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Ejercitar los músculos del suelo pélvico evita trastornos en la sexualidad

La debilidad de esa zona puede ocasionar trastornos en la sexualidad del hombre y la mujer. Los ejercicios de Kegel corrigen con efectividad este mal Pregunte sin pena

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila
Ejercitar los músculos del suelo pélvico en la mujer y el hombre evita trastornos que pueden afectar la sexualidad El debilitamiento del suelo pélvico, tanto en hombres como mujeres, puede convertirse en factor desencadenante de múltiples trastornos que afectan la sexualidad, entre ellos prolapsos (caída de los órganos intrabdominales), incontinencia urinaria y fecal, y hasta eyaculación precoz.

Esa zona de la pelvis está compuesta por varios músculos, incluyendo el pubococcígeo (PC), donde se halla el llamado nervio pélvico, que además conecta con la vejiga, la parte inferior de la columna vertebral y parte de los órganos genitales internos.

Es conveniente para ambos sexos que el músculo PC sea fuerte y presente un tono muscular adecuado, ya que así se convierte en una poderosa fuente de energía que estimula la próstata en los varones y el útero en las féminas.

Las principales causas naturales de debilitamiento del suelo pélvico son el embarazo, el parto, la menopausia y la herencia, ya que está demostrado que dos de cada diez mujeres padecen debilidad congénita del suelo de la pelvis. Algunos hábitos cotidianos pueden predisponer a la aparición de este mal en ambos sexos, como por ejemplo retener la orina, vestir ropas ajustadas, los deportes en los que están implicados el salto o el impacto, cantar o tocar instrumentos de viento.

La obesidad, el estreñimiento, la tos crónica y el estrés son factores de riesgo que la sociedad suele ignorar en no pocas ocasiones, pero que luego cobran su cuota en disfunciones sexuales fácilmente prevenibles con un mayor autocuidado.

En la década del 40, el doctor Arnold Kegel se interesó por este tema y creó los ejercicios que hoy llevan su nombre. Hasta ese momento, las mujeres víctimas de incontinencia urinaria (imposibilidad de retener la orina al reír, toser, estornudar o saltar) estaban condenadas a la resignación, y en los casos más extremos eran llevadas al quirófano, sin garantías de solución definitiva.

Aunque inicialmente los ejercicios de Kegel se crearon para combatir la incontinencia urinaria posterior al parto, la realidad enriqueció esta idea y hoy se recomiendan para la incontinencia causada por estrés, en ambos sexos, y aquella que se presenta después de una cirugía de próstata. Incluso se han demostrado resultados favorables en pacientes aquejados de incontinencia fecal.

El objetivo de estos ejercicios es fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar la función de los esfínteres rectal y uretral. Contraer y relajar en repetidas ocasiones el músculo pubococcígeo es el denominador común entre sus muchas variantes.

El cumplimiento estricto del programa, previamente diseñado por un especialista, y la práctica apropiada de la técnica en cualquier momento del día, son la base del éxito.

Por otra parte, estos ejercicios contribuyen a fortalecer los músculos vaginales, por lo que pueden ser utilizados como parte de los juegos sexuales de la pareja, además de que y propician el orgasmo femenino.

Las ventajas de Afrodita

Durante el embarazo es muy común que las mujeres presenten incontinencia urinaria, la cual se agrava con el peso del bebé sobre la vejiga, inconveniente que puede ser eliminado con una adecuada ejercitación de los músculos del suelo pélvico.

Se conoce que la incontinencia afecta a un 30 por ciento de las mujeres luego del parto, y que el 50 por ciento de las embarazadas padecen de hemorroides.

Es válido mencionar que un buen estado trófico de la zona (adecuado tono muscular) facilita el parto al producirse menos desgarramientos, y posiblemente se evite una episiotomía (incisión quirúrgica en la zona del perineo) lo que redunda en menos dolor, por lo que las madres pueden regresar a sus labores en menor tiempo y sin temor a padecer incontinencia urinaria.

Otra ventaja es que aumenta el riego sanguíneo en la región rectal, reduciendo así el riesgo de padecer hemorroides y prolapsos, fundamentalmente del útero, la vejiga y el recto.

Adán frente a Kegel

Aunque muchos lo callan, estudios científicos han demostrado que el 40 por ciento de los varones padece —independientemente de su estado civil— de eyaculación precoz y/o disfunción eréctil, pero muy pocos conocen que esto puede tener solución en la mayoría de los casos.

Ya sea por timidez, vergüenza, o baja autoestima, algunos hombres pasan mucho tiempo, incluso años, con este padecimiento, que lamentablemente no suele superarse por sí solo, sino que requiere la aplicación de diversas técnicas para un efectivo control de la respuesta sexual, entre las que se encuentran los ejercicios Kegel, en combinación con otros tratamientos.

Esta técnica también se recomienda para pacientes operados de cáncer de próstata, ya que contribuye a una mejor circulación en ese órgano y en los conductos urogenitales, por lo que favorece la pronta recuperación del individuo.

Aunque se pueden practicar en cualquier sitio, tanto sentados como de pie o acostados, el aprendizaje de esta técnica no debe ser por cuenta propia, sino que es conveniente acudir a las consultas de terapia sexual, ginecología, urología o los cursos profilácticos para embarazadas, donde los interesados pueden recibir un buena instrucción al respecto

Más allá  de la teoría

Como no es objetivo de esta página escribir un manual sobre los ejercicios de Kegel, nos limitaremos a describir dos de los más prácticos y fáciles de realizar.

El lento

Aprieta los músculos del suelo pélvico, como cuando se intenta detener la orina, tirándolos hacia arriba. Contráelos y mantenlos así mientras cuentas hasta cinco respirando suavemente. Luego, relájalos durante cinco segundos más, y repite la serie diez veces.

Intenta aumentar progresivamente el tiempo de contracción y relajación. Empieza por cinco segundos en cada caso hasta llegar a los 20. Cuanto más tiempo consigas aguantar la contracción de los músculos, más fuertes se harán.

El rápido

Aprieta y relaja los músculos de la pelvis tan rápidamente como puedas, hasta que te canses o transcurran unos 2 o 3 minutos (lo que suceda primero). Empieza con diez repeticiones cuatro veces al día hasta alcanzar las 50 repeticiones diarias.

Pregunte sin pena

J. R.: Soy joven, con una vida sexual activa y siete años de casado. Sin embargo, cuando uso preservativo logro la erección pero no eyaculo. Me ha sucedido con diferentes parejas. Después de quitármelo mi satisfacción es intensa. Esto me molesta ya que no puedo protegerme y temo a las posibles consecuencias de practicar el coito con otras parejas que no son la mía habitual. Por favor, necesito de su ayuda. Tengo 26 años.

Ayudaría descubrir lo que para ti significa el preservativo. Evidentemente no es lo mismo usarlo que desecharlo. Según nos cuentas, te lo pones para finalmente quitártelo. ¿Qué es lo que quieres y rechazas al mismo tiempo? ¿Temes o deseas las consecuencias posibles?

Si logras la erección con el condón, este no impide progresar el placer. De modo que el problema está más en lo que representa para ti que en su uso.

El preservativo o condón es conocido como un método de barrera cuya función es evitar el intercambio de fluidos genitales. Al parecer, con él activas además una barrera psicológica inhibidora del placer y por ende, de la eyaculación. Cuando lo usas con las relaciones extramatrimoniales tu satisfacción encuentra una barrera psicológica similar a la de tu pene.

No refieres si te ha sucedido igual con tu esposa. Tampoco nos dices si ella para ti es algo más que la pareja «habitual». Tu carta enfatiza la preocupación respecto a las otras mujeres, donde temes posibles consecuencias, pero a la vez disfrutas más si hay riesgo. Quieres protección, pero al mismo tiempo la rechazas.

Aunque centras tu queja en el condón, creo que este no es más que el símbolo de conflictos referentes a tu vida sexual, a tu elección de goce, a tu matrimonio. Tu cuestionamiento te pone ante esa juvenil vida sexualmente activa que describes para buscar tu posición en ella.

MSc. Mariela Rodríguez Méndez. Psicóloga y consejera en ITS y VIH/sida

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