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Torres contra huracanes

Novedoso proyecto de investigación que vincula a universidad y empresas pretende elaborar una Norma cubana para la construcción de torres de telecomunicaciones más resistentes

Autor:

Amaury E. del Valle

Cuando el viento sopla fuerte en medio de un huracán son las estructuras altas las más expuestas a las furias de los elementos, máxime si estas se levantan decenas de metros sobre el suelo y muchas veces encima de grandes montañas.

Así sucede con las torres de telecomunicaciones, muchas de las cuales se han venido abajo en Cuba debido al fuerte azote de huracanes potentes durante la última década.

Solo de 1996 a 2006 los meteoros doblegaron 33 torres de telecomunicaciones, dejando sin televisión, radio o teléfonos móviles a más de dos millones de personas y causando pérdidas por unos siete millones de pesos.

Y no se trata solo del daño a estas estructuras, sino el tiempo que quedaron las personas sin los servicios mencionados, lo cual redunda en pérdidas mucho mayores y más complicadas de calcular.

¿Se podrán entonces construir estas torres de forma que resistan a fenómenos como Gustav, Ike, Michelle, Paloma y otros tantos de triste recordación?

Esa es la idea que mueve al proyecto Torres de Telecomunicaciones: vulnerabilidad y estructura, y bases para una Norma cubana, que involucra a empresas del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC) junto al Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE).

Huracanes simulados

Gracias a las nuevas tecnologías ya no hay que esperar a que sople el viento para saber con más o menos certeza si una torre de telecomunicaciones va a aguantar o no.

Complicados modelos matemáticos, que antes se hacían a mano y podían tener errores, ahora son posibles gracias a programas informáticos que ayudan a los ingenieros a repensar cómo sostener mejor los caminos hacia las alturas.

Así nos explica la doctora Vivian Elena, jefa del Proyecto, una ingeniera que ha examinado muchos hierros buscando dónde fallan cuando sopla el viento.

Existen muchos factores que pueden hacer que se derribe una de estas estructuras. Influyen la antigüedad, la calidad del acero con el cual fueron hechas, su ubicación geográfica, la fuerza del viento que la azote, la cantidad de cables, antenas y parábolas que tenga encima o el mantenimiento que se le dé, entre otros factores, explica la ingeniera mientras repasa las fotos de múltiples desastres.

En el país, solo entre televisión y radio, hay más de 400 torres de telecomunicaciones, algunas de las cuales sobrepasan incluso los 200 metros de altura, como sucede con Televilla, en Ciudad de La Habana, la de televisión en las afueras de Santa Clara o la de Los Guineos, en Baracoa.

Sus edades también son tan variadas como el tipo de estructura, ya que están las autosoportadas, con forma piramidal, por lo general muy pesadas y que resisten más, o las sujetadas con cables, tradicionalmente muy altas, pero que tienden a presentar más fallas.

«No hay ninguna en la que se pueda reducir a cero su vulnerabilidad ante el embate de los elementos», sostiene la doctora Vivian Elena. «Pero sí se pueden construir de forma que aguanten lo más posible».

Torre a torre

Una veintena de puestos en un aula, algunas máquinas más para los profesores e investigadores, y una pequeña pero muy nutrida biblioteca conforman las instalaciones del Proyecto, que pretende, más allá de rediseñar la Norma cubana para construir torres de telecomunicaciones, capacitar a los expertos de las empresas involucradas en estos menesteres.

—¿Para cuándo estará lista la Norma cubana?

—Pretendemos adelantar buena parte de ese trabajo este año y seguir en el próximo, pero aún no tenemos una fecha exacta. Tan importante como eso es que simultáneamente a las investigaciones, estamos impartiendo cursos a los especialistas en proyectos, a los que adquieren materiales y los que levantan las torres, en aras de ir difundiendo los resultados de nuestras pesquisas.

«El proyecto supone un estudio a fondo de los casos de derrumbe de cada torre en caso de ocurrencia de huracanes, tratando de ir sacando regularidades y desentrañar las causas, para eliminarlas en los nuevos proyectos o tratar de atenuarlas en las que ya están construidas», explica Vivian Elena.

Como ejemplo, argumenta, se ha recomendado que en aquellas estructuras que tienen muchos cables estos se deben agrupar, para evitar que formen redes que hagan resistencia al aire.

Igual los cables que ayudan a sostenerse a estas moles deben tener un mantenimiento frecuente y tensarlos de acuerdo con las especificaciones técnicas de cada caso, para que no se «bamboleen» y contribuyan a derribar la torre.

Tener en cuenta el tipo de suelo en que se asienten, hacer más fuertes las que están encima de lomas, utilizar cuando sea posible tubos redondos, porque son más aerodinámicos, o bajar las parábolas cuando se acerca un meteoro para evitar la resistencia que hacen, son otras recomendaciones.

«En el caso de las parábolas, por ejemplo, hemos visto que muchas veces se fijan con mucha fuerza a la estructura para evitar que el viento las mueva y por ende se pierda la señal. Pero incluso esto puede ser peligroso, porque no se pierde la señal, pero una ventolera encuentra resistencia y no tumba la parábola, sino la torre completa».

Tuercas... a tiempo

Si importantes son el agua, la alimentación o la electricidad, en caso de un desastre natural es primordial mantener las comunicaciones como vía de transmitir orientaciones o coordinar acciones que permitan salvar vidas y recursos.

¿Cómo hacerlo cuando el viento se empeña en arrasar con todo a su paso, especialmente con aquellas estructuras que se levantan hacia las alturas?

Como aseguran los especialistas, la fuerza de la naturaleza puede predecirse con alguna precisión, pero sus efectos solo pueden atenuarse con la actuación anterior de los hombres.

La Norma cubana para la construcción de torres de telecomunicaciones, que adecuará las medidas internacionales al respecto a la realidad de nuestro archipiélago, ayudará a que en el futuro se minimice el impacto en este sector debido a huracanes y otros fenómenos.

Hasta ese momento la labor del Proyecto no solo contribuirá a capacitar a los encargados de diseñar y levantar estos armatostes, sino también a concientizar sobre la importancia de apretar las tuercas de las medidas de prevención y mantenimiento de las torres, para evitar que en medio de un huracán nos quedemos sin voz u oídos.

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