El Día de Internet Seguro, celebrado el segundo martes de cada febrero, es un momento que invita a reflexionar sobre la importancia de protegernos en la red de redes, con protagonismo para la niñez y la adolescencia
Aunque no lo saben todo, son muchas las cuestiones personales que conocen acerca de ellos. Gustos, preferencias, opiniones sobre determinadas cosas. Lo que comienza como una divertida entrevista se torna en pura vergüenza cuando les interrogan sobre las cosas más personales. Son niños y adolescentes españoles expuestos ante extraños. Los entrevistan con cámaras y micrófonos para dar todavía más seriedad al asunto. Luego de exponerlos y ver sus reacciones, el mensaje es uno: en internet, que tu vida privada sea eso, privada.
Lo anterior forma parte de una campaña por el Día de Internet Seguro desarrollada por Unicef España, un video de alto impacto en redes sociales por su capacidad de invitar a la reflexión.
En el metraje, de apenas tres minutos, un hecho resalta con una fuerza demoledora: todos los datos que obtuvieron los entrevistadores de esos niños y adolescentes, son públicos. Están en sus perfiles de Facebook, Instagram, Snapchat y otras redes sociales. Sin dudas, un hecho para pensar en torno a un tema del cual nadie «escarmienta por cabeza ajena».
El segundo día de la segunda semana del segundo mes del año es el Día de Internet Seguro. Se trata de una iniciativa que comenzó en 2004 con la finalidad de impulsar un uso más seguro y responsable de la tecnología y los dispositivos móviles, sobre todo entre los niños y los jóvenes.
Esta celebración nació de la red Insafe, que pertenece al programa Safer Internet de la Unión Europea. Desde entonces, el evento ha cobrado fuerza, extendiéndose a más de un centenar de países, Cuba incluido.
Cada año, el Día de Internet Seguro trata un tema distinto, reflejando las preocupaciones actuales sobre la seguridad en línea y buscando generar un cambio positivo en la comunidad digital.
La seguridad en internet es un tema de vital importancia en la sociedad actual. Los riesgos y amenazas en el ciberespacio se han vuelto más avanzados y constantes. Desde el robo de identidad, el fraude financiero, hasta la exposición a contenido inapropiado y el acoso en línea, los peligros son diversos y afectan a usuarios de todas las edades. No solo implica proteger nuestra información personal y financiera, sino cuidar nuestra salud mental y bienestar emocional frente a los riesgos de la exposición en línea.
En este contexto, el Día de Internet Seguro adquiere una especial relevancia. Es un evento de concienciación sobre los peligros de la red, una invitación a que individuos, organizaciones y gobiernos cooperen en la creación de un entorno digital más seguro.
Educar a los usuarios sobre cómo navegar de forma segura, reconocer amenazas y utilizar herramientas de protección es esencial para construir una cultura de ciberseguridad sólida.
Asimismo, promover prácticas éticas en línea, respeto por los demás y responsabilidad sobre el contenido que se comparte y consume, son aspectos clave para fomentar un internet más seguro.
Según el último informe de isaca.org, los ataques cibernéticos aumentaron en más de un 50 por ciento en el último año. Este crecimiento refleja la sofisticación de los ciberdelincuentes (ayudados ahora por herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT) y el atractivo creciente de la gran cantidad de datos personales y corporativos almacenados en línea.
La variedad de ataques es amplia, desde el phishing, que representa aproximadamente el 32 por ciento de todos los incidentes de seguridad, hasta el ransomware, cuyo impacto creció un 20 por ciento en 2023.
Esos ataques tienen un impacto económico significativo, costando a las empresas millones de dólares en pérdidas, y un profundo efecto en la confianza y seguridad de los usuarios individuales.
El crecimiento exponencial de internet ha jugado un papel crucial en este aumento de las vulnerabilidades. Con más de 4 500 millones de personas conectadas a internet a nivel mundial, la cantidad de información personal y sensible en la web es enorme.
Ese crecimiento ha sido acompañado por un incremento en el número de dispositivos conectados a la red de redes, conocidos como el Internet de las Cosas (IoT), que se espera superen los 75 000 millones para 2025. Muchos de estos dispositivos tienen medidas de seguridad insuficientes, lo que los convierte en blancos fáciles para los ciberdelincuentes.
La digitalización de servicios financieros, gubernamentales y de salud ha expuesto aún más datos sensibles a potenciales brechas de seguridad. Aunque esta transformación ha traído conveniencia y eficiencia, también ha creado nuevas oportunidades para los ataques cibernéticos. Las infraestructuras críticas, en particular, han sido identificadas como objetivos de alto valor, con consecuencias potencialmente devastadoras en caso de un ataque exitoso.
En nuestro país el Día de Internet Seguro se celebró con numerosas iniciativas, especialmente alentadas por la Unión de Informáticos de Cuba.
La organización no gubernamental más joven de la sociedad civil cubana realizó numerosos encuentros a todo lo largo y ancho del país, con la niñez y adolescencia como protagonistas. Una iniciativa loable, en tanto los más nuevos necesitan de educación en este sentido, para que sepan identificar bien los riesgos a los que se exponen.
El Comité sobre los Derechos del Niño de la ONU advierte que el entorno digital puede contener información sesgada, estereotipos de género, contenido discriminatorio, racista, violento, pornográfico, de explotación y discursos de odio, así como narrativas falsas, información errónea y desinformación. Esto distorsiona el derecho de los niños a la información y pone en riesgo otros derechos, como la protección, la privacidad y la no discriminación.
Esos problemas no son excepcionales y afectan a muchos contenidos que pueden ser de interés para los niños y adolescentes. Por ejemplo, pueden encontrar consejos sobre falsos remedios de salud mientras investigan para un trabajo de ciencias, o verse involucrados en foros que fomentan discursos de odio y narrativas falsas sobre una religión o grupo étnico.
La solución no es restringir el acceso de todos los menores de edad a internet, ya que esto les privaría de una herramienta valiosa para su desarrollo.
El Comité sobre los Derechos del Niño destaca que los Estados deberían exigir a las empresas y otros proveedores de contenido digital que elaboren y apliquen directrices que permitan a los niños acceder a contenidos interesantes y adecuados para ellos, al mismo tiempo que los protegen del material dañino.
Además, las personas e instituciones responsables de la educación de los niños y adolescentes deben crear un marco de cuidado, educación y desarrollo de competencias que les permita aprender a protegerse y comprender las posibles amenazas. De ahí iniciativas como las impulsadas en Cuba.
Desde el ámbito educativo, las familias son clave para que cada niño aprenda desde la primera infancia a utilizar las tecnologías digitales de forma responsable, respetuosa, crítica y creativa.
Para que el cambio sea efectivo, debe contar con la participación de los propios niños y adolescentes, con planteamientos adaptados a las necesidades de su entorno y la posibilidad de tratar primero los temas que más les preocupan. De este modo, podrán mejorar poco a poco sus hábitos de uso de la tecnología para convertirse en ciudadanos digitales empáticos y respetuosos, responsabilizándose de su reputación en línea y respetando las de los demás, y aprovechando de manera positiva las oportunidades para crear, participar y compartir.
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