Hace un año manteníamos una vida sexual activa, saludable y agradable, hasta que comenzaron a surgir problemas
P.O.: Estoy casado hace 12 años con una bella mujer. Tenemos dos hijos pequeños. Hasta hace un año manteníamos una vida sexual activa, saludable y agradable, hasta que comenzaron a surgir problemas. Primero ella se puso un Dispositivo Intra Uterino que me molestaba cuando teníamos relaciones. Luego tuve un episodio de eyaculación precoz con lo cual ella bromeó. Más tarde comencé a tener problemas de erección, desconcentración, falta de confianza en mí… A solas logro erecciones plenas. Queremos solucionar este tema. Nos queremos y no deseamos romper.
Si disfrutas a plenitud en soledad, podemos suponer que no es tu funcionamiento orgánico el problema; sino el encuentro con esa bella mujer y su efecto en tu seguridad y concentración. Sería interesante darse cuenta de la relación de esa broma con el exceso de presión en la intimidad que solías disfrutar y hoy impiden el rencuentro con lo que se desea.
En tales circunstancias, suele ayudar olvidarse del resultado esperado (erección, orgasmo) para ir a la búsqueda de lo erótico al mirarse, acariciarse, besarse… y parar cada vez que los pensamientos o la presión vengan a entorpecer. La respuesta del cuerpo llega cuando podemos volver a conectar fantasía y acto. Esto toma su tiempo.
Este tipo de situaciones suelen desaparecer al volver a disfrutar de aquello que causa el deseo y su realización. En ningún caso se recomienda resignarse y renunciar al disfrute. Estos problemas no son una enfermedad y suelen revertirse. El médico de la familia podrá evaluar y recomendar el especialista que se necesite. La ayuda sicológica puede ser muy valiosa en estas circunstancias.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica