Cuando se acerca su 7mo. aniversario el próximo 7 de marzo, conversamos con Ailyn Febles Estrada, presidenta nacional de la UIC, acerca de lo alcanzado y lo que está por venir
A siete años de fundada arribará la Unión de Informáticos de Cuba (UIC) el próximo 7 de marzo. La organización más joven de la sociedad civil ha trabajado desde su creación por aglutinar a profesionales de las tecnologías de la información y la comunicación en aras de fomentar la unidad de acción, la libertad de discusión, la crítica y el estímulo a la creatividad.
La Doctora en Ciencias Ailyn Febles Estrada, presidenta nacional de la UIC, ha tenido a su cargo ese empeño desde la hora fundacional, y Juventud Rebelde conversó con ella a propósito de la venidera Segunda Asamblea Nacional, evento que acogerá el Palacio de Convenciones de La Habana los días 7 y 8 de marzo, para repasar el trabajo realizado y proyectar objetivos hacia un nuevo período.
—Cuando se fundó la Unión de Informáticos de Cuba se hablaba de la informatización de la sociedad cubana. Hoy se maneja el concepto de transformación digital. ¿De qué modo la organización contribuye a este empeño?
—La UIC se constituye con el lema Innovar, Integrar e Informatizar, y bajo esa línea desarrollamos los cinco programas que han organizado el trabajo este tiempo. Sin embargo, cuando diseñamos el sistema de actividades y concebimos en 2017 el primer evento internacional, Cibersociedad, soñando y actuando, comenzamos a introducir los conceptos asociados a la transformación digital (TD).
«En el libro resumen del evento hay varios artículos que introducen el tema. Después hemos trabajado en proyectos de Ciudades inteligentes e internet de las cosas vinculados con la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (Padit), que son tecnologías habilitantes para la transformación digital. En las actividades que hemos desarrollado se han abordado estos temas por expertos. En la segunda edición de Cibersociedad (2019) el lema fue “habilitando la transformación digital”… las sesiones de trabajo, la feria, el concurso, todo abordaron las tecnologías habilitadoras de la TD y ejemplos de posibles proyectos impulsores. En ese momento aprobamos la revista de la UIC, nombrada Revista cubana de transformación digital, pensada para difundir estos temas en el entorno de la organización y de los profesionales afines, que ahora tiene un papel importante para la cultura digital que requiere la transformación digital en todos los sectores.
Recuerda Febles Estrada que cuando el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, convocó al Consejo Nacional de Innovación (CNI) en diciembre de 2021, varios miembros de la UIC estuvieron involucrados en su preparación, «y correspondió a la organización la misión de presentarles al Presidente y al CNI los conceptos principales asociados a la TD y algunas hipótesis para dar respuesta a la pregunta científica lanzada: ¿Cómo lograr acelerar y optimizar el proceso de transformación digital en Cuba socialista y soberana? Después hemos estado involucrados en los grupos de trabajo de la política y la agenda de transformación digital. En esta última hemos sido los coordinadores del grupo de trabajo de los expertos.
«Además en este tiempo, incluido el de la COVID-19, hemos dado capacitación a más de 300 actores de gobiernos municipales y provinciales en temáticas asociadas a la transformación digital».
La Unión de Informáticos de Cuba impulsa diversos proyectos en el país. Según su Presidenta Nacional, tienen a su cargo en el Programa Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, velar porque exista interoperabilidad y el desarrollo de una plataforma de Ciudad inteligente.
Como parte del Programa Sectorial de Ciencia, Tecnología e Innovación, trabajan en la señalización digital para el sector del turismo, y en Las Tunas nació InnovaCrece, una plataforma digital que promueve las innovaciones digitales cubanas.
El Laboratorio de innovación para la transformación digital en el sector de la cultura (Red co-Lab), desarrollado con apoyo internacional, es otro con importantes resultados en provincias como Cienfuegos y Camagüey, donde existe como proyecto de desarrollo local (PDL).
