Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En Canal Habana, el sexo se desnuda

Sexo sentido asumió la asesoría del programa y coordinación con instituciones y personalidades que debatirán en un maravilloso seriado que llegará pronto a nuestras pantallas: Al desnudo

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

El amor es la respuesta, pero mientras esperas la respuesta,

el sexo plantea algunas preguntas bastante interesantes.

Woody Allen

 

Durante 12 semanas, las noches de miércoles han sido muy diferentes en el Canal Habana. Con beneplácito, asombro o turbación, la familia cubana ha recibido la primera temporada de Al desnudo, un programa que invita a viajar a nuestro interior a través de los distintos saberes que conforman la sexualidad humana.

Este seriado, encargado al grupo creativo D’Alma Films Producciones, parte de una idea original de Liuvar Losada, Yosvany Montano y el director, Rolando Almirante, para quien todo es perfectible, pero era esencial esta oportunidad de hablar de algo que nos encanta y nos preocupa, en nuestra vida y la de los demás.

Sexo sentido asumió la asesoría del programa y coordinación con instituciones y personalidades que participarían en los debates, porque vimos en ello la oportunidad de saldar una gran deuda con nuestro público: un proyecto televisivo pensado desde la mirada holística, inclusiva y desprejuiciada que promulgamos y ayuda a poner rostros a especialistas que con tanto amor han apoyado nuestra sección con historias, materiales y conocimientos.

En Leodanis, Leo Parlay, un médico santiaguero devenido actor de teatro del prestigioso grupo El Público, se depositó el encargo de representar en el set la auténtica curiosidad del pueblo cubano sobre estos «asuntos de alcoba», y formular preguntas desde la aparente frescura de ese posicionamiento sobre sexo (generalmente estereotipado) que caracteriza a la juventud actual. Por eso lo vimos crecer, a la par de sus televidentes, desde la ignorancia habitual sobre estos temas hacia posturas de mayor empatía y compromiso con una educación integral de la sexualidad.

Al desnudo no es el primer programa en que se debate sin tapujos sobre el sexo íntimo y social en la Televisión cubana; ni será el último, porque sacar este tema del clóset de los prejuicios es un beneficio para todas las generaciones. Lo que lo diferencia de otras propuestas muy válidas, que han salido al aire este año, es que está pensado desde la agenda pública, más que desde la institucional.

En cada programa hay voces expertas para dilucidar conceptos y explicar tendencias, pero dialogan en igualdad de condiciones con quienes viven una sexualidad atrapada entre dudas y conflictos, al margen de tabúes discriminatorios o incriminatorios (a veces ambos), pero pendientes de ellos.

Esta primera temporada se armó con lo que la gente nos dijo necesitar saber, lo que más se pregunta en el intercambio con un público que explora la temática erótica, familiar, afectiva e identitaria en múltiples soportes comunicativos, desde diversos paradigmas y matrices culturales.

De ese gran banco se eligieron, para empezar, algunas preguntas básicas (qué es sexualidad, cómo hablar en familia, qué es violencia de género…), y otras inquietudes menos visibles en la polémica formal de la televisión, pero presentes en sus dramatizados y, sobre todo, en las redes, permeando el imaginario de adultos, jóvenes y adolescentes desde saberes no siempre éticamente fundados.

Tal es el caso del consumo de pornografía y otras formas de sexo en las pantallas; las parafilias, la transexualidad, la fidelidad en modelos de relación menos tradicionales (aunque ya no tan raros, como swingers y parejas abiertas), el uso de objetos para juegos eróticos y el sextting, con el que cerramos este miércoles.

También se habla de los silencios y las violencias simbólicas; de lagunas familiares en la comprensión y abordaje del asunto; del papel de los medios, la comunidad y las instituciones educativas. Se promueve resiliencia, autoestima, asertividad, y se dan vías para conectar con espacios presenciales o virtuales en los que recibir atención clínica o asesoría legal sobre estos temas.  

Luz, cámara, más luz

El equipo de realización D’Alma Films Producciones es, en su mayoría, muy joven y diverso. Trabajan con pasión, se escuchan mutuamente y disfrutan lo que hacen. Gracias a esa actitud se generó un clima agradable que agradeció cada huésped y relajó nervios, al punto de sentirse «como en casa», porque solo en esa comodidad que emana del respeto afectuoso se logra hablar de estos asuntos sin marcar distancias.

El set para grabar fue recreado por el director de Arte, Alejandro Ferro, en la galería Habana Espacios Creativos de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Su escenografía colorida, luminosa, dinámica, no es complemento, sino protagonista, porque en Al desnudo apostamos por mostrar una sexualidad sin sombras, como quisiéramos que fuera en la vida: libre de interactuar con el ambiente y enunciar emociones, identidades y posicionamientos filosóficos a través del vestuario, de los espacios y objetos que nos rodean, con la claridad física y expresiva que merece como dimensión humana.

Gracias a la retroalimentación a través de las redes, el equipo de trabajo tiene hoy mayor claridad de lo que funcionó en esta propuesta y lo que es conveniente cambiar o añadir para futuras temporadas, que ya están en proceso de diseño. Hay también una lista de temas y más especialistas en disposición de desnudar prejuicios.

A tono con los nuevos tiempos, el público pide que el material esté disponible en YouTube, Instagram u otras redes sociales, para intercambiar con la familia y amistades, debatir en grupos, repasar conceptos y rebatir o confirmar sus propias posturas ante cada tema.

Esto reafirma el propósito que el conductor declara en cada despedida, cuando invita a la teleaudiencia a no quedarse con el conocimiento, sino compartirlo y comentarlo, «porque en cuestiones de sexo y amor, todos tenemos una opinión». Y acá esperamos por la tuya.

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