguien llegue. Hemos dejado los juegos eróticos y todo es muy seco, premeditado y apurado. Nuestra relación como pareja es saludable, fuerte y muy buena; pero hace un tiempito que está cojeando por esa pata. Tenemos 20 años.
Me parece bien que te detengas a pensar en lo que falla, para encontrar la mejor alternativa de enfrentamiento. Durante unos años asumirán determinados retos, pero no tienen que sacrificar la pareja. Solo están llamados a cambiar determinados aspectos de la misma. Tienen la suerte de estudiar juntos, lo cual les permite apoyarse en esta nueva etapa. Enfrentan muchos cambios y es preciso encontrar nuevas estrategias de organización. Aún es poco tiempo: paulatinamente hallarán el modo de conciliar las exigencias universitarias con la vida en pareja.
Ya tienes idea de los obstáculos que frenan tu realización amorosa. Se trata entonces de propiciar las condiciones que necesitan o adaptarse a las que ya tienen. Habla con los compañeros para que les den un tiempo a solas o busca lugares más propicios. Quizá prefieran esperar llegar a sus casas. Recuerda que el erotismo puede comenzar mucho antes de entrar al cuarto y a ello no se debe renunciar.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/sida y psicoanalista