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Twitter Blue y una tormenta perfecta

Si los primeros días de Elon Musk al frente de Twitter fueron turbulentos, el lanzamiento del servicio Twitter Blue dejó pérdidas millonarias para algunas empresas y dañó la imagen y reputación de otras, así como de reconocidas personalidades

Autor:

Yurisander Guevara

A un amigo le comenté hace unos días: La historia de Twitter con Elon Musk recién acaba de empezar. Tengo la impresión de que no hemos visto nada todavía. ¡Cuánto quisiera haberme equivocado! Desafortunadamente, se veía venir todo lo que en la última semana ha ocurrido en la red social de microblogging más popular del mundo.

Miles de millones de dólares en pérdidas para algunos, el fracaso de Twitter Blue, proliferación de cuentas falsas y otra serie de situaciones han acontecido a la vista de todos, con Musk echándole «la culpa» a los medios de comunicación que «se han puesto en su contra» para «acabar con la libertad de expresión».

Si en la primera entrega de esta saga tuitera hablamos de cómo habían transcurrido los hechos desde que el hombre más rico del planeta se hiciera con el control de la compañía, volvemos sobre este tema porque lo sucedido después no fue menos… probablemente sea peor.

El fracaso de Twitter Blue

Twitter Blue es un servicio que se lanzó en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido el 9 de noviembre último. Se trata de una facilidad para que, por ocho dólares mensuales, cualquiera que quiera poseer una cuenta verificada —con un monograma azul al lado de su nombre—, pueda hacerlo.

Tradicionalmente el monograma en blanco y negro de Twitter ha significado que la cuenta es «auténtica», es decir, el usuario detrás de ella —sea una persona natural o jurídica—, es quien dice ser. La empresa con sede en San Francisco, Estados Unidos, tiene para ello una serie de protocolos que conllevan a chequear que, efectivamente, la cuenta no sea falsa.

Al mismo tiempo, Twitter ha permitido la creación de cuentas «parodia». Sin verificación alguna, estas personifican a figuras prominentes y por lo general emplean la comedia como arma para ganar seguidores y obtener interacciones.

Pues bien, el lanzamiento de Twitter Blue disparó la creación de usuarios parodia… que no especificaban que lo eran. De repente, el caos llegó a Twitter de la mano de los troles, una situación contraria a lo que quiere Musk, que es eliminar las cuentas falsas.

El 10 de noviembre, una cuenta verificada por Twitter Blue, supuestamente de la farmacéutica Eli Lilly, anunció en un tuit que la insulina iba a ser gratis a partir de ese momento. La «gracia» de ese usuario falso le costó a la empresa real una caída en bolsa y pérdidas por 14 000 millones de dólares.

Al día siguiente, Lockheed Martin, uno de los mayores fabricantes del complejo militar industrial, avisaba en Twitter que suspendía hasta nuevo aviso la venta de armas a Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, mientras se completaran «investigaciones sobre sus abusos de derechos humanos». Lockheed Martin se desplomó un cinco por ciento en bolsa.

Entre otras «troleadas» de éxito, el basquetbolista LeBron James anunció que quería irse de Los Ángeles Lakers, su equipo actual; Mario mostró el dedo del medio a sus seguidores en la cuenta de Nintendo; una cuenta nombrada Jesucristo recibió la insignia azul; hubo un debate subido de tono entre varios papas y un George W. Bush tuiteó: «Extraño matar iraquíes», a lo que el ex primer ministro británico Anthony Blair respondió: «Yo también». Por supuesto, todas estas cuentas son falsas, aunque hayan sido «verificadas» por Twitter Blue.

Caos total

Elon Musk parece estar dirigiendo Twitter sobre la base del ensayo y error, aunque ello le cueste miles de millones de dólares a las empresas —que siguen retirando en masa sus anuncios—, o afecte las reputaciones de personalidades, las cuales también andan de mudada a otras redes, como Mastodon.

El comportamiento errático del señor Musk ya ha tenido ejemplos de sobra. A los pocos días de tomar el mando, tuiteó que la comedia era legal en Twitter desde ese momento. Entonces la reconocida humorista estadounidense Kathy Griffin cambió su nombre por el de Musk y envió un mensaje sobre las elecciones intermedias en Estados Unidos: «Después de una discusión muy animada con las mujeres de mi vida, decidí que votar azul es lo único correcto», escribió Griffin, bajo el nombre del fundador de Tesla. Su cuenta fue suspendida permanentemente.

«En lo adelante, cualquier usuario de Twitter involucrado en una suplantación de identidad sin especificar claramente “parodia” va a ser suspendido de forma permanente. Antes emitíamos una advertencia previa a la suspensión, pero ahora estamos implementando una verificación generalizada y no habrá ninguna advertencia», aclaró Musk tras la medida. También dijo que cualquier cambio de nombre en las cuentas verificadas derivará en una eliminación de la marca que las distingue.

Este mismo comportamiento de digo y luego cambio mi parecer es lo que ha sucedido con Twitter Blue. En un intento por evitar las cuentas falsas y distinguir más fácilmente las auténticas y de alto perfil de las suscritas a Twitter Blue, Elon Musk lanzó la etiqueta «Oficial». Esta última se podía observar debajo del nombre de usuario en los perfiles de aquellas cuentas verificadas y verdaderas. Pero a las pocas horas el nuevo consejero delegado de la compañía la eliminó. En algunas regiones del planeta hay reportes de que esta segunda etiqueta de verificación ya está nuevamente de vuelta. Lo cierto es que ante tanta incertidumbre Twitter Blue fue puesto en pausa hasta nuevo aviso.

A río revuelto…

Mastondon se ha puesto de moda ante la incertidumbre con Elon Musk y Twitter.

Mastodon es una red social que por estos días ha ganado en notoriedad ante las turbulencias que se viven en Twitter. Aunque es también de mensajes cortos o microblogging, no funciona igual que la del pajarito azul, pero sirve como alternativa.

Se integra dentro de la ideología del Fediverso, término con el que se conocen al conjunto de redes sociales que comparten una misma filosofía, la de crear una red basada en diferentes servidores o instancias. Esto viene a ser como tener varias versiones de Mastodon, pero que se unen entre ellas para crear un todo, explica la publicación especializada Xataka.

De ahí su primera gran diferencia con respecto a Twitter. El nombre de usuario dependerá de la instancia en la que se registre. Por ejemplo, si un usuario se registra como «pedro», y lo hace desde la instancia mas.to, entonces su dirección será mas.to/@pedro, pero si se registra en otra instancia la dirección para acceder al contenido será diferente.

A pesar de que la filosofía de funcionamiento es distinta, reportes de prensa indican que Mastodon ha sido beneficiada con el «Elon-calipsis» en Twitter, pues ganó más de 100 000 usuarios en pocos días. Y de seguir dando bandazos el dueño de Twitter, esta saga podría no haber terminado todavía.

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