La implementación de métodos anticonceptivos constituye hoy un problema para una juventud que, permeada por viejos prejuicios, no acude siempre a la técnica más efectiva y menos riesgosa
Laura tiene 15 años y ha comenzado su vida sexual. Entonces una nube de interrogantes le aparece: ¿Cómo evitar un embarazo no deseado en medio de planes de estudio y diversión? ¿Cuál es la mejor técnica para mantener el disfrute de la pareja?
Su madre le plantea diversas opciones anticonceptivas; sin embargo, le afirma que «lo mejor será un Dispositivo Intrauterino (DIU), lo usé durante cinco años y nada me pasó; dicen que las tabletas no son confiables y engordan».
«Prefiero los DIU, o el condón; siempre me han dicho que las pastillas no son buenas. Hace tiempo mi mamá las tomó y después tuvo problemas con los ovarios», confiesa Arlen, una joven de 19 años; mientras que para Katia la mejor manera de evitar el embarazo es el coito interrumpido.
Un abanico de posibilidades surgió ante las preguntas que Sexo Sentido hizo a varias jóvenes con el propósito de acercarse a la percepción que tiene hoy este sector de la población sobre los métodos anticonceptivos «ideales».
En las consultas de Planificación Familiar de distintos policlínicos y centros hospitalarios, muchas adolescentes admitieron su desconocimiento sobre los beneficios que tienen las tabletas hormonales con respecto a los dispositivos intrauterinos.
Atribuyen a las primeras conceptos errados sobre su eficacia, basados generalmente en falsas creencias que las caracterizaron en sus inicios, cuando el producto era apenas explotado, y se empleaban elevadas dosis de hormonas que provocaban daños al organismo.
No es de asombrar que alrededor del 60 por ciento de las mujeres sexualmente activas en todo el país se protejan con los DIU, mientras solo un siete por ciento emplea los métodos hormonales.
El doctor Rolando Lugo, ginecólogo de la consulta de Planificación Familiar en el policlínico Cerro, asegura que gran parte del problema de la anticoncepción radica en la cultura que las madres trasmiten a sus hijas.
«Predisponen una preferencia a los DIU, que luego debemos desmotivar, y convencerlas de que no es el método más adecuado y menos riesgoso para el órgano reproductor en edades tempranas», señaló.
«Otro factor importante es la indisciplina y la irresponsabilidad que caracterizan a muchas de las adolescentes, que no se chequean regularmente si tienen puesto un DIU, y olvidan tomar las pastillas, registrándose los llamados fallos anticonceptivos».
¿CULPAR A LAS COSTUMBRES?«Debido a las tradiciones adquiridas por sus madres y abuelas, las mujeres cubanas han condicionado en las nuevas generaciones la creencia de que los DIU son los únicos métodos anticonceptivos realmente eficaces y menos riesgosos», afirma el doctor Miguel Ángel Sosa, presidente de la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia, y especialista en Ginecología y Obstetricia.
Según explicó a JR, las féminas muchas veces ignoran que los métodos hormonales son actualmente los más saludables para las jóvenes, pues además de presentar bajas dosis combinadas de hormonas (levonorgestrel y etinilestradiol) se ha comprobado por instituciones internacionales adjuntas a la Organización de Naciones Unidas, que sus efectos a corto y largo plazo son nulos, y fomentan en las mujeres una respuesta sexual mejor, así como favorecen la presencia de ciclos menstruales más cortos y menos dolorosos.
«En Cuba se oferta a toda la población el denominado Trienor y Etinor en las farmacias, productos validados por organismos internacionales de Planificación Familiar como métodos efectivos y de menor riesgo», destacó el especialista.
—¿Por qué muchas personas hacen «culto» del llamado Triquilar?
—Esa es otra creencia presente hoy en las jóvenes cubanas, quienes erróneamente ven en estas tabletas hormonales una superioridad que no existe, pues la dosificación de los compuestos es igual a las de las ofertadas en las farmacias nacionales.
«El Triquilar se encuentra en las consultas de Planificación Familiar para determinados casos, que por problemas de salud más específicos requieren complementar esta dosificación de hormonas con minerales y hierro», aclaró el experto.
A LA MEDIDADespués de un estudio y valoración médica, en las consultas especializadas se diagnostica a la paciente cuál será el método anticonceptivo más adecuado de acuerdo con sus características biológicas.
Para quienes no pueden emplear las tabletas se acude entonces a los DIU, entre estos la T de cobre tipo A, de 26 y 28 milímetros. La primera, implementada para mujeres que ya alcanzaron su desarrollo biológico y no se han sometido a interrupciones de embarazo o hayan parido; y la segunda se emplea en aquellas ya maduras que han atravesado por esas situaciones.
Explica el doctor Sosa que en las adolescentes se deben emplear los multiload, pues en los úteros menores de siete centímetros, teniendo en cuenta que la media de las jóvenes hasta 18 años de edad es de siete-nueve centímetros, son necesarios dispositivos pequeños que no dañen los tejidos.
«Pero si ya este órgano ha alcanzado el tamaño normal (mayores de nueve centímetros), al introducírsele un dispositivo menor, no queda cubierta toda el área y aparecen fallos y embarazos no deseados», advierte el especialista.
Tan es así que alrededor del 25 por ciento de los abortos registrados en el país ocurren por problemas con los anticonceptivos.
Sin embargo, reconocida hasta por organismos internacionales de planificación familiar, la T de cobre es el DIU más recomendado, dada la efectividad demostrada y sus pocos riesgos a corto y largo plazo.
DESVANECER VIEJOS PREJUICIOS«El Ministerio de Salud Pública garantiza los recursos pertinentes para desarrollar en el país una política de planificación familiar que en un futuro elimine los abortos voluntarios en caso de embarazos no deseados», afirmó el doctor Sosa.
Sin embargo, aclara el especialista que para ello también es muy necesario que todo el personal médico esté capacitado para informar y orientar a cada joven sobre el método más adecuado, y poner fin a las falsas especulaciones que existen sobre diversas técnicas anticonceptivas.
«La política de uso estipulada para cada mecanismo de anticoncepción debe ser cumplida estrictamente; de lo contrario se corre el riesgo de que existan fallos».
Otros métodos empleados son los inyectables hormonales en las pacientes que no tienen tolerancia a los DIU o a los hormonales orales, o presentan algún problema de salud que les limita la anticoncepción.
—Pero ningún método anticonceptivo es capaz de protegernos de las Infecciones de Trasmisión Sexual y el VIH/sida...
—Por eso nuestro lema es la doble protección: condón y otra técnica anticonceptiva. El preservativo es el método más seguro, pues además de evitar un embarazo, es el único agente preventivo de enfermedades de transmisión sexual. Este producto está disponible en todas las farmacias del país.