El Vasalgel promete ser toda una revolución: el primer fármaco no hormonal para hombres en salir al mercado en 2018
Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
Friedrich Nietzsche.
A pesar de los avances registrados hasta la fecha, obtener métodos más eficientes y seguros para controlar la natalidad es aún tarea pendiente para la ciencia moderna. Primero salieron al mercado los preservativos en el siglo XVIII; luego, el doctor alemán Richard Richter inició en 1928 la moderna anticoncepción con dispositivos intrauterinos. Y, tres décadas después, se aprobó el uso de la píldora hormonal femenina en Estados Unidos, bajo el nombre de Enovid, que, por vez primera en la historia, dio a las mujeres un método para controlar personalmente su fecundidad. Pero todas esas opciones no cubren cabalmente la demanda actual.
Según el Instituto Guttmacher, entidad de investigación para la salud reproductiva y sexual que opera en Estados Unidos, 85 millones de embarazos no deseados se producen al día en todo el mundo, motivo de sobra para preocupar y ocupar a la industria y la ciencia en la búsqueda de nuevas alternativas que incluyan también a los hombres en la planificación familiar, ya que hasta hoy no existen productos farmacológicos destinados al sexo masculino, más allá del condón.
Ante esas cifras, la Fundación Parsemus, dedicada a la investigación médica con el fin de hallar soluciones de bajo costo ignoradas por la industria farmacéutica, centró su atención en el diseño de un anticonceptivo que promete ser toda una revolución: Vasalgel, hidrogel sintético inyectable que se espera sea el primer fármaco no hormonal para hombres en salir al mercado en 2018.
Al decir de sus creadores, el producto es tan eficaz como la vasectomía (sección o ligadura de los conductos deferentes), y además es reversible en todos los casos, es menos invasivo y tiene una eficacia superior al 99 por ciento, afirman ensayos clínicos efectuados con animales.
Luego de ser inyectado, el gel demora a lo sumo 15 minutos en consolidarse en el conducto por el que pasa el esperma, justo en el extremo en el que este se une al escroto —no directamente en el pene—, donde actúa como un filtro que permite el paso del fluido eyaculatorio, pero no de los espermatozoides por un período de diez años.
Esta sustancia no afecta los procesos de erección, eyaculación u orgasmo, solo impide la fecundación, aseguraron a BBC Mundo sus creadores. Si durante el tiempo de efectividad previsto el hombre quisiera tener hijos, se puede restaurar el flujo completo de esperma mediante una intervención ambulatoria, en la cual se elimina el Vasalgel inyectando una solución de bicarbonato de sodio.
La patente del método pertenece al equipo del doctor Sujoy K. Guha, investigadores de la India que trabajaban en un inhibidor reversible y con guía de esperma, (Risug por sus siglas en inglés). Entre sus beneficios destacan que, al no ser un método hormonal, no tiene los efectos secundarios típicos de los tratamientos inyectables para mujeres.
De acuerdo con varios estudios publicados en la revista British Medical Journal y la Fundación Española del Corazón (FEC), las mujeres que usan anticonceptivos hormonales corren mayor riesgo de sufrir trombosis. Por eso el aumento de métodos masculinos, como el esperado Vasalgel, tributan al bienestar y la salud femenina.
No obstante, es vital destacar que el nuevo producto puede ser un sustituto o complemento de la anticoncepción femenina, pero no sustituye al preservativo como método de barrera ante las infecciones de transmisión sexual.
En estos momentos Vasalgel espera por la aprobación de la Agencia Federal de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para salir al mercado interno y externo. Una vez vencida esa etapa, toca otra batalla social para desterrar del imaginario público la idea de que es más lucrativo vender métodos destinados a las mujeres en lugar de promover el control natal masculino a largo plazo. La preocupación de la Fundación Parsemus es: ¿estarán los hombres dispuestos a usarlo?