Además, se trabaja en el apoyo al fortalecimiento de capacidades desde la transformación digital para el enfrentamiento al cambio climático en la ciudad de Cienfuegos, provincia en la que existe asimismo otro PDL: el Centro coordinador para la transformación digital del territorio.
—La UIC ha firmado convenios de colaboración con organismos, entidades y empresas cubanas. ¿Qué beneficios traen estas acciones?
—Uno de los objetivos de la UIC es lograr la integración y convertirnos en plataforma habilitadora para el debate, el intercambio, la generación de soluciones con la participación de todos los involucrados. Por eso es tan importante la colaboración con instituciones del Gobierno, el sector empresarial, la academia y la sociedad civil. Con eso tenemos insatisfacciones porque debemos tener más convenios y hacer más con todos.
«Un ejemplo de fortaleza son las alianzas con organizaciones de la sociedad civil cubana que han permitido, entre otras cuestiones, el desarrollo exitoso del 1er. y 2do. Foro de Gobernanza de Internet en todas las provincias, y a nivel nacional. El Foro se ha constituido como una plataforma para mejorar proyectos en curso, identificar riesgos, recoger opiniones sobre políticas, estrechar lazos entre otras disciplinas igual de importantes para la transformación digital, los profesionales de las TIC y el Gobierno.
—Hablemos de proyectos de colaboración en los que la UIC es protagonista.
—Puedo mencionar el desarrollo de un proyecto de cooperación internacional cofinanciado por la Unión Europea (co-Lab) con tres laboratorios habilitados y funcionando (Camagüey, Cienfuegos y Las Tunas) y dos en proceso (Pinar del Río y Mayabeque). Este ha permitido a la organización contar con un modelo de gestión asociada a los laboratorios de innovación, que puede contribuir a la atención de las necesidades de las comunidades y la alineación con las estrategias de desarrollo territorial, que incentivan la innovación digital en el ciudadano.
«Además la UIC forma parte, como institución nacional asociada, de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (Padit), que ha permitido estrechar relaciones con actores del territorio y facilitado a los miembros de la organización actuar en la transformación digital de sus entornos».
—En el impulso a una industria del software en Cuba, qué papel desempeña la organización.
—Desde el primer momento hemos intencionado alianzas con las empresas de la industria. Creamos una estrategia para atender a los trabajadores por cuenta propia del sector en aquel momento, que ya comenzaban a ser actores económicos importantes, y los acompañamos en todo el esfuerzo para lograr que se aprobaran las mipymes de esta temática. Ahora estamos en alianza con ellas para alcanzar mayor impacto en el desarrollo económico y social del país.
Algunos de los proyectos que desarrollamos tienen que ver con el fortalecimiento de la industria. Además, estamos incorporados en los macroprogramas que tienen que ver con esto, en comisiones de trabajo, etcétera. En particular dirigimos la secretaría del Grupo de trabajo para el desarrollo de la industria de videojuegos en Cuba, en el que ya podemos exhibir algunos resultados importantes para este sector.
—¿De qué manera se ampliará el quehacer de la UIC para los próximos años?
—Tenemos que seguir aumentando la cantidad de acuerdos con las instituciones, principalmente empresas y universidades; aumentar la oferta de capacitación y diversificarla; seguir tributando a la agenda digital, pues es la hoja de ruta para la transformación digital en Cuba; incrementar la cartera de proyectos; fortalecer la figura y aumentar su presencia en las provincias de los laboratorios de transformación digital, lograr el autofinanciamiento y un mayor protagonismo de las delegaciones de base en las actividades, evento y proyectos.
Agregó la Presidenta Nacional de la UIC que buscarán tener un funcionamiento estable del Observatorio Tecnológico, lograr una mejor atención a todos los miembros y crecer en membresía (son más de 5 900 en la actualidad), así como aportar a la gestión del talento con una adecuada gestión del quién sabe qué.