Los equipos informáticos que utilizan energía solar cada vez son más frecuentes y constituyen una línea futura de desarrollo limpio y sustentable
A simple vista, parecen computadoras portátiles similares a las más comunes del mercado. Incluso sus precios, ligeramente superiores, no las hacen más o menos caras que otras con prestaciones iguales.
Su diferencia está en el sistema de recarga, y en ser las pioneras de lo que muchos expertos consideran un futuro promisorio para el mundo informático: las computadoras solares.
Ante lo imperioso de buscar fuentes alternativas de energía, menos contaminantes y renovables, varios fabricantes están desarrollando líneas de portátiles capaces de recargar sus baterías con energía solar.
Uno de los más recientes presentados fue la Netbook NC215S, de Samsung, la cual puede ser cargada gracias a una batería, que al ser expuesta dos horas al sol es capaz de funcionar por una hora.
Lo más novedoso es que este equipo, recientemente expuesto en Seúl, Corea del Sur, cuenta con un panel fotovoltaico integrado, ubicado detrás de la pantalla, capaz de rendir hasta 1000 ciclos de carga.
Además, está dotada con una pantalla reflectante, la cual aprovecha, cuando está al aire libre, los poderosos rayos del sol, haciendo más legible su lectura y contribuyendo a ahorrar la energía de la batería, pues es capaz de regular por sí misma brillo y contraste.
Para algunos, Samsung es el primero en presentar un dispositivo de este tipo accesible al mercado, y que puede ser muy útil en lugares donde no existe otro tipo de fuente de alimentación que el Sol.
A su vez, al ser portátil y por ende más manipulable, es ideal para zonas rurales, agrestes e incluso para quienes desarrollan trabajos de campo que precisan salvaguardar datos, y lo hacen en sitios apartados.
Pero Samsung no está solo en la carrera para lograr hacer solares las computadoras. Competidores no le faltan. Algunos, incluso, con prototipos muy interesantes.
Recientemente Intel desarrolló un procesador experimental, bautizado como Claremont, capaz de ejecutar pequeñas tareas con un consumo de energía que está por debajo de los diez milliwatts.
Según afirmó en su presentación a la prensa Justin Rattner, ejecutivo de la compañía, este dispositivo precisa de tan poca energía, que puede funcionar alimentado por una celda solar del tamaño de una estampilla.
Este es uno de los primeros pasos en un sentido ecológico muy promisorio, pues se trataría de hacer supercomputadoras capaces de grandes cálculos, pero con muy bajo consumo de energía.
Como afirmó a la prensa Shekhar Borkar, investigador de Intel, si bien hoy las computadoras encargadas de cálculos intensivos, conocidas como servidores, necesitan cerca de 200 watts de poder para alcanzar un desempeño de 100 gigaflops, su empresa espera alcanzar el mismo nivel pero utilizando solo 2 watts.
Sin embargo, la carrera por las computadoras alimentadas por el Astro Rey se concentra por el momento en los portátiles, que por sus usos y prestaciones son más factibles de utilizarse, y venderse, con estas facilidades.
Así, por ejemplo, la empresa Iunika, compañía con sede en Hong Kong fundada por los españoles Pablo Machón y Ángel Pérez, presentó recientemente un mini-PC portátil denominado Gyy, que puede ser alimentado por paneles solares incorporados a su estructura y cuya carcasa está fabricada con plástico biodegradable.
Con apenas 23 x 16 centímetros, un peso de 700 gramos y sistema operativo basado en software libre, no solo será apto para llevarlo a todas partes, sino que además resulta relativamente económico.
Otro ejemplo similar es el Aleutia, cuyo consumo eléctrico a pleno rendimiento apenas llega al máximo de 8 watts.
Este equipo, que cuenta con una tarjeta flash de 2 GB de almacenamiento, 128 megas de memoria RAM, tres puertos USB 2, un puerto Ethernet para red, una salida VGA, un teclado plástico enrollable resistente al agua y una pantalla LCD de 12 watts de consumo, puede funcionar simplemente con un panel solar desplegable de 26 watts, lo que lo hace completamente independiente de tomas de corriente o baterías, siempre y cuando brille el sol.
Mientras, otros han apostado por soluciones integradas a las computadoras y laptops tradicionales, como la compañía taiwanesa AU Optronics, que tiene en el mercado un teclado táctil para computadora que recolecta energía solar.
Sensible al tacto, este periférico en lugar de incorporar paneles solares es un panel en sí mismo, que absorbe tanto luz natural como luz artificial para recargar la batería de la computadora, en especial las laptops.
Así, basta con contar con iluminación de cualquier tipo para poder recargar los acumuladores, sin dejar por ello de trabajar en este teclado táctil, que lo único que precisa es mantener los dedos sin suciedad para que se aproveche al máximo la luz que captan las celdas fotovoltaicas.
Mientras el mundo de los portátiles, teléfonos celulares y tablet PC se enfrasca en llevar el sol a cuestas, independizándonos de los tomacorrientes, otros están pensando en producir su propia energía limpia, aunque para ello tengan que utilizar los mismos desechos que deja a su paso la computación.
IBM, por ejemplo, ha desarrollado un proceso que permite utilizar los discos duros y otros componentes para la fabricación de paneles solares.
El innovador proceso de reciclado de discos semiconductores aplicado en su planta productiva en Burlington, Vermont, utiliza una técnica especializada de remoción de patrones para volver a usar los delgados discos de silicón donde se imprimen los chips semiconductores de computadoras, teléfonos celulares, videojuegos y otros aparatos electrónicos de consumo.
De esta forma, además de recuperar la información de los discos, su interior así como otras placas de la computadora que contienen silicón son usados posteriormente para fabricar paneles solares, que recolectan energía que es utilizada en la misma fábrica.
«Uno de los desafíos a los que se enfrenta la industria solar es la severa escasez de silicón, que pone en riesgo su rápido crecimiento», argumentó a la prensa en relación con la importancia del proyecto Charles Bai, director de Finanzas de ReneSola, una de las compañías de energía en China que más rápido ha crecido gracias a utilizar precisamente el proceso patentado por IBM.
Si según datos la Asociación de la Industria de Semiconductores en el mundo se fabrican 250 000 discos al día, IBM calcula que se desechan hasta 3,3 por ciento de ellos, que pueden ser reutilizables con el fin de producir kilowatts ecológicos.
Aunque el futuro de las computadoras solares parece estar ya a la vuelta de la esquina, los proyectos para utilizar el Sol en el mundo de los bytes se han extendido por todo el mundo, y Cuba no es la excepción.
Gracias a los paneles solares pudieron electrificarse centenares de escuelas rurales en todo el país, especialmente en zonas intrincadas, donde fueron instalados computadoras y televisores que ayudaron a mejorar la preparación de los alumnos.