En el 2022 nos toca ampliar el debate sobre el Código de las Familias y eso implica también ampliar la mirada de lo que esta significa para nuestra cultura, historia, idiosincrasia, cotidianidad…
El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma.
Epicuro de Samos (filósofo griego).
Muy pronto comenzará el debate popular sobre el proyecto de Código de las Familias, uno de los más integrales que ha visto el mundo en las últimas décadas.
Ese proceso de consulta tuvo su antecedente cuando la versión 22 del anteproyecto circuló en las redes para que la población opinara, a la par que era revisada en instituciones con amplia experiencia en materia de familia, tanto desde el Derecho como desde la Salud, la Educación y la labor comunitaria.
Ahora nos toca ampliar ese debate en las casas, y eso implica también ampliar la mirada de lo que significa la familia para nuestra cultura, historia, idiosincrasia, cotidianidad…
El mayor mérito del Código es que amplía el respaldo legal de ejercer derechos reproductivos y filiales a todas las personas, sin que ello signifique restringir a quienes tradicionalmente han contado con mayor protección.
Un gran paso de avance es avalar realidades que no tenían suficiente visibilidad jurídica para su adecuado desarrollo, como los vínculos con los abuelos, el rol de madrastras y padrastros en familias reconstituidas y las consecuencias patrimoniales de ejercer violencia intrafamiliar.
Hay quienes opinan que a este Código le falta ser más explícito para nombrar la realidad humana en toda su multiplicidad, mientras a otros le disgustan conceptos y procesos que contradicen sus estereotipos culturales o credos.
Con los primeros opinantes el diálogo es simple: mientras más general, más cubre la variedad de individuos y familias en el presente y futuro. La definición de persona(s) en las normas jurídicas le corresponde ahondarla al Código Civil, que también será modernizado en Cuba próximamente, bajo los mismos principios declarados en la Constitución.
A los segundos, les invitamos a reflexionar: si no les resta derechos a ustedes, ¿por qué oponerse a que los reconozca para los demás? Es más, si revisan con cuidado, amén de lo que puede parecerles inapropiado o mal redactado (y tienen derecho a decirlo por las vías creadas para ello), seguro encontrarán otros aspectos en los que su propia familia se favorecerá.
Ese es el caso de una abuela que confiesa sus reservas con eso de que los menores puedan ejercer derechos según la capacidad progresiva que les concede la ley, pues «por tradición» los padres siempre han decidido todo por sus hijos. Pero entendió que el mal uso de esa potestad es justamente lo que respalda la actitud hostil de la madre de sus nietos, quien ignora los deseos de los chicos de ver a la abuela, expresados de muchas maneras. Ahora está feliz porque pronto podrá reclamar más comunicación con los chicos, muy restringida por la joven para castigar al papá después de la separación.
Otra persona que al principio tenía aprensiones con el nuevo código y luego de leerlo se convenció de su utilidad, es una mujer de 36 años que desde adolescente fue a vivir con un hombre mucho mayor, le dio cuatro hijos y le ha soportado maltrato físico, sicológico y económico porque no tiene para donde irse con esos críos, aún menores de edad.
Saber que la nueva ley la protegerá de esa violencia, y a la par reconocerá el derecho patrimonial que le asiste tras dos décadas de convivencia en unión no formalizada con su agresor, es para ella suficiente acicate: «Hay miles de mujeres en mi caso, y votaremos a favor porque esa ley describe situaciones en las que estamos muchas familias puertas adentro, sin saber qué hacer, y pronto tendremos la ley de nuestro lado».
Sexo sentido se suma al debate popular sobre el nuevo Código. Cuéntanos en tu caso qué artículos te llenan de esperanza, o qué situaciones conoces en las que esta ley puede traer más conciencia y justicia a la vida de quienes te rodean.
Por acá estaremos compartiendo esas anécdotas, y puede que algunas toquen el corazón de quienes se aferran a conceptos arcaicos y no conciben un mundo más plural… que sí existe, pero a veces se oculta tras lagunas legales, estigma y dolor.
En el Artículo 3 de la propuesta de Código de las Familias se declaran los principios que regirán esa área del Derecho, basados en la dignidad como valor supremo. A ellos se recurre para interpretar la norma y aplicarla en cada situación.