Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

A.S.: Hace unos meses que me reencontré con el amor de mi vida. Con ella supe qué era el amor. Me dice que aún me sigue amando. El problema es que porta el VIH hace 20 años. Aún no lo transmite. Fue infectada por su esposo, quien murió. Esto me ha hecho quererla mucho más. Aconséjeme ya que tengo esposa y un hijo al cual quiero mucho. Tengo 47 años.

Su mensaje sugiere que se siente confundido al advertir que pone en riesgo tanto la posibilidad de disfrutar este amor como su salud, su matrimonio y la convivencia con su hijo.

Al parecer quiere volver a disfrutar aquel amor y es absolutamente posible. Pero tendría que estar dispuesto a asumir los retos que esto implica.

La infección por VIH es una condición de salud que puede variar aunque la persona infectada no lo perciba. Ella podría enfermar por el sida y siempre existe riesgo de contagio, en especial si no se protegen. De continuar con su matrimonio, también podría infestar a su esposa de no protegerla. ¿Estará a la altura de una situación así?

Solo usted puede saber el valor que atribuye a este amor de vida, su salud y la familia que ha creado. Deberá actuar en correspondencia con su deseo, advertido de que en cualquier caso puede perder y ganar algo. Es importante comprender qué le importa más.

Siempre, (incluso con aquellos que no están diagnosticados) se recomienda usar condón o solo acariciarse; sin penetración, ni contacto de líquidos genitales o sangre de la otra persona con nuestras mucosas (vagina, glande del pene, ano, boca).