D.P.: Supuestamente lo tengo todo: una familia imposible de mejorar, amistades que me consideran una persona inteligente, no soy mal parecido... Pero siento que me falta algo. No logro encontrar tranquilidad y me deprimo todo el tiempo. ¿Será porque busco mi media naranja y no he durado más de seis meses con ninguna? Apenas he tenido relaciones sexuales. Me freno por miedo a decepciones. Por otro lado siento que no soy recíproco con mi familia: me molesta todo sin razón. Ellos se merecen todo el agradecimiento y no debo ser tan áspero. No logro concentrarme en los estudios ni en nada. Quisiera resolver mis propios problemas y organizar mi vida para mejorar en el futuro. Tengo 21 años.
Me parece muy atinado que busques el sentido de tus afectos, aunque puedan parecer injustificados. Lo primero es definir qué te falta, ponerle nombre. Antes de resolver los problemas es necesario definirlos o no sabrás qué organizar. Debes encontrar las razones aparentemente inexistentes de tus molestias. Si no puedes solo, busca a un psicólogo. Con esta carta rompiste la primera barrera del silencio. Elementos en tu mensaje indican que te percibes disminuido respecto a otros: tu temor (que parece convicción) de que tus decisiones terminen en decepciones, la posición de deudor en la que te ubicas ante tu familia... Tampoco es conveniente buscar una utópica media naranja. Basta alguien a quien amar y con quien compartir la vida, sus placeres, dolores y errores.
No se trata de tenerlo todo, sino de que lo que tengas te movilice a seguir buscando tu lugar en el mundo. No basta complacer a los otros, es preciso que te erijas en el mejor representante de tu deseo, de tu ser.