Ya está a la venta un nuevo libro sobre sexualidad y familia escrito por Aloyma Ravelo. Su nombre es Trapitos al sol… Cómo hablar de sexualidad con adolescentes
Quien quiera aprender el amor,
nunca dejará de ser alumno.
Bernhardi
Trapitos al sol, de Aloyma Ravelo, colega de la revista Mujeres, centra su mirada en la etapa en que los hijos y las hijas se inician sexualmente o están a punto de hacerlo. Un momento de la vida adolescente que marca un cambio significativo; sin embargo, muchas veces los padres y las madres, sus seres más cercanos, ni nos enteramos. Es algo que descubrimos después.
De ahí el interés que emprende este libro, que será presentado por el profesor Manuel Calviño en La Cabaña, el martes 19 de febrero a las 4:00 p.m. en la sala Portuondo, de acompañar a nuestros hijos por momentos complejos de su vida joven, que es descubrir no solo el susto del amor, sino las experiencias sexuales que, bien orientadas, pueden ser fuente de gratitud, alegría y satisfacción que significa ser personas sexuadas.
Como adultos nos preocupamos mucho por alimentar, vestir y calzar a los hijos y satisfacerles un montón de exigencias, pero no siempre le damos la misma importancia al afecto, a la necesidad de entendernos, de auxiliarles cuando están en apuros, ser compañía y apoyo. Es que a veces la distancia es tan separadora en la adolescencia, que ni nos enteramos de cuánto nos necesitan en esos momentos.
Hablar, conocerse, sacar los trapitos al sol para comunicarnos con transparencia, aprender de los hijos y que ellos aprendan de nosotros, abrir puertas al diálogo respetuoso, sin violencia, homofobia o disposiciones unipersonales… todo esto tiene un efecto muy benéfico en las relaciones padres-hijos.
Si hay algo que he aprendido en estos años de conversaciones con jóvenes y adultos sobre sus problemas amorosos y de pareja, es que vivir una vida sexual satisfactoria resulta una aspiración y un bien muy preciado para la mayoría de la gente.
Empezar con la educación sexual en la niñez es lo ideal, pero no lo que sucede habitualmente. Los mayores pueden enmendar la plana y tomar el tema en cuanto se den cuenta de que deben lidiar con adolescentes enamorados o interesados por el sexo.
¿Cómo y por dónde empezar? No hay que dar una conferencia, ni preparar discursos; solo aprovechar las oportunidades que ofrecen una novela, una película o lo sucedido a un amigo. Comenzar a dialogar sobre el tema y sus diversas aristas, que no solo tienen que ver con el aspecto reproductivo, el condón o el VIH, sino además con el mundo emocional y sentimental que esta nueva experiencia trae a la vida juvenil.
Para los padres sin adiestramiento esta es una tarea difícil y compleja. Nunca antes la humanidad había gozado de tanta libertad para el sexo. Luego, lo más complicado es orientarlos en cómo manejar esa libertad con responsabilidad y sabiduría.
Descubrir y conocer cuáles son las actitudes y conductas sexuales saludables implica buscar información, interesarse sobre los comportamientos sanos y los que no lo son. Los adultos no deben quedar esperando que esa información les sea ofrecida; más bien deben salir a buscarla. Se encuentra en librerías, bibliotecas, sitios diversos de las redes de intranet y en Internet.
Cuando no tenemos una respuesta segura y veraz para ofrecer a nuestro hijo, es más honesto y sensato decirle: «Vamos a buscar información y aprender juntos». Esto también afianza relaciones.
Los padres y las madres, como parte de la educación y la crianza familiar, cada vez comprenden con mayor claridad que estos temas no deben faltar en casa ni en la agenda familiar. Hablemos con precisión y preparémonos bien, para no seguir reproduciendo dislates y falsas creencias, que dan lugar a confusiones y angustias en los adolescentes.
Y no tengamos temor de empezar pronto. Decía una voz sabia en estos temas que «es mejor saber un año antes que un día después». Leer tantas anécdotas, historias de vida de jóvenes, me ha hecho asegurarme de cuánta razón había en esa voz.