Los errores durante el embarazo y los dos primeros años de vida conducen a accidentes y enfermedades que frenan el potencial desarrollo físico, emocional y cognitivo del bebé y debilitan su sistema neurosicoinmunológico
Infografía: Néstor Alonso Núñez
Un desequilibrio nutricional en la gestante y/o la criatura se traduce a largo plazo en mayor vulnerabilidad ante enfermedades oportunistas o crónicas, tanto físicas como emocionales y mentales, y mayor riesgo de sufrir bullying y otros abusos sociales. El antídoto es consumir el alimento suficiente y con la calidad requerida.
Malnutrición por defecto: Carencia de elementos claves por la poca variedad y/o cantidad de los alimentos, o la mala calidad de los preferidos (comida chatarra). Se refleja en bajo peso y talla, poco desarrollo cognitivo, anemias.
Malnutrición por exceso: Sobrealimentación innecesaria o poco balance proteico y energético. A corto plazo provoca estrés en los riñones, alergias e intolerancias alimenticias, altera la microflora intestinal y acelera la deshidratación si hay diarreas. A mediano y largo plazo programa la acumulación de grasa en diversos tejidos que conduce a obesidad, diabetes, hipertensión, arterioesclerosis y trastornos emocionales.
Si la madre tiene dificultades reales para lactar, debe buscar ayuda de otras mujeres paridas en su comunidad o solicitar el servicio de un Banco de leche materna cercano.
Fuentes: Ponencia científica Crecimiento y Desarrollo, Dra. Laura Alvaré Alvaré, Cimeq. Materiales de la campaña Padre desde el principio, Unicef . Póster científico: Importancia de la alimentación en los primeros mil días de vida, Javier González de Dios, Hospital General Universitario de Alicante PDF. Los primeros mil días de vida, Lic. Magalys Quintero, Conapre.